
Libros
Ilu Ros, la ilustradora que pone color a Lorca
La artista presenta «Una trilogía rural» donde reúne las principales tragedias del poeta granadino

A veces hay que hacer caso a los poetas cuando queremos adentrarnos en su terreno. No está mal que sigamos sus consejos. Por ejemplo, Federico García Lorca aseguraba, sobre el hecho escénico lo siguiente: «Llenemos el teatro de espigas frescas, debajo de las cuales vayan palabrotas que luchen en la escena con el tedio y la vulgaridad a que la tenemos condenada». Esas «espigas frescas» son las que se han colado en los dibujos que la artista Ilu Ros ha realizado para poner imagen a la palabra del autor granadino. Eso es lo que encontramos en «Una trilogía rural», volumen publicado por Lumen y que recoge las tragedias lorquianas «Bodas de sangre», «Yerma» y «La casa de Bernarda Alba», todo ello acompañado del trazo de esta creadora.
No es la primera vez que se pasea por el universo del poeta. En su anterior libro, «Federico», Ilu Ros se adentraba en la vida del autor de «Romancero gitano», aunque también había hueco para la obra literaria. «Aquel libro fue mucho más difícil que “Una trilogía rural” porque pesaba mucho la documentación y quería ser rigurosa», explica la artista en declaraciones a este diario. Con las tres obras teatrales «he tenido la suerte de que ya lo tenía todo más estudiado».
Eso se nota en las ilustraciones donde se nota que Ros ha paseado por algunos de los escenarios en los que se desarrollan los dramas lorquianos. Es el caso de «Bodas de sangre» que ha querido situar en el llamado Cortijo del Fraile, el lugar en el que tuvo lugar el crimen real que inspiró a Lorca. «Me fui a la zona del cortijo, pero también visité Fuente Vaqueros y Valderrubio para conocer mejor los escenarios de la vida de García Lorca», añadió la ilustradora.
Y es que, como ha señalado en no pocas ocasiones Ian Gibson, el mejor biógrafo de Lorca, no se pueden separar la vida y la obra. Van siempre de la mano, un viejo debate que algunos no quieren comprender inexplicablemente todavía. La biografía va filtrándose en muchos de los versos y las escenas del teatro lorquiano. A este respecto, Ilu Ros aclara que «en Lorca la vida y la obra van en paralelo. Es un autor que está muy inspirado por su entorno, especialmente en lo que conoció durante su infancia y su adolescencia. De ahí viene ese vínculo con las mujeres y su manera de tratar el trasfondo rural». El poeta le explicaría a su confidente y amigo José María García Carrillo que para trabajar, para enfrentarse ante la hoja en blanco, lo único que tenía que hacer era hundir las manos en la tierra y era entonces cuando salía todo.
Y, a todo esto, ¿de dónde viene el interés lorquiano de Ilu Ros? Como siempre es la infancia el inicio de todo. «Yo soy de Mula, en Murcia. Allí hay un teatro que ahora es municipal y desde que era niña iba allí . Debo decir que mi padre, que era funcionario del ayuntamiento, era el que se encargaba de la semana teatral. Me recuerdo sentada en mi butaca viendo “Bodas de sangre”».
Sin embargo, pese a ese conocimiento, enfrentarse con sus lápices y sus colores ante «Bodas de sangre», «Yerma» y «La casa de Bernarda Alba» le ha supuesto algunos dolores de cabeza hasta encontrar lo que quería. El reto más difícil ha sido «La casa de Bernarda Alba» «porque es la más violenta de las tres obras, con un ritmo muy marcado. Me costó mucho por su atmósfera opresiva. No puede olvidarse que es una obra muy cerrada, sin ningún tipo de exteriores. Por eso, en este caso, he empleado un amarillo chillón que puede ser el color del pánico».
En los últimos años hemos visto como el libro ilustrado se ha ido imponiendo. Son muchos los lectores que disfrutan teniendo un texto literario de peso acompañado de imágenes creadas para la ocasión por algunos de los mejores artistas que tenemos en la actualidad. Sin embargo, buena parte de estos trabajos se limitan a poesía y novela. Es muy difícil que la ilustración también esté destinada a la palabra dramática, a aquello que ha sido pensado para ser llevado a escena. Ilu Ros reconoce que el teatro ilustrado «es un reto. En el caso de García Lorca especialmente porque marca los silencios y las pausas. Tiene una estructura muy concreta. Además, aquí la ilustración debía caer en el texto concreto, en la escena concreta. No podía descuadrarme y eso es algo que hemos trabajado mucho con la editorial, incluso decidiendo la tipografía y el tipo de cuadro que quería», concluyó.
✕
Accede a tu cuenta para comentar