Sociedad

El 54% de las personas atendidas por Cáritas no puede hacer frente a los gastos de vivienda y el 86% ha tenido que reducir el presupuesto en alimentación

El impacto de la inflación ha sido especialmente intenso entre el colectivo con menos recursos, de manera que la entidad ha alcanzado una cifra récord en lo que se refiere a las ayudas para el realquiler y el número de personas obligadas a cambiar de vivienda ha aumentado respecto a las cifras de la Covid-19

Coronavirus.- Cáritas de Barcelona atiende a 3.000 hogares en abril, el doble que en 2019
Cáritas de Barcelona ha atendido a 3.000 hogares en abril, el doble que en 2019MINGO VENERO / MINGO VENERO14/05/2020larazonMINGO VENERO / MINGO VENERO

La pandemia azotó duramente a las familias con rentas más bajas y ahora el impacto de la inflación se ha cebado especialmente con este colectivo, que está sufriendo de manera más intensa la subida de los precios hasta el punto de “dejar niveles de pobreza y exclusión sin precedentes”, tal y como indicaba Salvador Busquets, director de Cáritas Diocesana de Barcelona, durante la tradicional rueda de prensa de Navidad.

En este sentido, cabe señalar que el precio de los alimentos se ha incrementado un 15% y la vivienda y los suministros, un 12%, y el impacto de esta subida ha sido más intenso en las personas con menos ingresos, como demuestra el dato que apunta que si bien antes el 20% de la población con menos recursos destinaba 65 euros de cada 100 euros a alimentos, vivienda y suministros, ahora ese importe se ha incrementado hasta los 80 euros, mientras que el 20 % de las personas con más recursos ha pasado de destinar 42 euros de cada 100 euros a estos conceptos a destinar 48 euros.

Ante esta situación, el 54% de las personas atendidas por Cáritas se ha visto ante la imposibilidad de pagar los gatos de la vivienda y los suministros y cuatro de cada diez han cambiado de domicilio por motivos económicos. Además, un 55% no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada. En lo relativo a la alimentación, el 86% ha tenido que reducir gastos, mientras que el 65% no puede ya comprar productos frescos. Todo ello afecta, inevitablemente, a la salud de las personas y, en este sentido, cabe recordar que 4 de cada 10 personas atendidas por la entidad no pueden comprar medicamentos ni seguir con los tratamientos médicos.

Así las cosas, un 49% de las personas que acuden a Cáritas ha necesitado pedir ayuda a familiares y amigos, por lo tanto, no es de extrañar que ante esta situación de extrema precariedad económica, más de 5 mil familias (70%) hayan tenido que renunciar a las actividades extraescolares y de ocio.

Este contexto se ha traducido en un incremento de las ayudas económicas que Cáritas ofrece las familias, que se concreta en un 13% más que en 2021. Así pues, la entidad cerrará 2022 “con dos millones y medio de euros en ayudas destinadas principalmente a cubrir las gastos en alimentación, las cuales han aumentado un 36% para pasar de los 617 mil euros en 2021 a los 841 mil de este año, y a pagar las habitaciones de realquiler, un concepto en el que el incremento ha sido del 28%”, tal y como indicó ayer Miram Feu, jefa de análisis social e incidencia de Cáritas Diocesana de Barcelona, quien al respecto puso de relieve que “este año vamos a destinar 1,1 millones de euros a las ayudas para el realquiler, un cifra récord solo superada por los peores momentos de la pandemia, y el número de personas obligadas a cambiar de vivienda o sin posibilidad de comprar medicamentos ha aumentado respecto a las cifras de la Covid-19″

Ante esta realidad, la entidad estima que cerrará el año atendiendo a un total de 21.400 personas, lo que supone un incremento del 2% respecto al año anterior, entre las que destacan las personas sin trabajo, que son ya el 74% cuando en 2021 eran el 7%, las que se encuentran en situación irregular, que han pasado de ser el 44% al 49%, las que viven de realquiler, cuyo porcentaje ha pasado de ser del 5% al 38%, y las familias monoparentales, que representan ya el 49% cuando en 2021 eran el 44%. Pero además Cáritas Diocesana de Barcelona no ha permanecido ajena a la inflación, que también ha tenido un impacto en sus cuentas. En este sentido, por ejemplo, en lo que se refiere a los costes de los suministros de proyectos propios, como pisos, espacios familiares y de infancia o puntos de orientación y atención laboral, el aumento ha sido del 50%, superando los 325 mil euros.

Una estrategia social planificada

Por todo ello, Salvador Busquets, director de Cáritas Barcelona, exigió a la administración “la planificación de una estrategia de crisis social”, ya que como él mismo puso de relieve “después de una crisis, los colectivos más pobres son los que salen peor parados porque no hay instrumentos suficientes para afrontar las crisis sociales”. “La desigualdad ha ido en aumento y las personas con menos recursos no han conseguido recuperar los niveles previos a la gran recesión, de manera que ya es algo estructural. Las medidas para superar las crisis no han tenido los efectos deseados porque no se han hecho pensando en los más pobres”, añadió Busquets, quien considera que esa estrategia, para ser efectiva, debe articularse en torno a tres ejes principales.

El primero de ellos sería el de luchar contra la exclusión residencial mediante un aumento del parque de vivienda social y la aprobación de una proposición de ley de medidas urgentes para erradicar el sinhogarismo. Al respecto, Busquets recordó que “en 2007 el plan nacional de vivienda contemplaba ya el compromiso de alcanzar el 15% de vivienda social en 2025, sin embargo eso ha quedado en papel mojado porque estamos en torno al 1,5%”.

Respecto al segundo eje sobre el que se debe cimentar la estrategia, el director de Cáritas hizo alusión a la necesidad de garantizar una política de ingresos mínimos, los cuales han de ser complementarios con las rentas del trabajo y deben contar con un complemento económico que pueda destinarse a los gastos de vivienda. Por último, se refirió a un tercer punto clave, que definió como la necesidad de protección de las familias con niños y adolescentes y, en este sentido, solicitó una prestación universal para la crianza y un mayor acceso gratuito a las actividades extraescolares y de ocio.