Este 2023
PSC y Junts ponen a ERC entre la espada y la pared por las “embajadas”
Illa exige no abrir más delegaciones para pactar los Presupuestos de un Govern en minoría. El partido de Borràs se opone con dureza
La negociación de los Presupuestos catalanes para este 2023 va camino de convertirse en un auténtico bumerán para Esquerra. PSC y Junts han puesto a Pere Aragonès entre la espada y la pared con una exigencia opuesta y que convierte las denominadas «embajadas» de la Generalitat en piedra angular de las negociaciones: los socialistas reclaman paralizar la apertura de nuevas sedes en los próximos meses, mientras los posconvergentes claman y aseguran que la petición «va en contra de la soberanía de Cataluña».
Todo después de que el Govern haya empezado el año en minoría –solo suma 33 diputados de ERC– y sin tener resuelta la carpeta más importante de 2023. La intención del Ejecutivo es «sellar» un acuerdo cuanto antes para iniciar la tramitación de los Presupuestos la semana que viene y tenerlos aprobados a finales de febrero. Y en esta recta final, Esquerra se ha topado con las «embajadas», el altavoz que el independentismo lleva años usando para trasladar sus mensajes en el extranjero con el «procés» en el centro del relato.
El PSC es el partido con el que las negociaciones están más avanzadas y entre las medidas que exigen los socialistas para «adelgazar la administración» autonómica está la condición de «no abrir ninguna nueva delegación en el exterior durante el 2023 y evaluar las que están en funcionamiento». Una propuesta clave para el partido de Salvador Illa, que busca «racionalizar» las estructuras del Govern y poner coto a las «embajadas» como el botín a exhibir en este largo año electoral que se avecina.
En un principio, el Govern sorteó la reclamación de los socialistas y se sacó de la manga una nueva explicación: defendió que la acción exterior «es irrenunciable» para la Generalitat, pero dijo que no se inaugurarán nuevas delegaciones en 2023 porque «no estaba previsto». Un argumento que contrasta, eso sí, con las seis abiertas el año pasado, cuando Victòria Alsina (Junts) lideraba el departamento y la Generalitat defendía la acción exterior –hay 17 sedes, que deben ser 20 en total cuando se pongan en marcha las que ya se han creado– para redoblar el desafío y seguir manteniendo el relato del «procés». «La mejor manera de prepararnos para ser un Estado es empezar a actuar como si lo fuéramos». Así resumía la Generalitat el objetivo de su despliegue en 2022.
Sin embargo, una vez trascendida la concesión con las «embajadas, Junts ha puesto el grito en el cielo y ha señalado a ERC: «Queremos saber qué compromisos de los que el Govern cierra con otras formaciones políticas topan con los intereses de Junts, porque llegar a acuerdos contra la soberanía de Cataluña es totalmente incompatible con nuestro proyecto político», exigió ayer la portavoz del partido en el Parlament, Mònica Sales. Es decir, los posconvergentes amagan con no sumarse al acuerdo de Presupuestos si ERC los pacta con el PSC e incluye la mencionada suspensión de la apertura de nuevas «embajadas». Un nuevo cisma dentro del independentismo que Junts quiere usar para desgastar más a los republicanos.
De hecho, las conversaciones entre Pere Aragonès y el partido de Laura Borràs para pactar los Presupuestos están prácticamente congeladas y apenas hay un acuerdo apalabrado para promover el uso del catalán. En cambio, la negociación avanza a mejor ritmo con los socialistas, aunque el Govern no ha podido cerrar un pacto antes de Reyes como buscaba. Desde el Ejecutivo catalán dan por cerrado «al 87%» un acuerdo con el PSC por valor de 5.386 millones con147 medidas sobre salud, energía o derechos sociales. Quedan por resolver las cuestiones más políticas –como las «embajadas»– y proyectos como la ampliación del aeropuerto de El Prat.
Cifras
La Generalitat redobló el desafío el año pasado con la apertura de seis nuevas delegaciones para sumar 20. Junts lideraba entonces el departamento.
En 2022, el presupuesto de Acción Exterior, rozó los 100 millones de euros en total, un 27,8% más respecto a 2020, uno de los que más creció con las cuentas.
La consigna era empezar a «actuar como un Estado» con unas delegaciones que sumaban una inversión específica de 8,9 millones.
Ahora y con apenas 33 escaños, el Govern de ERC debe pactar sí o sí las cuentas con el PSC y/o con Junts –necesita a uno– y el partido de Illa está mejor situado.
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