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Eutanasia

Aumentan las solicitudes de eutanasia, pero se demora el plazo de aprobación

En 2024 crecieron un 60% las peticiones de prestaciones de ayuda para morir y el elevado número y complejidad de las mismas, junto con la falta de recursos, produjo un retraso en su tramitación

La eutanasia representa el 0,21% de la mortalidad en Cataluña Dreamstime

En Cataluña, tanto las solicitudes como las prestaciones de ayuda para morir experimentaron un incremento significativo en 2024 respecto al año anterior, probablemente porque la población cuenta con más información acerca de este servicio, sin embargo no está previsto un aumento de los recursos para dar respuesta a este incremento progresivo y sostenido que se ha venido registrando desde la puesta en marcha de la prestación en 2021.

Así pues, el año pasado un total de 358 personas la solicitaron, lo que representa un 61% más que en 2023, y de todas éstas solicitudes, 189 se aprobaron y finalmente hubo 142 prestaciones, lo que supone un incremento del 52% respecto al año anterior. Entre todos los solicitantes, hubo 121 que murieron antes de la prestación, es decir un tercio del total, la mayoría de ellos en los primeros 35 días y fueron principalmente pacientes oncológicos que murieron de forma prematura al solicitar la prestación cuando la enfermedad ya estaba en fase avanzada. Además, 25 solicitantes recibieron una negativa (7%), ocho finalmente la revocaron y hubo 34 aplazamientos. Éstos últimos experimentaron el año pasado un destacado incremento en relación al 2023, cuando hubo un total de 15, mientras que en 2022 fueron 13 y en 2021, solo uno.

La mayor parte tanto de las solicitudes como de las prestaciones fueron protagonizadas por mujeres (53% y 56%, respectivamente) y en su mayoría se trató de personas entre los 60 y los 100 años de edad. En cuanto al problema de salud principal asociado a la tramitación de la solicitud, en primer lugar se encuentran las neoplasias, seguidas de la enfermedades neurodegenerativas, mientras que en lo relativo a las prestaciones, el orden es el inverso: encabezan el ránking las enfermedades neurodegenerativas, por delante de la patología oncológica y ello se debe a que el paciente con cáncer es el que cuenta con mayor representatividad entre aquellos solicitantes que mueren antes de recibir la prestación.

En casa y con el referente

La Atención Primaria se consolidó como el ámbito de procedencia principal de estas solicitudes, concentrando el 62% del total, seguida de la atención hospitalaria (28%), la intermedia (9,5) y solo un caso procedió de una residencia de la tercera edad. En cuanto al lugar en el que se llevó a cabo la prestación, hospital y domicilio se equipararon, con un 39,4% ambas, mientras que un 14,1% se realizaron en residencias y un 7%, en atención primaria. Estos datos confirman que la gente se decanta por el lugar en el que reside para recibir la prestación, ya que aquellas que se hicieron en domicilio y las de las residencias concentraron el 53,5%.

Los especialistas de medicina familiar y comunitaria fueron en quienes principalmente confiaron los solicitantes a la hora de llevar a cabo la prestación, puesto que éstos participaron en el 58,6% de las mimas, ya sea como médico responsable o consultor, la cual cosa pone de manifiesto que "la gente se decanta por aquellos médicos que les han acompañado durante todo el proceso vital, los de referencia", señaló Clara Pareja, directora general de Orientación y Regulación Sanitaria, durante la presentación de los datos, que han puesto de evidencia una distribución desigual de las prestaciones por regiones.

Así, los entornos metropolitanos y periurbanos son los que concentran estas peticiones, con la demarcación de Barcelona a la cabeza (109), mientras que en Girona se llevaron a cabo 22, en Tarragona, 7 y en Lleida, 4. Al respecto Pareja indicó que "es necesario analizar estos datos para conocer las causas de estas desigualdades a nivel de territorio", que probablemente tengan que ver con el desconocimiento de este servicio entre poblaciones de determinadas zonas.

En otro orden de cosas, el año pasado en este ámbito jugó un papel destacado el Documento de Voluntades Anticipadas (DAV), un elemento clave a la hora de iniciar una solicitud de PRAM cuando la persona ya no puede manifestar su voluntad. De hecho, un 61% de las solicitudes iban acompañadas de este documento, por un 70% de las prestaciones, mientras que 28 expedientes (8%) se iniciaron gracias a un DAV y 14 prestaciones (10%).

Retrasos en la prestación

En definitiva, el 2024 confirmó una tendencia al alza en relación a las solicitudes y prestaciones de ayuda para morir (PRAM) desde la entrada en vigor en 2021 de la Ley Orgánica de Regulación de Eutanasia (LORE), lo que, junto a otros factores, ha contribuido a un incremento del tiempo que transcurre entre la presentación de la solicitud y la aprobación de la misma.

En este sentido, el año pasado, entre la primera solicitud de la PRAM y la segunda, en el 50% de los casos transcurrieron 15 días, mientras que entre la segunda y su aprobación, el intervalo fue de unos 35 días en la mitad de los casos, lo que supone un incremento de la media de días que transcurren entre esa segunda solicitud y la aprobación respecto a años anteriores, ya que en 2024 fue de 44 días, en 2023 de 40 días y en 2022, de 29. Para Pareja, ello se debe principalmente a "un aumento del número de casos y a la complejidad de los mismos, lo que provoca que el plazo se alargue. La valoración de las patologías y la situación clínica es cada vez más compleja".

En definitiva, el año pasado se registró una media de una petición de PRAM por día y eso convierte a Cataluña, donde un 0,21% de la mortalidad es por eutanasia, en la Comunidad Autónoma que más solicitudes gestiona, las cuales han dado muestras de "un crecimiento lento y sostenido", como señaló Albert Planes, médico de familia y vocal de la Comisión de Garantías y Evaluación de Cataluña, que se ha traducido en una "demora en la atención de la mismas".

Y pese a que para él "no es preocupante un retraso en la gestión de la segunda solicitud, mientras que si lo sería en la primera y entonces habría que abordar seriamente el tema", Planas considera que "ante las dificultades para atender las solicitudes", "existe una necesidad de tiempo y apoyo para los profesionales implicados", así como de "reforzar la oficina del PRAM".

Al respecto, Pareja indicó que a día de hoy "no hay previsión de aumentar los recursos" en este ámbito y comentó que lo que hay que hacer es "planificar cómo se va a gestionar este aumento de casos progresivo. Los recursos es un tema, pero hay otros".