Sociedad

Copaternidad o la libertad de ser padres sin relación sentimental

Crece este modelo de familia que permite tener hijos sin necesidad de vincular la maternidad o paternidad a la pareja

Una imagen de un padre con su hijo
Una imagen de un padre con su hijoLa Razón

Los tiempos cambian, y, con ello, se difuminan las construcciones sociales arraigadas en la sociedad. Un claro ejemplo de ello es la idea de la familia tradicional, que a lo largo de los años se ha ido cuestionando y matizando, ya sea por la existencia de familias con dos madres, dos padres, como también familias con solo una madre o solo un padre.

Ante este nuevo panorama, surgen iniciativas como Copaternidad, un proyecto que profesionaliza por primera vez en España esta forma de ser padre o madre sin tener que depender de una pareja sentimental. La idea fue de la antropóloga Carmen Balaguer, cuando se enteró de que el porcentaje de las madres que elegían ser madres solteras había subido un 300% de un año para el otro, un hecho que le llamó mucho la atención. Pero a Balaguer sobre todo le interesó la idea de la copaternidad, y se dio cuenta de que no había ninguna institución al respecto. Fue por ello que creó Copaternidad Barcelona en 2020, que del día a la mañana se hizo conocida y se pusieron en contacto con ella gente del conjunto de España. Ahí pasó a llamarse solo Copaternidad.

Una iniciativa que en tres años ya ha llamado la atención de más de mil personas que se han querido informar, que ha convencido a unas 300 que se han decidido a hacer el proceso, y que ha visto nacer a tres bebés hasta ahora. «Hay gente que cuando escucha hablar sobre la copaternidad se les abre una posibilidad que no contemplaban: la de no vincular la maternidad a la pareja», explica Balaguer a LA RAZÓN.

La antropóloga detalla que son más hombres que mujeres los que acuden a Copaternidad: «Los hombres tienen menos oportunidades para ser padres. Pueden adoptar, pero como hombre soltero es muy complicado, y en cuanto a la opción de la gestación subrogada, además de ser muy cara, hay muchos a los que no les gusta la idea». Por otro lado, Balaguer afirma que las mujeres lo tienen más fácil para ser madres solteras, pero aun así hay algunas que no quieren: «Hay algunas que quieren que su hijo tenga una figura paterna, más familia que no solo ellas. Además de los temas de logística, soporte emocional y otra figura paterna en caso de que ocurra algo».

En cuanto al perfil de la gente interesada en la copaternidad, «normalmente son personas con un nivel cultural muy alto, con estudios superiores». La edad mayoritaria de los hombres va de los 30 a los 46 años, y los homosexuales normalmente empiezan antes. Las mujeres tienen entre 33 y 43 años, y recientemente ha acudido una joven de 24 años, pero Balaguer asegura que «no es lo común».

Copaternidad ofrece dos posibilidades: asesorar y guiar a una pareja de conocidos que acuden para saber como hacer el proceso, o juntar a gente que viene sola con alguien compatible para ser «copadres». No obstante, Balaguer afirma que más del 80% de los que acuden son personas solteras que buscan a alguien para ser padres o madres.

Para esta última opción, Copaternidad empieza por hacer un perfil a la persona a partir de una entrevista extensa previa. A partir de ahí se le busca a alguien que pueda ser compatible con ella. «No es tan complicado como puede parecer, ya que los perfiles son parecidos: han viajado, han estudiado, que tienen mentalidad abierta y que por encima de todo quieren ser padres».

«Proponemos un sitio para que se conozcan, ahí están un rato hablando, sin teléfonos. Se les pasan unas preguntas para facilitar la conversación y luego se organiza el segundo encuentro. Si después del segundo todo va bien, entonces se pasan los teléfonos», explica Balaguer. En los próximos encuentros se facilitarán preguntas para poner en común temas de educación del niño, de logística, y más temas importantes. Este proceso de conocerse puede durar entre seis meses y un año hasta estar bien seguros.

Entonces, antes de intentar el embarazo, se crea un acuerdo privado con los puntos acordados de logística, educación e ideología. A la hora de empezar el embarazo normalmente se opta por ir a una clínica de reproducción asistida.

Desde que nace el bebé, los padres se organizan según lo que han hablado previamente, teniendo en cuenta, además, la importancia de los primeros meses. «Si se le quiere dar el pecho, la criatura tiene que estar un año con la madre. Es por ello que se plantea una convivencia inicial más o menos larga. Así el niño estará siempre con la madre, pero con el padre también, ya que ambos quieren estar en todo momento del proceso».