Opinión

Los demandó el honor

Tras los atentados y las muertes desaparecen los focos

La Guardia Civil precintó el pozo
Una imagen de un agente de la Guardia CivilEuropa Press

El día 30 de mayo de 1991, al día siguiente del brutal atentado contra la Casa Cuartel de Vic en el que ETA mató a diez personas, entre ellas cinco niños y dejó cuarenta y cuatro heridos, salimos en un coche hacía esa localidad Paulino, responsable de Prensa de la antigua Asociación Víctimas del Terrorismo; Juan Antonio Corredor, máximo responsable por entonces; y yo.

De camino, Juan Antonio, hoy excelente compañero abogado, que lo sabía todo sobre terrorismo, entre otras cosas porque siendo él guardia civil sufrió un atentado que le dejó secuelas físicas graves de por vida y de las que mejoró cuando se puso en manos del gran traumatólogo y mejor persona que es Manuel Leyes, y lo cito así porque ya es hora que se sepa quiénes han ayudado cuando se les ha requerido a las Víctimas del Terrorismo, como explicaba, recuerdo que en ese que iba a ser mi primer contacto directo con el terrorismo, exponía ideas, hacia propuestas, reflexiones, etc. Juanan me dijo: “Olvídate, hoy no haremos nada. Nuestro trabajo empezará dentro de un mes”.

Al llegar estaban todas las autoridades, todos los políticos, todos los focos, todo el mundo indignado haciendo declaraciones, etc., etc. Permanecimos en un muy discreto segundísimo plano. Sólo nos pusimos a disposición de las víctimas de la Casa Cuartel, vimos las ruinas y nos fuimos.

Efectivamente, al cabo de un mes, me llamaron Juan Antonio y Roberto. Marchamos a Vic, habían desaparecido los políticos, los focos, las condolencias... El silencio se extendió entonces sobre muchas de sus demandas y sus peticiones.

Ese segundo viaje entendí lo que me dijo Juanan en el primero: al principio todo es solidaridad, muestras de apoyo y promesas que se convierten en olvido al paso de los días.

Lo sucedido en Vic se repitió atentado tras atentado, focos, políticos y luego sólo los compañeros y aquellos que modestamente queríamos seguir ayudando.

He escrito este artículo que dedico a los guardias civiles David Pérez y Miguel Ángel González, voluntariamente una semana más tarde, cuando ya lo importante, las portadas y los análisis apuntan al resultado de las elecciones gallegas y lo sucedido en Barbate, el brutal asesinato de dos héroes ha pasado a segundo plano.

Las elecciones se ganan o se pierden, los políticos pasan, y los focos se apagan, pero para quienes vemos la vida de otra manera y creemos que “la muerte no es el final”, aunque no os conociésemos personalmente jamás os olvidaremos.

Os demandó el Honor y obedecisteis. Compañeros, HONOR Y GLORIA.