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Un nombre reivindicado

El hombre que pudo cambiar el socialismo catalán

El periodista Joan Safont firma la primera biografía completa del dirigente socialista Josep Pallach

Josep Pallach Fundació Josep Pallach

Hay figuras que el paso del tiempo desdibuja con injusticia. Sin embargo, en ocasiones aparece un periodista o un historiador que tiene la habilidad y la fortuna de recuperar ese nombre y darnos a conocer un legado que se ha quedado perdido en el pasado, pero que resulta atractivo para los que quieren encarar el futuro. Eso es lo que pasa con Josep Pallach, un político y pedagogo desaparecido prematuramente, justo cuando quedaba poco para que se celebraran las primeras elecciones democráticas desde la muerte de Franco.

El escritor y periodista Joan Safont es el autor de «Josep Pallach, política i pedagogia», un ensayo publicado por Proa en el que se adentra en las vidas de un político reivindicado por muchos sectores del catalanismo, con independencia de su color político. Se trata de un sólido trabajo de investigación que parte de testimonios ya publicados, además de entrevistas con aquellos que lo conocieron y la búsqueda de documentación, especialmente epistolar, en diferentes archivos.

Con todo esto surge el retrato de quien fuera el líder del Partit Socialista de Catalunya-Reagrupament, pero también de una parte de la historia de la Cataluña del siglo XX, desde la esperanza de la Segunda República pasando por la Segunda Guerra Mundial y el drama del franquismo hasta llegar a los primeros días de la transición. Pallach no fue un actor secundario sino un protagonista, alguien que podría haber sido un nombre fundamental con la restauración de la Generalitat tras el final de la dictadura, pero al que la inesperada muerte a los 56 años se llevó pronto.

El trabajo de Safont nos permite seguir los pasos de Pallach, nacido en Figueres en 1920, hijo de un concejal de ERC, alguien que desde muy joven se sintió políticamente comprometido, como demuestra el hecho de que durante los años republicanos formara parte del POUM, la formación de Andreu Nin, al que llegó a conocer personalmente.

Nin precisamente influyó en Pallach, pero como también lo hizo durante la posguerra Manuel Serra i Moret, uno de los responsables de Unió Socialista de Catalunya, «probablemente uno de los hombres por los que he sentido más respeto y admiración», en palabras de nuestro protagonista. A Serra i Moret lo conoció en el exilio francés después de protagonizar una cinematográfica huida de la cárcel de Girona.

La gran obra de Josep Pallach fue la construcción de un PSC que quería de alguna manera mantenerse al margen de la federación catalana del PSOE, alguien que tenía muy claro que «la política no se hace desde el rencor», como le dijo al farmacéutico y militante en el partido Frederic Suñer.

¿Cómo pensaba Josep Pallach? ¿Cómo entendía el socialismo y el catalanismo? Una buena respuesta la encontramos en las conversaciones que mantuvo con el escritor mallorquín Baltasar Porcel cuando le preguntó por la relación del PSC-Reagrupament y el PSOE: «Socialisyta del PSOE es muy difícil serlo cuando se es catalán». Pallach rechazaba ser del PSOE por el hecho de ser catalán. En este sentido, el religioso Josep Dalmau anotaría que Pallach le aseguró que «no se pueden mezclar las cosas. Debemos tener las buenas relaciones que quieras con el PSOE, como hermanos pequeños que somos, de dos naciones diferentes, eso sí. Pero no me pidas que haga una traición a mi pueblo».

Pallach trató con Jordi Pujol, Heribert Barrera o Josep Tarradellas cuando todavía no eran los grandes protagonistas del tablero político, aunque ya se empezaba a ver la importancia que tendrían en el futuro de Cataluña. Mención aparte la merece otra figura destacada, en concreto del socialismo, un joven abogado sevillano llamado Felipe González. En los momentos en los que la democracia empezaba a llamar a la puerta de un país que había vivido una larguísima dictadura, Pallach reconocía en una contundente declaración de intenciones que «creo que ni Felipe González ni ninguno del PSOE puede proponerse lo no ha sido nunca posible ni lo será nunca: que nadie desde fuera de Cataluña pueda controlar a los socialistas de Cataluña».