
Polémica
Nuevas tensiones internas en la CUP: la formación llama "españolista" a una de sus miembros más conocidas
La polémica viene por los sketches del Ayuntamiento de Barcelona

La CUP vuelve a estar inmersa en una batalla interna, esta vez por la actuación teatral que tuvo lugar durante la presentación del Informe de Discriminacions 2024 en el Ayuntamiento de Barcelona, en la que se hicieron chistes en castellano considerados ofensivos contra la lengua catalana. La polémica, que ya ha provocado duras críticas desde entidades como Òmnium Cultural, Junts, ERC y la propia CUP, ha generado ahora un nuevo frente dentro del partido anticapitalista.
El Ayuntamiento de Barcelona ha asumido el “error” de no haber supervisado el contenido del número, que varios dirigentes y organizaciones han calificado de “catalanófobo”. Sin embargo, en el seno de la CUP no hay consenso sobre la interpretación del espectáculo, protagonizado por un grupo de mujeres migrantes latinoamericanas.
La excandidata de la CUP al Ayuntamiento de Barcelona y exdiputada en el Parlament, Basha Changue, ha defendido públicamente el contenido de la obra. En un mensaje en redes sociales, ha afirmado que “justamente lo que explica el espectáculo es cómo la utilización del catalán como arma arrojadiza se suma a los obstáculos y el resto de discriminaciones a los que se enfrentan las personas migrantes”. Changue ha subrayado que el verdadero mensaje del sketch es la crítica a la manera en que la lengua se convierte en una barrera más: “En lugar de hacer amar la lengua, se trata como un requisito administrativo más”, ha dicho. En esta línea, ha apostado por políticas de aprendizaje más naturales, como las televisiones infantiles o las parejas lingüísticas, y ha pedido menos indignación y más implicación en el voluntariado para la enseñanza del catalán.
Las declaraciones han encendido las redes sociales y han provocado la respuesta del sector más institucional del partido. La cuenta oficial de la CUP en Girona se ha desmarcado de Changue con rotundidad: “Éste no es el posicionamiento de la CUP. Nuestra posición es la de las cuentas oficiales”, han aclarado. En el mismo mensaje, han recordado que “el catalán no es un arma arrojadiza, ni tiene que ser simpático, ni debe ser optativo”, y han reivindicado que se trata de “la lengua propia de Cataluña y el rasgo diferencial de nuestra nación”. Además, han acusado a la exdiputada de “relativizar los ataques a la lengua” y han tachado su discurso de “españolista”.
Este nuevo conflicto refleja la creciente tensión entre el ala más independentista de la CUP y sus sectores más ligados a los movimientos sociales y el antirracismo. La crisis lingüística llega, además, en un momento especialmente delicado para la formación. Esta misma semana, el exnúmero tres de la CUP por Barcelona, Santi Aranya, arremetió contra el partido, al que calificó directamente de “mierda”, tras el desalojo de unos okupas en Girona, en un operativo autorizado por el Ayuntamiento gobernado por la propia CUP. El sindicato de vivienda acusó a los cupaires de “aniquilar las formas de organización de la clase trabajadora”.
Las fracturas internas que arrastra la CUP desde hace años parecen ahora más visibles que nunca, con la lengua, el antirracismo y la gestión institucional como principales líneas de conflicto.
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