Parlament

Perpiñán, la piedra parlamentaria en el zapato de Illa

ERC y Aliança Catalana le reprochan al presidente que su ejecutivo no use la nomenclatura nacionalista, mientras este evita posicionarse sobre el tema

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, comparece en el debate de Rodalies en el Parlament de Cataluña
El presidente de la Generalitat, Salvador IllaAgencia EFE

Igual que pasó con la Junta de Seguridad, con el Hard Rock o con la ampliación del aeropuerto, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha evitado en sede parlamentaria, una vez más, ofrecer una postura clara sobre un tema cuando un grupo de la oposición le interpela: en este caso, la polémica de la Casa de la Generalitat. Y es que después de que hace unos días saltasen todas las alarmas entre el independentismo cuando escucharon a Christopher Daniel Person, director de la Casa de la Generalitat en Perpiñán, referirse al territorio como “Pirineos Orientales” y no como “Catalunya Nord”, hoy ERC y Aliança Catalana le han reprochado a Illa su “poco compromiso” con la realidad histórica catalana de la región.

El presidente, sin embargo, ha esquivado responder directamente a las interpelaciones, que le reclamaban una posición clara sobre la polémica. El líder de ERC en el Parlament, Josep Maria Jové i Lladó, empezaba exigiendo a Illa que rectifique, que use el término de Catalunya Nord y que, en caso de que haya miembros del ejecutivo que se nieguen a usarlo, que sean destituidos. “Sus despropósitos nos hacen dudar de su idoneidad y de la catalanidad de su actividad ordinaria. Felicitó la Navidad solo en francés”, recordaba Llado.

Sin embargo, para los republicanos, el culmen del despropósito llegó cuando evitó usar el término el jueves pasado “poniendo como excusa una supuesta neutralidad institucional ante una denominación aceptada por la ciudadanía de aquellas comarcas”. Además, Lladó lo ha tildado de “decisión política plenamente consciente y de profunda gravedad porque niega una realidad social, económica, cultural y lingüística común que no ha podido borrar una frontera administrativa, y porque rompe con la continuidad histórica de los presidentes que lo han precedido”, ha expresado en referencia a que todos los presidentes catalanes se han referido a los Pirineos Orientales como Catalunya Nord.

Illa, en su réplica, lejos de aclarar si se siente cómodo o no con el término, se ha limitado a reiterar su “compromiso con la casa de la Generalitat en Perpiñán”, apelando a una especie de vínculo socialista al haber sido creada por Pascual Maragall. “Me siento heredero”, ha dicho. Sin embargo, en cuanto al término, ha evitado contestar: “No niego ninguna denominación, ni entro en debates nominalistas”, ha expresado.

Además, Illa ha querido reivindicar su viaje a Perpiñán, ese en el cual fue “a apoyar el catalán, a darle un apoyo económico a la Bressola como nunca antes había habido por parte de la Generalitat, a honrar la memoria de los republicanos en ese territorio, y a generar vínculos económicos con una zona que tiene una situación económica muy diferente a Cataluña”. Para acabar, se ha referido a la zona como “esos territorios”, al expresar que, ahí, su compromiso “es máximo para defender el catalán, la cultura catalana y los intereses de Cataluña”.

Más tarde, la líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, ha reabierto el debate apelando a la historia: “Hace 365 años España y Francia descuartizaron Cataluña convirtiendo nuestra tierra y a nuestros predecesores en prenda del conflicto, en un botín de guerra necesario para calmar la ira de dos reyes foráneos y depravados. Un juego de tronos que nos desposeyó del norte del país y que dibujó una frontera ficticia entre medio de nuestro pueblo”, refiriéndose al tratado de los Pirineos firmado entre el monarca francés, Luís XIV, y el español Felipe IV en 1659.

Para Orriols, ante ese reparto, Cataluña bautizó a ambos lados “para no perder la identidad y para preservar las raíces que nos hermanaban”. Sin embargo, su estupor es máximo al constatar que “hoy el Govern mantiene en el cargo de director a un individuo que en vez de defender la unidad territorial de nuestro país se dedica a ser portavoz del jacobinismo francés”.

Illa, por su lado, igual que ha hecho con Lladó, ha evitado posicionarse claramente y, visiblemente incómodo, se ha limitado a decir que siempre ha defendido las fronteras “como vías de colaboración, no de división”, y ha vuelto a recordar que fue a Perpiñán a apoyar el catalán.

De nuevo, la inseguridad

Por otro lado, la inseguridad ha vuelto a ser tema de debate en el Parlament. Alejandro Fernández ha puesto sobre la mesa el preocupante aumento de los casos de mutilación genital femenina en Cataluña. "No ha resultado sencillo, pero finalmente la consejera de Igualdad, Eva Menor, nos ha facilitado algunos datos: en los últimos años se habrían producido 17 casos de niñas mutiladas en Cataluña, y 120 más en grado de tentativa", ha denunciado para exigir mayor transparencia sobre estos casos y reclamar conocer el destino de las menores afectadas: "Queremos saber qué ha sido de estas niñas, si siguen bajo la tutela de sus mutiladores y si estos están en la cárcel o han sido expulsados del país", insistió, criticando lo que considera una actitud laxa del Govern ante estas prácticas. "Nos enfrentamos a un feminismo de salón obsesionado con los piropos, pero que mira hacia otro lado cuando se trata de prácticas salvajes como la ablación de clítoris en Cataluña", ha zanjado Fernández.

Illa ha respondido con contundencia: "Expulsados, no. Perseguidos y condenados. Cuando se comete un delito en Cataluña, se paga en Cataluña". Además, ha reiterado su compromiso con la transparencia en el tratamiento de estos casos, aunque enfatizó que la privacidad de las menores es prioritaria. "Es inaceptable que esto ocurra y nuestra sanidad pública trabaja en la reconstrucción del clítoris de las víctimas", aseguró el dirigente socialista.

Por su parte, Ignacio Garriga, portavoz de Vox, ha centrado su intervención en atacar el modelo de gestión del gobierno catalán. "Cataluña lidera estadísticas, sí, pero estadísticas que avergüenzan a los catalanes y deberían hacerlo a su gobierno", ha afirmado, en alusión a la inseguridad y la presión migratoria en la comunidad. Para Garriga, el Govern importa a inmigrantes de manera masiva, que saturan los servicios públicos catalanes y contribuyen a que "cada día las mujeres ven un mayor retroceso en sus derechos porque ustedes abren las puertas a culturas extranjeras que las denigran y las violentan".

Illa ha respondido con una visión opuesta de la realidad catalana: "Cataluña lidera en PIB, en la tasa de empleo más baja de la historia y en captación de inversión extranjera", defendió el dirigente socialista. "Es una Cataluña de convivencia, que busca acoger e integrar a todos. Una Cataluña que apuesta por el comercio, la ciencia y la lucha contra el cambio climático", ha sentenciado.