Reconocimiento

Una placa para Federico García Lorca: un acto de justicia poética

Miguel Poveda promueve el recuerdo del autor granadino en el Hotel Majestic

Una imagen inédita de Federico García Lorca en el homenaje que se le dedicó en el Majestic en 1935
Una imagen inédita de Federico García Lorca en el homenaje que se le dedicó en el Majestic en 1935Centro Federico García Lorca

Este año, en este mes de abril, se cumplen cien de la primera vez que Federico García Lorca visitó Cataluña de la mano de su querido amigo Salvador Dalí. El poeta visitó Figueres, Cadaqués y Barcelona. En estas dos localidades se preparan actos para conmemorar la feliz efeméride mientras que en la capital catalana se ha preferido ignorar, por el momento, ese hecho. Diez años después, en 1935, Lorca volvió por última vez a una ciudad que quería hasta el punto de estrenar aquí «Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores», de la mano de Margarita Xirgu. Fue, por desgracia, el trabajo final de Lorca en un escenario porque en agosto de 1936 caía asesinado por el fascismo.

En el tiempo en el que vivió, trabajó y amó durante ese otoño de 1935, el poeta se alojó en el Hotel Majestic. El cantante Miguel Poveda ha promovido la colocación de una placa que definitivamente fija el recuerdo de aquella estancia muy importante para el autor granadino. Fue en este tiempo cuando volvió a reencontrarse, tras algunos años de distanciamiento, con Salvador Dalí, acabando con algunas antiguas controversias. Fue precisamente en ese tiempo cuando conoció a Gala, aunque a Lorca no le acabó de caer muy bien.

Además de volver a coincidir con Dalí, el Majestic fue el escenario de sus encuentros y desencuentros con quien era una de sus obsesiones sentimentales en ese tiempo, Rafael Rodríguez Rapún, quien era el secretario de la compañía de teatro universitario la Barraca.

El manuscrito del soneto dedicado a Albéniz con papel del Majestic
El manuscrito del soneto dedicado a Albéniz con papel del MajesticCentro Federico García Lorca

Sabemos también que fue aquí donde Lorca trabajó en algunos textos. Muy probablemente entre los papeles que tenía en su cuarto estaban algunos de los llamados «Sonetos del amor oscuro». Puede que también empezara a trazar algún texto teatral, como «La casa de Bernarda Alba». Lo que sí es seguro es que redactó un soneto titulado «Epitafio a Isaac Albéniz» que leyó Lorca ante la tumba del músico en el cementerio de Montjuïc. Afortunadamente el manuscrito se conserva en el centro que lleva el nombre del poeta en Granada. Ahora sabemos que esa composición está escrita en papel de carta del Hotel Majestic.

Este mismo establecimiento del Paseo de Gràcia acogió el gran homenaje que la cultura catalana brindó a Lorca el 23 de diciembre de 1935. En esa velada intervienen Joaquim Ventalló, Cipriano Rivas Cherif, Carles Soldevila y el mismo Lorca. Muchos envían sus adhesiones, entre ellos la peña del Ateneu Barcelonès, con Joaquim Borralleras a la cabeza. En la nota que envía se puede leer que «volguem,a mics, adherir-me al just homenatge que avui es tributa al poeta García Lorca, aquest home de tan fina sensibilitat que honora la moderna poesia espanyola». Hay de ese acto un conjunto de fotografías, algunas de ellas inéditas, y que se reproducen por primera vez en estas líneas.

Esta tarde, gracias a la iniciativa de Miguel Poveda, y junto a Joan Manuel Serrat, Alberto Conejero y quien esto escribe, se fijara a las seis de la tarde para siempre el nombre de Lorca en la pared del Majestic, muy cerca de la que también rememora a Antonio Machado.