Cataluña

Rull no propone candidato para la investidura y activa el reloj para repetir elecciones

Firmará la resolución para activar la cuenta atrás el mismo miércoles 26, antes de convocar el pleno.

Rull dice que no puede forzar a nadie a presentar candidatura, pero recuerda que el plazo se acaba el 25 de agosto
Rull dice que no puede forzar a nadie a presentar candidatura, pero recuerda que el plazo se acaba el 25 de agostoEuropa Press

El presidente del Parlament, Josep Rull, ha decidido no proponer a ningún candidato para la investidura como presidente de la Generalitat y ha convocado un pleno para el próximo miércoles 26 de junio que servirá para iniciar la cuenta atrás hacia la repetición electoral en Cataluña.

Así lo ha dicho en una declaración institucional desde el despacho de audiencias del Parlament después de finalizar la ronda de consultas con los grupos parlamentarios para proponer un candidato a la investidura, tras la que ha constatado que "ningún candidato ha mostrado su voluntad de someterse a la investidura dentro de los diez primeros días" de la legislatura.

Esta mañana, tanto el PSC como JxCat han trasladado a Rull la intención de presentar a sus candidatos, Salvador Illa y Carles Puigdemont, a un debate de investidura, aunque le han pedido más tiempo para poder articular una mayoría.

Rull firmará la resolución para activar la cuenta atrás el mismo miércoles 26, antes de convocar el pleno, en el que los grupos parlamentarios podrán intervenir por un máximo de cinco minutos cada uno.

La intervención del presidente del Parlament, así pues, será alrededor de las 16:00 de la tarde, tras reunirse por la mañana en la propia cámara con los representantes de los partidos con mayor representación parlamentaria –ERC, PSC y Junts–, y habiendo hecho lo propio ayer con el resto de ellas: Vox, PP, CUP, Comunes y Aliança. Tanto los posconvergentes como los socialistas expondrán que no cuentan con los apoyos necesarios para sacar adelante una investidura y que prefieren, por tanto, no presentarse.

En Junts empiezan a ver imposible la hipótesis de que el PSC se abstenga para investir a Puigdemont, la única fórmula posible para que el independentismo siga en la Generalitat. Que Illa fuera primero a la investidura y fracasara, no obstante, sería un buen escenario para Junts, pues de tampoco prosperar la suya tratarían de culpar al exministro de Sanidad de una repetición electoral que, asimismo, también consideran como escenario probable. Los socialistas, por contra, pedirán «tiempo» al presidente del Parlament, pues confían en convencer a ERC de investir a su candidato y formar un Govern de orientación progresista y catalanista también de la mano de los comunes. Las negociaciones del PSC con los republicanos, de hecho, empezaron ayer de forma oficial con un primer encuentro que, como los de su especie, sirvió para emplazarse a «seguir hablando». Un primer paso, sin embargo, que arroja algo de luz en el camino de Illa a la Generalitat, hoy menos negro que unos días atrás. En el encuentro PSC-ERC no acudieron ni Illa ni Marta Rovira, secretaria general de los republicanos, pero sí lo harán si las reuniones prosperan y se produce un mínimo entendimiento entre ambos de cara a la investidura. Según han afirmado en ERC de forma reiterada, el apoyo en cualquier caso sería externo –les «toca» pasar a la oposición, repiten–, por lo que la coalición estaría formada, en este hipotético caso, por socialistas y comunes, que no impondrían demasiados problemas para alcanzar un acuerdo. Así lo trasladó su líder y candidata Jéssica Albiach en la reunión de ayer con Rull, enfatizando el hecho de que apoyarán un Govern «que tenga como prioridad la vivienda, la sanidad y educación públicas y un cambio de modelo productivo que responda a la planificación ecológica», en el que podrían entrar.

El Partido Popular y Vox, por su parte, negaron cualquier tipo de apoyo tanto a Illa como a Puigdemont en su encuentro con Rull. Mientras la CUP se abrió, como ha afirmado su líder, Laia Estrada, en reiteradas ocasiones, a investir –de nuevo– a Carles Puigdemont mientras «sirva para avanzar en la agenda independentista». Aliança Catalana y su líder, Sílvia Orriols, con quienes PSC y Junts prometieron no negociar al catalogar a la formación de «extrema derecha», mantuvieron su intención de llegar a un acuerdo de investidura con los posconvergentes, como explicó la candidata a este diario antes de las elecciones, pero la respuesta de Junts, presumiblemente, será negativa, al así haberlo pactado por escrito con el resto de formaciones políticas.

El escenario, así pues, es tan sorprendente como crítico, pues no es habitual, en primer lugar, que nadie desee someterse a un debate de investidura –pudiendo hacerlo– y, en segundo, porque la repetición electoral tendrá, a partir del próximo y cercano día 25, el reloj de arena corriendo a su favor. Según marcan los plazos parlamentarios, a partir del primer debate de investidura –o «acto equivalente», en su defecto– se abre un plazo de dos meses en los cuales pueden celebrarse tantos como sea posible para conseguir una mayoría parlamentaria. El 25 de agosto, si no hay antes una investidura, el presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, deberá convocar elecciones, que presumiblemente se celebrarán en octubre: algo que nadie desea pero que todos contemplan dado el bloqueo y la falta de alternativas que expondrá públicamente Rull esta tarde en el Parlament.