Caso Maragall
Tolo Moya (ERC) asegura que la dirección del partido daba órdenes respecto a la estructura B: "Me han utilizado como cabeza de turco"
El exdirector de Comunicación de los republicanos niega haber participado de la campaña de difamación contra Ernest Maragall y apunta al exdirigente Sergi Sabrià, que dimitió de sus cargos, como uno de los responsables
El exdirector de Comunicación de ERC, Tolo Moya, cesado recientemente de su cargo de asesor en la Diputación de Barcelona por su presunta implicación en el caso de la campaña contra Ernest Maragall y en la supuesta estructura B de la formación, ha asegurado esta mañana en una entrevista en Catalunya Ràdio que "era la dirección del partido quien daba las órdenes de tramitar las facturas relacionadas con esta estructura paralela". Tras admitir que en efecto tramitó dichas facturas, ha explicado que no conocía que tenían relación con las campañas de difamación que se llevaban a cabo desde la propia formación contra miembros del partido: "Nunca he tenido conocimiento de nada relacionado con los carteles, me han utilizado como cabeza de turco". Moya no ha querido dar nombres de los responsables de estas campañas para "evitar demandas" y bajo recomendación de su abogado, pero ha sugerido que el exviceconsejero de comunicación de la Generalitat, Sergi Sabrià, que dimitió de sus cargos hace un par de meses, era una de las personas que "pedía hacer cosas no orgánicamente". " "Espero poder ir pronto a los tribunales para defenderme", ha añadido el exdirector de Comunicación de los republicanos, insistiendo en que "pronto" podrá decir "qué delitos se han cometido" y asegurando que "no confía" en la investigación interna que se está llevando a cabo en el seno de la formación: "A Ernest Maragall le han engañado".
Estas declaraciones de Moya llegan tras un convulso lunes en la sede de ERC, pues ayer se publicaron una serie de mensajes de WhatsApp en los que se infería que la secretaria general del partido, Marta Rovira, tenía constancia de esta estructura paralela desde, al menos, enero de 2024, meses antes de que se publicara en los medios de comunicación. También salieron a la luz una serie de pantallazos en los que, en marzo de 2023, cuando se llevó a cabo la campaña contra Maragall, Rovira proponía buscar "votos de solidaridad" por el ataque a su candidato a la alcaldía de Barcelona, que después se supo que vino de la estructura B del partido. Moya, que ha asegurado que entró a trabajar en ERC por ser amigo de la dirigente republicana, ha dicho que no quiere volver a tener responsabilidades en el partido pese a que sigue como militante "para que siga la investigación hasta el final". El exdirector de Comunicación ha denunciado amenazas "para silenciarle" y presiones, y también declara haber sufrido el desprecio de algunos compañeros: "Me dejaron de hablar y ya no estaba convocado a reuniones a las que siempre iba". Tanto Rovira como el expresidente del partido, Oriol Junqueras, pretenden acusarse mutuamente de estas campañas en el marco de un proceso congresual que culminará el 30 de noviembre con dos candidaturas enfrentadas para liderar la formación, algo que según las graves informaciones que van saliendo podría ser decisivo para la militancia. Moya se desmarca en este sentido: "No quiero entrar en si estas personas pertenecen al sector de Junqueras o al de Rovira".
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