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Los diamantes más duros son negros y cayeron del cielo

En el siglo XVIII se descubrió un tipo de diamantes oscuros, opacos y amorfos muy distintos a las joyas transparentes que se forman en nuestro planeta.

Diamantes de tipo carbonado
Diamantes de tipo carbonadoJames St. JohnJames St. John / Wikimedia

Si alguna vez el destino os ha llevado hasta la lista de Wikipedia de los diamantes en bruto más grandes conocidos, habréis visto que el récord lo ostenta Sergio, una mole de 633,4 gramos que fue encontrada en Brasil en 1895 por un señor con el mismo nombre. Ahora bien, Sergio (el diamante) no tenía el aspecto que solemos asociar a estas piedras preciosas. De hecho, aunque la masa original acabó troceada y convertida en material para fabricar herramientas, su apariencia era similar a los diamantes de la foto de arriba.

Como veis, tanto el aspecto de Sergio como el de estos diamantes dista mucho del de las masas transparentes y cristalinas que se utilizan para fabricar joyas. En su lugar, se trata de mazacotes irregulares, oscuros y opacos que no resultan demasiado atractivos a la vista… Y que tienen unas propiedades muy inusuales, para ser diamantes.

Diamantes «carbonado»

Sergio pertenecía a una clase de diamantes llamada «carbonado», unos minerales descubiertos en Brasil en la década de 1840 y que fueron bautizados con este nombre debido a su aspecto «quemado». Además de Brasil, el único otro lugar del mundo en el que se pueden encontrar este tipo de diamantes oscuros es la República Central Africana, al otro lado del océano Atlántico.

A diferencia de los diamantes comunes, compuestos por un solo cristal de este mineral, los carbonados son agregados de miles de granos de diamante de tamaño microscópico orientados en direcciones aleatorias y que además están mezclados con algo de grafito y carbono amorfo. Esta estructura les proporciona una dureza ligeramente superior a la del diamante común, por lo que en su día fueron un material muy preciado para fabricar abrasivos y herramientas de corte. Es más, las brocas con las que se taladraban agujeros para explosivos durante la construcción de túneles transalpinos en la frontera entre Francia e Italia o en la excavación del canal de Panamá estaban recubiertas con fragmentos diminutos de estos diamantes.

Pero su dureza extraordinaria no es la única propiedad que caracteriza los diamantes de tipo carbonado. Por ejemplo, al no ser masas monocristalinas de diamante macizo, poseen cierta porosidad que les proporciona una densidad menor que la de los diamantes corrientes. Además, su textura recuerda vagamente a la de algunas rocas volcánicas o a la escoria de fundición, como si el material de su superficie hubiera estado fundido y hubiera fluido en una dirección preferente en algún momento. Para rematar el asunto, los diamantes de tipo carbonado no contienen inclusiones de otros minerales que están presentes en el manto terrestre, donde normalmente se forman los diamantes. En su lugar, contienen trazas de elementos metálicos puros que son muy poco comunes en nuestro planeta, como el hierro, el níquel, el cromo o el titanio, además de aleaciones entre estos metales.

Todas estas propiedades resultan intrigantes porque los diamantes terrestres se forman cuando una masa de carbono está sometida a unas condiciones de presión y temperatura que, en nuestro planeta, sólo se dan a decenas de kilómetros de profundidad o en la zona de impacto de un meteorito. Pero, aun así, la composición química y la estructura de los diamantes de tipo carbonado no se corresponde con las que cabría esperar si se hubieran formado en uno de estos dos escenarios. Sabiendo todo esto, ¿en qué situación se pudieron formar estos diamantes oscuros que son más duros que el propio diamante?

Diamantes provenientes del espacio

Los diamantes de tipo carbonado tienen dos atributos que ofrecen pistas sobre su posible origen. Uno de ellos es la propia estructura cristalina de estos diamantes, similar a la de los que se producen de forma industrial a través de un método que consiste en depositar vapor de carbono sobre una superficie en condiciones de vacío. El otro es la proporción de isótopos de carbono y nitrógeno que poseen estos curiosos minerales, que es muy distinta a la de los diamantes que se forman en nuestro planeta.

Por tanto, por extraño que parezca, estas características únicas de los diamantes de tipo carbonado sugieren que no se formaron en nuestro planeta, sino en el espacio, y que habrían llegado a la Tierra a bordo de algún meteorito.

Una condrita carbonácea, el tipo de material rocoso y rico en carbono en el que podrían haber llegado a la Tierra los diamantes carbonados.
Una condrita carbonácea, el tipo de material rocoso y rico en carbono en el que podrían haber llegado a la Tierra los diamantes carbonados.James St. JohnJames St. John / Wikimedia

Por supuesto, «el espacio» es un término muy general. ¿Dónde se formaron exactamente estos diamantes? No se sabe con seguridad, pero podrían ser fragmentos de una estrella enana blanca que fueron expulsados al espacio después de que reventara o se podrían haber formado en el interior de un cuerpo de tamaño planetario que tenía un alto contenido en carbono y que fue destruido por un impacto con otro cuerpo celeste, por ejemplo.

Sea como sea, esos diamantes oscuros acabaron incorporados en la masa de algún asteroide o cuerpo cometario que se precipitó sobre nuestro planeta hace unos 2300 millones de años, una época en la que los continentes tenían una configuración muy distinta a la actual. De hecho, la región sembrada de fragmentos de meteorito que rodeaba la zona de impacto fue dividida por la mitad por la actividad tectónica. Y, con el tiempo, estos diamantes provenientes del espacio fueron separados por las fuerzas de la Tierra hasta quedar repartidos entre lo que hoy en día son Brasil y la República Central Africana.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • No se deben confundir los diamantes de tipo carbonado con las «indochinitas» (llamadas así porque se encuentran en la península de Indochina). Estas últimas son fragmentos de un material negro y vitrificado que se formó a partir del material fundido que salió despedido tras el impacto de un meteorito sobre la superficie terrestre.

REFERENCIAS (MLA):