Astronomía

Terremotos estelares, más de 150 000 asteroides y la Vía Láctea con todo lujo de detalle en la misión Gaia

La misión espacial Gaia nos ha permitido obtener el mejor registro de la vía láctea hasta la fecha donde se han analizado más de 1 800 millones de estrellas y otros cuerpos celestes.

La misión Gaia permite conocer la Vía Láctea como nunca antes
La misión Gaia permite conocer la Vía Láctea como nunca anteslarazon

A las 9 horas, 14 minutos y 12 segundos del 19 de diciembre de 2013 un gran estruendo sacudía el Puerto Espacial Europeo de la Guayana Francesa. Los motores de la Soyuz que transportaba observatorio espacial Gaia se habían puesto en marcha y catapultaban a la sonda a cientos de kilómetros por hora hacia el cielo. Por delante esperaba un viaje de 1,5 millones de kilómetros hasta llegar a al punto L2 de Lagrange, una zona ideal para observar las estrellas, ya que en ese punto La Tierra actúa como una gigantesca sombrilla y permite tener lo que tanto ansían los astrónomos: Oscuridad. En tan solo tres semanas por fin llegaba a su destino y comenzaba a observar el cielo como nunca antes gracias a sus instrumentos y a su cámara de un millón de megapíxeles.

Qué hay en el cielo

La misión Gaia ha estado operativa desde entonces escaneando de forma autónoma millones de estrellas y recogiendo los datos de sus coordenadas y su composición. Estos datos se envían a La Tierra en diferentes “paquetes” acumulativos, es decir, los primeros datos que nos llegaron fueron en 2016 sobre los primeros 14 meses de la misión, los segundos, que llegaron en 2018, incluían los 22 primeros meses y los últimos que nos llegaron el 13 de junio de 2022 incluyen los 34 meses transcurridos desde el inicio de la toma de datos. Por tanto, la información de la que disponemos ahora es la más completa hasta la fecha.

Y por supuesto, el número de datos recibido en este último paquete es –nunca mejor dicho- astronómico. En estos 34 meses, la misión Gaia ha conseguido identificar más de 1 800 millones de objetos, y calcular tanto la masa, la velocidad y la composición de muchos de ellos. Para comprender qué significan estos datos, podemos tratarlos el cielo como si nos hubiesen dado un mapa de nuestro país. En este hipotético mapa, la Vía Láctea sería nuestra ciudad, el resto de galaxias otras ciudades y el Sistema Solar, el barrio donde se encuentra nuestra casa: La Tierra.

Las ciudades vecinas

De todos los objetos observados, se estima que unos 4,8 millones son galaxias, cada una con miles de millones de estrellas. De estos millones de galaxias aproximadamente 1,3 millones se desplazan al rojo, es decir, se están alejando de nosotros y en algún momento futuro se perderán para siempre en la inmensidad del cosmos. Pero no solo se han observado galaxias establecidas, también se han detectado más de 6 millones de posibles cuásares, objetos extremadamente brillantes que podrían ser galaxias en sus primeros estadios de vida. Analizarlas y estudiar su composición y evolución nos puede aportar pistas sobre cómo nacen, se organizan y toman forma estas ciudades llenas de estrellas. De momento, los datos muestran que aproximadamente 60 000 de estos cuásares podrían tener un agujero negro supermasivo en su interior y podría ser clave en su formación.

Nuestra ciudad

Aunque lo realmente interesante se encuentra en lo que hemos descubierto sobre la evolución de la Vía Láctea. Tras analizar 1,59 mil millones de objetos y cubrir aproximadamente un 1% de todas las estrellas de nuestra galaxia, los científicos podrán profundizar en el conocimiento sobre los mecanismos que le dan forma y la hacen evolucionar. Gracias a los datos de la composición de las estrellas es posible saber dónde y cuándo se formaron y, además, estudiar la trayectoria de sus movimientos en el pasado, pudiendo retroceder miles de millones de años.

Pero sin duda, la gran sorpresa ha sido que los astrónomos también han podido observar pequeñas variaciones en las superficies de miles de estrellas, un suceso que han denominado terremotos estelares o “astromotos”. Estos acontecimientos eran desconocidos hasta ahora y abren un nuevo campo de estudio, la “astrosismología”, que tratará de explicar cómo y porqué se producen estos cambios es la superficie de las estrellas.

Nuestro barrio

Pero la misión de Gaia también tiene como objetivo observar los que sucede en nuestro Sistema Solar. Hasta ahora sus sensores han conseguido detectar más de 158 mil objetos moviéndose alrededor de nuestra estrellay calcular la órbita de más de 154 mil. Entre estos objetos encontramos asteroides, cometas e incluso 31 lunas que se encuentran orbitando alguno de los gigantes gaseosos. Y es que nuestro barrio es mucho más que los 8 planetas (y Plutón), sino que es una maquinaria que se ha moldeado durante miles de millones de años hasta la actualidad.

Toda esta información es de gran ayuda para comprender las leyes que rigen el universo y añadir robustez a las teorías existentes. Por ello, se espera que la misión Gaia continúe hasta 2025, momento en el que enviará datos de un periodo de tiempo todavía más amplio que se utilizará tanto para contrastar la información ya disponible como para realizar nuevos descubrimientos.

QUE NO TE LA CUELEN

  • Un concepto que se repite mucho cuando se habla de la composición de las estrellas es la metalicidad. Para los astrónomos, cualquier elemento más pesado que el helio se considera metal y cuanto más metal tienen en su interior es porque son estrellas de generaciones más avanzadas y, generalmente, más jóvenes. Las estrellas con menor metalicidad se formaron al principio del universo porque en aquellos momentos los metales no se habían creado por los procesos de fusión nuclear.

REFERENCIAS (MLA)