Espacio

Despega el cohete más potente de la historia

Artemis I ya está camino a la Luna acercándonos un poco a las misiones tripuladas

El SLS despegando desde la rampa de lanzamiento 39B del Kennedy Space Center.
El SLS despegando desde la rampa de lanzamiento 39B del Kennedy Space Center.La Razón(NASA/Bill Ingalls)

A las 7:47 del miércoles 16 de noviembre, despegó con éxito el Artemis I, la primera de una serie de misiones que pretenden devolver a los Estados Unidos a la Luna. Hace más de 50 años que la NASA no enviaba a la Luna una misión que, potencialmente, pudiera albergar tripulantes. Porque, aunque en Artemis I no vuela ningún humano, su infraestructura lo permitiría y, de hecho, la idea es que así sea para las próximas misiones de Artemis, en las cuales se usará el mismo modelo, tanto de cohete como de cápsula. El viaje durará 25 días, tiempo durante el que la misión cubrirá una distancia de 2 millones de kilómetros, el equivalente a dar 50 vueltas alrededor de la Tierra. De ello podemos deducir que, la velocidad media del viaje será de 3300 kilómetros por hora.

El propósito de Artemis I es relativamente poco ambicioso. Podríamos decir que, en el corto plazo, no destaca tanto como lo hace desde una perspectiva general. Lo que pretende la NASA con esta misión es poner a prueba los sistemas que, en futuras misiones Artemis, llevarán a la Luna a seres humanos. Podríamos imaginarlo como una prueba de seguridad. Y es que esta ha sido la primera vez que el cohete SLS (Sistema de Lanzamiento Espacial) y la cápsula Orión, despegaban juntos. En su interior viajan 3 maniquíes para estudiar algunos efectos del viaje en seres humanos: Moonikin Campos, Helga y Zohar. No podemos negar que la NASA ha mostrado cierto sentido del humor, sobre todo por el detalle de que, junto con estos tres maniquíes, viaja un peluche de Snoopy sin ningún propósito científico o tecnológico.

Artemis I
Artemis ITeresa Gallardo

Los próximos días

Para tener una visión general de las misiones Artemis, debemos saber que esta primera misión no tripulada simplemente sobrevolará la Luna, pero no aterrizará. Lo mismo hará Artemis 2, posiblemente durante 2024, momento en que volverá a sobrevolar nuestro satélite, pero esta vez con humanos a bordo. Finalmente, se espera que Artemis 3 pueda, por fin, volver a poner personas en la Luna, pero, si vamos un poco más allá, descubriremos que parte de este proyecto busca desarrollar una estación espacial que orbite la Luna bajo el nombre de Gateway.

La misión amerizará, en principio, en 11 de diciembre. Hasta entonces, el viaje de Artemis I es, más o menos, el siguiente: tras vencer la velocidad de escape de la Tierra y salir de nuestra atmósfera, entrará en órbita, dando parte de una vuelta en torno a nuestro planeta antes de que la cápsula Orión se separe de todas las etapas del cohete. Entonces se encaminará a la Luna, cuya superficie sobrevolará a menos de 100 kilómetros de altura. Allí entrará en la órbita de la Luna y, tras varias vueltas, volverá a dirigirse hacia el planeta Tierra, donde el módulo de la tripulación (donde solo viajan maniquíes y un Snoopy, como hemos dicho), separará del resto de la misión para volver a entrar en la atmósfera y posarse en el mar, concretamente caerá en el océano Pacífico, a unos kilómetros de la costa de California

El retraso

Los aficionados a la exploración espacial saben bien que, a veces, las misiones se retrasan y que dependen de tantos factores que sus demoras no son de horas o de días, sino que pueden llegara a alargarse meses. Por ejemplo, esta misión, Artemis I, se planteaba para finales de agosto de este año y, tras dos retrasos, nos encontramos en noviembre. Por un lado, es importante que todo funcione a la perfección cuando los riesgos son tan elevados. Porque, aunque no hay tripulantes que se jueguen la vida, perder el cohete supondría un serio daño en los presupuestos de la NASA. Por ese motivo, cuando se detectó una fuga de combustible, aunque el error no parecía grave, se detuvo todo para poner a punto los sistemas y asegurarse de que, al menos, teníamos controlado todo lo que era humanamente posible.

Por otro lado, estos retrasos se relacionan con la ubicación de los cuerpos celestes. La órbita de la Luna alrededor de la Tierra no es perfectamente circular, por lo que hay momentos en que se encuentra más cerca de nosotros y otros en los que está especialmente lejos. La distancia, por lo tanto, así como las maniobras que ha de hacer orbitando la Tierra y Luna, hacen que se necesite una posición concreta del planeta y su satélite en el momento del lanzamiento. Está claro que los retrasos son un engorro para quienes disfrutan de estos hitos, pero quedan todavía muchas misiones Artemis que se beneficiarán de esta cautela.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Cada kilo extra que se sube a un cohete supone un gran sobrecoste, no solo porque hay que añadir la cantidad de combustible necesaria para superar ese peso a mayores, sino porque hay que sumarle el combustible que ayudará a hacer despegar el peso del combustible que acabamos de añadir. Puede parecer una tontería y, por supuesto, tiene solución, pero nos permite entender uno de los principales problemas del despegue y por qué un cohete como, por ejemplo, el Saturno V, es en un 85% de su peso, combustible. Visto así, enviar un peluche de Snoopy, y asumiendo un peso promedio, ha podido costar un par de miles de euros, lo cual, en la partida total, es casi nada.

REFERENCIAS (MLA).