Neurociencia

Encuentran el lugar del cerebro donde se encuentra el altruismo y ocurre esto si se daña

Un nuevo estudio ha dado con el lugar del cerebro implicado en decisiones y conductas prosociales

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Imagen de stock de una persona señalando estructuras cerebralesFreepik

El cerebro es una masa gelatinosa formada por 86.000 millones de neuronas y, a pesar de su complejidad, las ha conectado a sí mismo de la manera adecuada. De todo ese “cableado” emerge la atención, la memoria, el lenguaje, y toda una serie de habilidades, como la empatía. ¿Cómo es posible? Eso es lo que (todavía) n tenemos claro. Por suerte, Científicos de la Universidad de Birmingham y la Universidad de Oxford muestra por primera vez la relación entre una región llamada corteza prefrontal ventromedial (vmPFC) y los comportamientos de ayuda.

El artículo ha sido publicado en la revista Nature Human Behaviour y, aunque su diseño metodológico lo hace menos riguroso de lo que podría ser, arroja algo de luz sobre el problema. Lo que buscaba no era solo un correlato neuronal (la correlación entre una función cognitiva y una estructura del cerebro), sino las subdivisiones que estas estructuras podrían tener. Por eso, dar con una relación tan clara como esta, siempre supone un avance interesante en la neurociencia.

El paraguas de la empatía

Podríamos decir que lo que este equipo buscaba era la empatía, y así es, pero depende de lo que consideremos empatía. Popularmente utilizamos el término con mucha ambigüedad, y no nos referimos a que algunos confundan empatía con simpatía. Nos referimos a que existen, al menos, tres formas de empatía diferentes que algunos intercambian sin demasiados miramientos. Por ejemplo, no es lo mismo saber qué siente otra persona, que sentirlo o que, directamente, sentirse impelido a tomar medidas en una injusticia.

Algunas personas, como decíamos en el párrafo anterior, se refieren a empatía como la habilidad de interpretar lo que otra persona está sintiendo desde una perspectiva racional. Otras lo vinculan con ese sentimiento reflejo por el que padecemos o disfrutamos en carne propia lo que otros están viviendo. Otros consideran que, la empatía, es eso último, pero solo combinado con el impulso de tomar medidas para que las cosas cambien. En realidad, en este estudio se ha analizado ese último tipo, el de los comportamientos de ayuda o prosociales.

80 pacientes

Para estudiarlo, el estudio tomó a 80 sujetos, 40 de los cuales pertenecían al grupo control y no tenían ningún tipo de problema relevante. Los otros 40 tenían lesiones cerebrales y, solo 25 de esos 40, tenían la lesión en la corteza prefrontal ventromedial. Posteriormente, cada participante asistió a un experimento donde conocieron a otra persona de forma anónima. Allí, completaron una tarea de toma de decisiones que medía cuán dispuestos estaban a ejercer esfuerzo físico (apretar un dispositivo) para ganar recompensas (dinero) para ellos mismos y para la otra persona. La clave estaba en que los participantes hubieran conocido a las personas para las que “trabajaban” justo lo suficiente para que les pusieran cara, pero no para discrepar de cuestiones ideológicas o vitales.

Curiosamente, los resultados revelaron que los pacientes con daño en la vmPFC estaban menos dispuestos a elegir ayudar a otros, ejercían menos fuerza incluso después de decidir ayudar, y ganaban menos dinero para ayudar a otros en comparación con los grupos de control. Esa es la relación encontrada por el estudio: la lesión en estas estructuras parece impedir la correcta toma de decisiones de carácter prosocial.

En palabras del coautor principal, el Dr. Jo Cutler, dijo: "Además de entender mejor la motivación prosocial, este estudio también podría ayudarnos a desarrollar nuevos tratamientos para trastornos clínicos como la psicopatía, donde comprender los mecanismos neuronales subyacentes puede darnos nuevas ideas sobre cómo tratar estas condiciones". Una afirmación controvertida, ya que no se considera la psicopatía una enfermedad. Habrá que ver si otro estudio logra replicar estos resultados u otros parecidos, pero estamos un paso más cerca de entender cómo se las ha apañado la naturaleza para que pongamos en riesgo nuestra supervivencia para ayudar a otros.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • En realidad, este estudio recluta a una cantidad de individuos relativamente baja, aunque es cierto que este tipo de estudios, donde es necesario aplicar resonancias magnéticas, suelen contar con pocos sujetos.

REFERENCIAS (MLA):