Curiosidades
Nuestros cerebros no son iguales: Estas son las diferencias entre zurdos y diestros
Más allá de la mano con la que sostener la cuchara, hay verdaderas disparidades entre los dos tipos de persona
Arriba, abajo, izquierda y derecha son los primeros ejes de referencia que recibimos como herramienta para orientarnos cuando somos pequeños, y con el paso de los años se irán complicando cada vez más: norte y sur, meridianos, latitudes, GPS, Trópico de Cáncer, etc. Para un geólogo, un astrónomo o un diseñador de mapas, las unidades de coordenadas pueden enrevesarse para conseguir más precisión hasta el infinito.
Para el resto de mortales, especialmente los disléxicos, ya es bastante con izquierda y derecha, y a veces hasta se nos complica. En política, este término marcaba las diferencias de pensamiento y se adoptó después de la Revolución Francesa de 1789, dependiendo del lugar que ocupaban los representantes en la asamblea nacional según su ideología. Hoy en día muchos sociólogo lo consideran una categoría en declive, pero sigue utilizándose porque es una referencia útil.
Pero yendo al plano más terrenal de la connotación de estas palabras, están relacionadas con una característica fundamental del funcionamiento del cerebro humano: la lateralidad. Es decir, la preferencia por el uso de órganos situados a uno u otro lado del cuerpo, especialmente de las manos, nuestra principal herramienta de trabajo. Esta predilección viene marcada por diferencias cerebrales, y tiene un claro componente genético.
Diferencias cerebrales entre zurdos y diestros
Siempre se ha dicho que el mundo está hecho para los diestros, y es que tan solo poco más del 10% de la población española prefiere la mano izquierda para escribir o realizar otras tareas. Tanto a los toreros como a las personas hábiles se les conoce como 'diestros', dejando de lado a los zurdos, que son igual de capaces, pero funcionan como en espejo. Amanecer 'con el pie izquierdo' tampoco es una desgracia para una de cada diez personas.
La lateralidad viene establecida desde el cerebro, que se divide en dos hemisferios. La parte derecha controla los órganos y extremidades del lado derecho del cuerpo, mientras que la izquierda se encarga de los contrarios. Ser zurdo o diestro implica una prevalencia cerebral de uno de los dos hemisferios sobre el dominio del resto del organismo.
Entre medias de los dos mundos se encuentran los ambidiestros (que no 'ambizurdos'), personas capaces de utilizar ambas mitades de su cuerpo con la misma o parecida destreza. Durante muchos años, en los centros educativos se castigaba a los zurdos por escribir con la mano izquierda, y a base de mucho esfuerzo conseguían aprender a caligrafiar con la derecha, aunque no por ello desaprendían lo que a sabían hacer de forma natural. Su condición sería de ambidiestros, pero no natural, sino adquirida.
Leyendas sobre zurdos y diestros
Existe un mito muy extendido que afirma que las personas zurdas tienen mayores talentos para las artes o el lenguaje, pero este hecho no ha sido aún avalado por ningún estudio científico de manera concluyente. La capacidad depende más de la genética y del esfuerzo personal, ya que se pueden pintar obras maestras con cualquiera de las dos manos. Tan genios eran Miguel Ángel y Pablo Picaasso con su mano izquierda como Van Gogh o Velázquez con la derecha.
Una pregunta habitual es si el ser humano es el único habitante sobre la Tierra con lateralidad. Lo cierto es que existen gran cantidad de otros animales, especialmente mamíferos superiores con cerebros desarrollados, con claras preferencias por un lado del cuerpo. Se ha comprobado esta cualidad en perros, gatos, loros, chimpancés y más primates, entre otros.
Por otra parte, aunque es menos común, existen numerosos casos de 'lateralidad cruzada'. Esta se da cuando una persona tiene claras preferencias a la hora de utilizar partes del cuerpo distintas de lados contrarios. Por ejemplo, coger los cubiertos con la mano derecha, pero jugar al fútbol con el pie izquierdo. No se trata e una patología, simplemente de una cualidad genética.
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