Crítica de cine
Crítica de “Una gran mujer”: Ellas y el horror ★★★✩✩
Dirección y guión: Kantemir Balagov y Aleksandr Terekhov. Intérpretes: Viktoria Miroshnichenko y Vasilisa Perelygina. Rusia, 2019. Duración: 132 minutos. Drama.
Como ocurría en «Demasiado cerca», «Una gran mujer» contiene una secuencia que hiela la sangre y que es, al mismo tiempo, una barbaridad y un prodigio de puesta en escena. Diríase que es uno más de los horrores de la (pos)guerra que Kantemir Balagov apunta en una lista de múltiples atrocidades que parece no tener fin, y que pone en contacto a dos mujeres fuertes que se conocieron en las trincheras y que, ahora, en la miseria de un Leningrado en plena devastación, se unen y se repelen según su traumática relación con la maternidad. Iya y Masha se definen a través de un complejo entramado de rojos y verdes, colores complementarios que explican una dependencia tan ligada al rechazo como a la complicidad.
Encerradas en interiores que aplastan un rostro contra el otro, en un hospital de veteranos lisiados que piden a gritos la eutanasia o en un piso patera que huele a frío y a potaje aguado, ambas se mueven por los impulsos irracionales que a veces resultan demasiado opacos, y a los que Balagov cede con una cierta indulgencia. «Una gran mujer» es una película profundamente dura, áspera, que busca la calidez en la fricción de dos corazones solitarios, pero que a veces se comporta como si se sintiera obligada a cumplir un cupo de sordidez y fatalismo que nadie le ha exigido.
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