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El aguacate, ¿primo hermano de la naranja?

Esta fruta tropical, cuyos orígenes se sitúan en el sur de México y norte de Guatemala, cuenta con una implantación creciente en la Comunitat Valenciana, que va a la zaga de Granada y Málaga, principales regiones productoras de España y de Europa.

Aguacates
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Todavía está por ver si el «boom» del consumo de aguacate, conocido también como «oro verde» por su elevado precio, es solamente una moda pasajera o una costumbre que ha quedado ya implantada entre los hábitos de miles de españoles. Durante los últimos años se ha escrito mucho sobre sus múltiples propiedades beneficiosas para la salud y ya hay cientos de recetas de nutricionistas en las redes sociales que utilizan como base este fruto tropical. Todo ello ha llevado a que el consumo anual de esta fruta crezca en España a un ritmo de dos dígitos, por lo que no es de extrañar que la producción en el país se incremente en el mismo sentido. El año pasado creció un 14 por ciento, situándose ya entre las 50.000 y 60.000 toneladas. Siendo una cifra muy elevada, no llega ni al diez por ciento de lo que actualmente se consume en Europa. España es, por el momento, el principal país productor de la eurozona, debido fundamentalmente a su clima. Málaga y Granada son las zonas productoras de este fruto más importantes, con unas 15.000 hectáreas de plantación, lo cual representa el 77 por ciento de la producción española. Otras regiones como Canarias, Huelva y Cádiz están empezando a iniciarse en este cultivo. En la Comunitat Valenciana, por el momento, existen solo 1.000 hectáreas de producción, poco en comparación con los andaluces, pero una cantidad nada desdeñable si se tiene en cuenta que se ha multiplicado por cuatro durante los últimos cinco años. Aunque siempre se ha considerado que las tierras valencianas no eran válidas para el cultivo de esta fruta, el libro «El aguacate en la Comunitat Valenciana», escrito por el investigador Tomás Faulí y editado por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) y Fuvama, sentó las bases para que algunos empezaran a atreverse con esta fruta. Faulí, de hecho, fundamenta su escrito en la comparación permanente entre el aguacate y los cítricos, señalando que las necesidades climatológicas, hídricas y de tipo de suelo de estas dos especies son muy similares. Es más, el documento presenta un mapa térmico de las zonas de la Comunitat en las que se podría plantar este cultivo debido a su temperatura, y es prácticamente igual que el que realizó la Conselleria de Agricultura en los años 80 sobre los cítricos. Las zonas de las región más propicias -hasta el momento- para cultivar el «oro verde» son el Camp de Morvedre, La Safor, Benifaió y Llaurí, es decir, zonas en las que no se producen grandes heladas y en las que existe una especie de «microclima» con temperaturas especialmente cálidas. Gracias a la obra escrita por Faulí y al hecho indiscutible de que el aguacate es mucho más rentable que cualquier otro de los cultivos en la Comunitat Valenciana -su precio alcanza entre dos y tres euros por kilo- cada vez son más los productores que se atreven con esta fruta. Tanto es así que ya existe una Asociación de Productores de Aguacate (Asoproa), nacida en la Comunitat al calor de AVA, pero que está abierta a agricultores de toda España. Su presidente, Celestino Recatalá, señala que el aguacate es ya una alternativa al resto de cultivos existentes en la región y que su rentabilidad es muy elevada. Además, apunta a que gracias a las investigaciones se está consiguiendo que las plantas produzcan más y una mejora en su manejo y cultivo. Recuerda además, que a pesar de las críticas que recibe este cultivo por el elevado consumo de agua, este es muy similar al de los cítricos. Pero no todo son ventajas. Iniciarse en este campo requiere una importante inversión, puesto que la planta es todavía bastante cara -aparte de lo que supone arrancar un cultivo ya existente y esperar a que el siguiente produzca frutos. Desde AVA advierten de que antes de lanzarse a esta aventura -muy interesante pero con cierto factor de riesgo- es preciso asegurarse de que las condiciones de la zona en la que se va a plantar son las idóneas. Recuerdan que ha habido casos en la provincia de Castellón en los que, tras realizar una importante inversión, el cultivo fracasó. De cara al futuro, los principales riesgos a los que se enfrenta este cultivo son, por una parte, que se produzca una saturación del mercado -como ya sucedió con el caqui- y los precios se reduzcan, y por otra la entrada cada vez mayor de aguacates procedentes de países terceros, es decir, no europeos, a un menor coste. Cabe resaltar que este «handicap» existe en muchas otras frutas y verduras. Las organizaciones de productores valencianas -y del resto de España- piden insistentemente que la Unión Europea cree barreras de entrada para estos alimentos llegados de fuera de la UE y que son mucho más competitivos que los nuestros.

¿De qué estamos hablando?

El origen del aguacate parece tener lugar en zonas altas del sur de México, y norte de Guatemala, aunque ya en tiempos precolombinos se cultivaba en extensas regiones de Perú donde fue introducido en el año 1450 por el inca Tupac Yupanqui, después de conquistar a la tribu palta en la parte sur del ecuador. De ahí que en Sudamérica se refieran al aguacate como palta. La palabra aguacate proviene del idioma náhuatl, de la palabra «ahuacatl», que significa «testículo». Al parecer, los nahuas le llamaban así por su forma e incluso porque en su forma natural se encuentra colgando del árbol.

Para una correcta polinización, los árboles de aguacate requieren crecer por parejas, es decir, junto con otro árbol, (macho y hembra a la vez). Por ello, los aztecas consideraban la fruta como símbolo del amor y la fertilidad. Son muchas las virtudes que se le atribuyen. Entre ellas, el hecho de contar con un elevado porcentaje de grasa (14 por ciento) saludable y prevenir las enfermedades cardiovasculares.