
Tensión en Les Corts
El PP valenciano sale del barro de la dana con la ayuda del "caso Koldo"
Mazón atiza a la izquierda por la corrupción socialista y desliza su intención de medirse con Diana Morant en las próximas elecciones: "Que siga todo el tiempo posible"

«No nos van a votar a ninguno». Es la frase que pronunciaba una experimentada diputada antes de presenciar la sesión de control al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. El debate se preveía caliente, pues la tarde anterior el pleno había terminado con un desagradable enfrentamiento entre una diputada del PSPV y otra del PP que comenzó la segunda, Verónica Marcos, por decir que la secretaria general Diana Morant le debía el puesto al ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. De ahí la cosa derivó en insinuaciones a la propia Marcos y a la vicepresidenta primera del Consell, Susana Camarero, que nada tenía que ver en el asunto. «Le debe el puesto a Eduardo Zaplana, con el que tenía una relación especial», dijo.
Y aunque había pasado una noche entera para calmar los ánimos, no se hablaba de otra cosa en los pasillos. Los diputados venían dispuestos a darlo todo en la última sesión ordinaria del curso antes de las vacaciones de verano.
Al PP, el «caso Koldo» le ha sacado de ese profundo agujero al que cayó tras la dana por la cuestionada gestión de Mazón. PSPV y Compromís volvieron a preguntarle por qué no ha dimitido y el jefe del Consell salió por dónde más le convino.
Lo hizo además con la convicción y con un tono que recordó al de aquel Mazón que solo podía seguir creciendo y que cayó en picado después del 29 de octubre.
Esta vez fueron los diputados del PP los que tenían preparada su actuación. «Lo sabían todo y lo taparon. Gobierno corrupto» ponía en los carteles que ilustraron con fotos de Morant junto a los dos ex secretarios de Organización del PSOE, Santos Cerdán y José Luis Ábalos, sobre los que al parecer pivota la trama de mordidas desarrollada durante el Gobierno de Sánchez.
Este comienzo encendió los ánimos de unos diputados, los del PP y Vox, que están dispuestos a exprimir al máximo este caso, y otros, los de la izquierda, que contemplan anonadados cómo se ha dado la vuelta al tablero.
A partir de ahí se escuchó de todo. Se ha habló de «puteros», machismo, orgías y comilonas a costa del erario. Los toros tampoco faltaron en un debate que mejor que no sea recordado.
El síndic del PSPV, José Muñoz, defendió el liderazgo de la secretaria general del PSPV, Diana Morant. Recordó a Mazón que «llegó a presidente de la mano de un corrupto, por ser el ‘golden boy’ de Zaplana» y le recomendó que pregunte al alcalde de La Nucía y diputado de la Diputación de Alicante, Bernabé Cano, sobre orgías. Mazón, en ese diálogo de sordos en el que se han convertido Les Corts, le preguntó si mantenía el «aplauso al ataque más machista de la historia de Les Corts», en referencia al rifirrafe del día anterior. Expresó además su deseo de que Morant se mantuviese en su cargo, dando incluso a entender, que mantiene la intención de enfrentarse a ella en 2027.
Pero si violento fue el enfrentamiento con Muñoz, quedaba el del síndic de Compromís, Joan Baldoví, quien decidió tutear al presidente porque, según aclaró hace semanas, no merece su respeto.
Mazón, que sigue tratándole de usted, le hizo la misma cuestión que a Muñoz. Una vez más, no hubo respuesta pues Baldoví tenía otra pregunta preparada. Utilizó una información publicada en el diario.es para acusarle de gastarse 853 euros en un restaurante. «No tiene paras las farmacias, pero sí para comidas, cenas y mariscadas» que se reflejan en cerca de 250 tiques.
El presidente aseguró que él se paga sus comidas personales y dio a Compromís donde más le duele, en su seguidismo a Pedro Sánchez. «Usted dice, sí ‘bwana’ a todos sus gastos».
✕
Accede a tu cuenta para comentar