Agricultura

La acumulación de existencias y la postpandemia acechan al vino de calidad

Las bodegas coinciden en que se avecinan tiempos “duros” y de cambios en el negocio

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La acumulación de existencias de las añadas en curso y la incertidumbre por lo que vendrá después de la pandemia son algunos de los aspectos que, según profesionales de la viticultura y responsables de bodegas, acechan al vino de calidad y les hace temer por un complicado futuro a corto y medio plazo.

Así lo explican a EFE Juan Antonio Leza, responsable de viticultura y consejero ejecutivo de Bodegas Gómez Cruzado, una de las centenarias del Barrio de La Estación de Haro -capital del vino de Rioja-, y Rodolfo Valiente, enólogo y gerente de Bodegas Vegalfaro y de Pago de Balagueses en Requena (Valencia), quienes coinciden en que se avecinan tiempos “duros” y de cambios en su negocio.

La acumulación de añadas en bodega, primer problema

“Está siendo duro por lo que ya vemos y por la incertidumbre de lo que vendrá. Sabemos lo que supone estar un mes con ventas cero, pero tomas medidas como ajustar la parte de gasto, aunque la mayoría de ellos son fijos, y se hace un ERTE, pero el problema mayor es lo que viene de aquí en adelante”, apunta Leza.

Su canal actual de distribución está cerrado y aunque puedan vender a clientes particulares, es un porcentaje mínimo: “No sabemos hasta cuándo y las consecuencias reales, pero partimos de un negocio en el que el peso en el balance de las existencias es altísimo porque tenemos vinos de larga permanencia en bodega”, explica.

“Si a eso le añades un frenazo en seco de las ventas, ese peso es terrible y la capacidad financiera se ve frenada”, alerta el viticultor riojano, quien recuerda que su negocio no está en los supermercados, sino en “vender vino cuando la gente está en su momento de disfrute en un restaurante o en los bares”, locales que desconocen aún cuándo reabrirán.

Para Valiente, el almacenaje excesivo y las añadas que ya están en elaboración en la bodega es un problema que se une a que los trabajos en el viñedo empiezan ya, se prolongan próximamente y acaban en unos meses con la vendimia de la cosecha. “El problema es acumular botellas, y con las que están ya en bodega de la añada actual y con la que está cayendo ¿cómo haces un almacén nuevo? ¿Qué haces, no embotellar la siguiente?”, se pregunta el enólogo valenciano.

Y luego está qué hacer con determinados vinos como el joven, el cava o el rosado, “que necesitan de un consumo más inmediato y como no salga al mercado de aquí al verano supone un parón que puede suponer que pierda condiciones o cambie su estilo”, advierte.

Como Valiente, Leza cree que cuando se reinicie la actividad comercial, parte de las ventas que no se han hecho en ese tiempo se hará, pero será un pequeño porcentaje y habrá un retraso de las añadas que están en crianza en bodega; eso, a su juicio, “también condicionará las labores en la viña, donde se buscará poca cantidad y mucha calidad”, pero todo condicionado al equilibrio en el viñedo.

¿Cuándo se normalizará la restauración?

El regreso de restaurantes y bares y en qué condiciones lo harán es otro de los asuntos preocupantes en el sector del vino de calidad. “Ahora me cuesta pensar en la calle Laurel (Logroño) y en las barras de toda España con la gente codo con codo, y pienso que eso no va a volver pronto porque a la gente le va a costar volver a tomar confianza. Nuestros vinos se consumen cuando la gente sale de casa. ¿Cuándo y en qué condiciones va a volver a eso? No lo sabemos, eso es lo malo”, lamenta Leza.

La incertidumbre por “la velocidad a la que irá la recuperación” en la hostelería es para Valiente uno de los principales escollos que se encontrarán. “Tenemos que recuperarnos según las medidas que tome el Gobierno, pero si ya se habla de menos mesas en restaurantes, separadores físicos entre mesas y que las barras se van a prohibir, lógicamente durante un tiempo disminuirán los comensales y eso repercute en un menor número de botellas consumidas”, explica.

Apoyos financieros y reinvención

Respecto a las medidas financieras, Leza reconoce que hay unas a través de créditos ICO que les ayudará a tener liquidez en este periodo, pero recuerda que “la deuda hay que devolverla” y la preocupación es si eso les limitará a las empresas en el futuro."Todo apunta a que nos tenemos que reinventar. Lo de vender solo a hostelería y tiendas especializadas no servirá y tendremos que buscar otros canales, como la venta ‘online’ y servicio a domicilio. Nos tendremos que acoger a eso para hacer balance con lo que perderemos en hostelería", explica el responsable de viticultura y de Gómez Cruzado, bodega fundada en 1886.

Leza teme otra pérdida de ingresos por el cierre temporal e indefinido del enoturismo, una línea de negocio que desde su bodega se ha potenciado a través de la hospitalidad y la calidad de sus caldos.

El vino del super y las tiendas virtuales

Para Valiente, la gente en España es, respecto al vino, “bebedora social” y consume menos en casa, y destaca que en el confinamiento las ventas han subido en los supermercados con un tipo de vino más asequible.

Sobre la venta por internet, el enólogo de Pago de los Balagueses apunta: “Si no estás posicionado desde hace tiempo en este estilo de venta los clientes no te vienen en el primer mes, y como no estés trabajando durante tiempo hará que no te comas un rosco”.

El cuidado del viñedo

¿Y el cuidado de la viña? “Hasta ahora el trabajo se ha podido hacer bien pero el periodo de brotación empieza ahora; en dos semanas deberíamos tener a quince personas en la viña y no sabemos de dónde las vamos a sacar. Afectará al propio viñedo, pues el trabajo estacional empieza ahora y acaba con la vendimia en octubre”, dice Leza.

Recuerda que la mano de obra en el viñedo procede de inmigrantes que ahora no pueden venir, y con los trabajadores fijos con los que cuentan no es suficiente. “A ver qué medida se toma para facilitar la movilidad de trabajadores. La solución de facilitar a gente que siga cobrando el paro y pueda trabajar en el campo es difícil que se dé”, concluye.