Coronavirus
Las asesorías, los otros héroes de la pandemia
Ayudas, créditos ICO, ERTE y campaña de IRPF, una “locura” para las asesorías
Ayudas a empresas y autónomos, créditos ICO y ERTE, a los que se suman impuestos trimestrales y la campaña del IRPF han convertido en “una locura” el trabajo de las asesorías en el estado de alarma, aunque una vez interpretada la letra pequeña y con todo presentado ven “luz al final del túnel” a nivel laboral.
Así lo confiesa la graduada social Anna Martínez González, de la asesoría “Cirujeda, González y Bayo”, en la que junto a los economistas Manuel Bayo y Alberto González, y el abogado Javier Albert Cirujeda, ha vivido un “boom laboral” que espera que les sirva para “fidelizar” a los clientes por “un trabajo bien hecho”.
Martínez cuenta que desde que hace casi siete años crearan la cooperativa, sabían que la tecnología “iba a ser muy necesaria”, y por eso, cuando se decretó el estado de alarma, estaban todos listos para teletrabajar: “Recogimos los trastos, montamos los despachos y casa y continuamos a la guerra”.
“Cada vez que el Gobierno aprobaba una medida nos temblaba todo, la mesa e incluso el cerebro. Era una locura”, afirma entre risas y reconoce que aunque “la primer bomba” fue el aplazamiento de las Fallas, a nivel económico fue “el Real Decreto y el cierre de empresas de restauración, espectáculos, cines o gimnasios”.
Entonces empezaron a llover las preguntas de sus clientes para ver qué tenían que hacer pero “todo era como una jungla” y les pedían que les dejaran “leer e interpretar” los anuncios para “ayudarles de la mejor manera”.
Los ERTE y los créditos ICO
“Entonces estalla también el tema de los famosos ERTE, los permisos retribuidos recuperables, los créditos ICO y nos empiezan a avasallar sobre cómo gestionarlo y cómo solicitar las diferentes ayudas”, explica.
Anna Martínez recuerda que “Pedro Sánchez daba su discurso y decía lo que iban a ofrecer para las empresas y trabajadores pero luego se tiene que fundamentar y plasmar en papel, que son los famosos reales decretos, y hasta que no se lee la letra pequeña no sabemos cómo hay que hacerlo”.
"Hubo gente que empezó a tramitar los ERTE en cuanto estalló la situación. A nuestros clientes los conseguimos frenar para que esperasen a las medidas que iban a salir. Luego han sido retroactivas, pero tampoco lo sabías", subraya.
Y, “de repente, te dicen que tienes que tramitar tú las prestaciones de cada uno de los trabajadores porque las oficinas de empleo están cerradas y ellos no pueden ir, y que es obligación de las empresas tramitar los ERTE, y te avisan un sábado y te dan solo cinco días de plazo”.
"Además, están los créditos ICO de los que la gente tenía mucha sobreinformación pero también mucha desinformación", asegura.
A esa situación extraordinaria se suman los impuestos trimestrales y la campaña de la Renta que se abrió el 1 de abril, que es a lo que se dedican habitualmente, “y el ritmo del despacho no se frena”, asegura.
Explica que los clientes “son los mismos” que tenían “y no es que den más faena sino que el trabajo es distinto, de apoyo al frenazo que de repente supuso para muchas empresas tener que cerrar el negocio de un día para otro” porque, aunque es una crisis sanitaria, “las consecuencias luego han sido económicas”.
Defiende que la situación puede servir para "fidelizar al cliente, si el trabajo está bien hecho, ven que estás a su lado y que se sienten seguros contigo".
Luz tras la explosión laboral
Reconoce que han vivido “una explosión laboral” por la COVID-19 y ahora están “más relajados” aunque “no al cien por cien, porque ahora llegan los impuestos y la Renta y tienes que seguir tu día a día”.
"Es una locura que entra dentro de lo normal porque es una situación nueva para todos, pero visto desde la distancia no creo que haya habido una mala respuesta por parte de los agentes sociales", añade.
Afirma que a nivel laboral empieza "a ver la luz al final del túnel, una vez rebajas la tensión, cuando ya está todo ya presentado y más o menos controlado y los reales decretos están parando" aunque entonces, dice, "te entran las dudas de si has hecho bien tu trabajo porque se ha hecho todo a salto de mata".
Conciliar vida laboral y personal
Anna, que vive con su pareja, que tiene una niña en custodia compartida, admite que “acostumbrada a levantarte, darte una ducha, desayunar y salir hacia el trabajo, a tu otro hábitat”, ahora ha tenido que adaptarse “a teletrabajar desde casa, buscar tu espacio y no olvidarte que de que también existes como persona”.
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