Amamantando la vida

El peso del recién nacido amamantado

Hay que tener en cuenta varios aspectos para determinar si realmente la leche de fórmula es necesaria

La ganancia de peso del bebé es algo que preocupa mucho a las madres que amamantan. Madres angustiadas con bebés recién nacidos que bajan de peso aceleradamente, enfrentándose a lapidarias frases, del tipo «lo pesamos la semana que viene y si no gana suficiente peso le daremos un suplemento de leche de fórmula», «si sigue bajando de peso terminara ingresado». Madres que se sienten incomprendidas y solas, llorando porque su lactancia ha fallado, preguntándose por qué.

Existe en la actualidad una amplia aceptación pública y profesional sobre que la leche materna es el mejor alimento que el bebé puede recibir, una disonancia cognitiva, cuando se siguen sugiriendo de forma indiscriminada las «ayuditas» de leche de fórmula, una zancadilla a la lactancia, que hace más difícil la producción láctea en la madre. El apoyo de profesionales con habilidades básicas en lactancia es necesario para prevenir y tratar problemas y crean confianza en la mujer que amamanta.

Es habitual que el recién nacido pierda peso en las primeras semanas de vida. Se trata de una pérdida fisiológica, que supone restar al peso del nacimiento un porcentaje que puede oscilar entre un 5 por ciento o 10 por ciento (150-350 gramos). Una pérdida debida a la eliminación de líquidos que tu bebé ha acumulado durante la gestación, a la eliminación del meconio y a los fluidos que te han sido administrados durante el parto.

Por lo tanto, no se trata de nada preocupante, aunque sí requiere de seguimiento para asegurar que, entre el décimo, quinceavo día posparto, la curva de peso se convierta en positiva, es decir, el lactante, va recuperando el peso del nacimiento. Y es aquí donde radica gran parte de nuestro trabajo como profesionales de la salud, y no, en recomendar de forma sistemática suplementar con leche de fórmula.

Antes de llegar a una pérdida de peso que haga necesario suplementar, es mejor poner remedio para que el lactante consiga alcanzar el peso del nacimiento. Pesar al lactante es una técnica que todo el mundo puede hacer, realizar una evaluación, para diagnosticar la causa del problema y poder ofrecer apoyo y ayuda práctica, es algo que requiere de formación en lactancia.

Los motivos por los cuales tu bebé alimentado de forma exclusiva al pecho no gana peso adecuadamente son, principalmente, dificultades en la técnica de lactancia. En esta línea resaltaría, la separación del bebé de su madre, el limitar la frecuencia y duración de las tomas, el establecer horarios fijos para amamantar, sin tener en cuenta los signos de hambre del lactante, así como una posición inadecuada, un agarre superficial y una mala succión del bebé al pecho, consecuencia de un frenillo lingual corto, un parto instrumentado, una tortícolis, el empleo de biberones y chupete, etcétera. En definitiva, cuando el pecho no recibe el estímulo necesario, la producción de leche se verá comprometida, y no se solucionará, sin valorar la causa y tratar de raíz el problema.

A la vez, es primordial que antes de suplementar a un recién nacido que no gana peso, se aumente el número de tomas, es decir, garantizar que realiza unas 10-12 tomas en veinticuatro horas. No tiene sentido que el lactante realice ocho tomas, tal como indican algunas guías de lactancia, en estos casos, parece más coherente, ofrecer más pecho, ya que las tomas frecuentes ayudan a estimular la producción de leche y por lo tanto a que el bebé gane peso. Al mismo tiempo, aseguran que la técnica de amamantamiento es la adecuada.

Es primordial mantener un estrecho contacto con el bebé, de este modo, se garantiza que las tomas sean frecuentes, lo cual implica que, si no demanda amamantar tiene que ser despertado, especialmente, durante los primeros días de vida, hasta que haya recuperado el peso del nacimiento y esté aumentando de forma adecuada.

Las madres han oído demasiado frecuentemente que la lactancia es a demanda, y es fácil que el bebé durante los primeros días duerma mucho y demande poco, por lo que, hasta que el pequeño no establezca un patrón de demanda, se le debe despertar, es decir, durante el día, no dejar pasar más de dos horas sin que lacte y durante la noche no más de tres. De este modo garantizas que realice unas 10-12 tomas en 24 horas, consiguiendo con ello una adecuada producción láctea y una pronta recuperación y aumento de peso en el bebé.

Los controles de peso, son importantes al principio, especialmente hasta comprobar que la lactancia está bien establecida y su aumento de peso es el correcto. Si el bebé tiene menos de seis semanas, una vez superada la pérdida de peso inicial, ganara unos 20 gramos al día, y unos 100-200 gramos semanales si es menor de cuatro meses. Sobre este punto me gustaría hacer una pequeña aclaración que evitará algunos sinsabores.

Alrededor del mes y medio, dos meses, no recomiendo que se pese al bebé todas las semanas, porque el aumento de peso no es lineal y encontraremos que una semana aumenta menos de peso que otra y esto puede producirte mucha ansiedad. Un aumento de peso que va a ir disminuyendo si el bebé ya tiene entre cuatro-seis meses, entonces su ganancia semanal será de alrededor de unos 80-150 gramos, y unos 40-80 gramos semanales si ya tiene entre seis y doce meses.

Además, hay que considerar que, el peso del nacimiento se suele duplicar alrededor de los 4-6 meses y triplicar al año. Además, el peso no debe de ser valorado de forma aislada, el estado general del pequeño, es también importante, para ver que la lactancia está yendo bien.

En resumen, cuando un bebé no aumenta de peso durante el primer mes de vida, la solución de salida no es ofrecer suplementos de leche de fórmula, sino valorar qué es lo que está sucediendo. Suplementar solo debe ser considerado cuando es realmente necesario, con las pautas adecuadas y realizando un seguimiento para determinar cómo ir retirando esos suplementos. Porque dar una ayudita de suplemento de leche de fórmula, cuando es realmente necesaria, sin tener en cuenta estos aspectos, es poner una zancadilla a la lactancia.

Las madres para amamantar necesitan de un entorno facilitador, de apoyo de su pareja, familiares amigos, profesionales sanitarios, consultoras certificados en lactancia materna (IBCLC), grupos de apoyo a la lactancia, porque todos juntos tenemos un rol importante para hacer más fácil este proceso y conseguir que muchas más mujeres logren amamantar.

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