Sucesos

Condenado un profesor que hirió a un alumno con un fusil de pesca

Le causó un corte en una pierna al dispararle accidentalmente

Imagen de archivo de la Policía Nacional
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El Juzgado de lo Penal número 8 de València ha condenado como responsable de un delito de lesiones por imprudencia grave a un profesor de instituto que le causó un corte en una pierna a un alumno menor de edad al disparársele accidentalmente un fusil de pesca submarina.

La sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, fija la pena en seis meses de multa con una cuota diaria de diez euros y establece una indemnización de 3.000 euros por las lesiones y causadas al alumno.

Según los hechos probados, el suceso ocurrió en octubre de 2020, cuando este profesor de Educación Física de un municipio valenciano estaba en la hora de tutoría con un grupo de alumnos de entre 14 y 15 años de edad en el patio y les contó que había estado pescando.

A continuación, invitó a los alumnos a salir fuera del centro, donde estaba estacionado su vehículo, para mostrarles lo que había pescado, y una vez allí sacó del maletero un fusil “Cresi Sioux I de 50 cm”, para el que no tenía licencia ni seguro y que creía que no estaba cargado.

Sin embargo, al arpón se disparó accidentalmente e impactó en la ingle derecha de un menor de 14 de años que tenía enfrente, lo que le causó lesiones consistentes en un corte que requirió sutura mediante dos grapas y ocasionó 40 días de perjuicio básico, 5 de perjuicio moderado y 1 punto de secuela derivada del estrés post traumático leve.

La sentencia considera que el profesor desatendió las mínimas normas de seguridad para evitar el suceso, como son comprobar que el arma no estaba cargada y no dejarse llevar por la confianza de que no lo estaba, y en ningún caso levantar el arma, hechos que provocaron una infracción del deber objetivo de cuidado.

Además, destaca que era un profesor mostrando un instrumento peligroso a unos alumnos suyos menores de edad, una “dejación intolerable” de las medidas de control adecuadas al momento y circunstancias en que se produjo el suceso, por lo que en consecuencia la imprudencia debe ser calificada de grave.

El fallo recoge que, tras el incidente, el profesor pidió a los menores “que faltaran a la verdad sobre lo sucedido”, y hasta que no se descubrió la realidad del percance no pidió públicamente disculpas por los hechos ni habló con los progenitores en aras de reparar el daño causado.

La pena prevista para el delito de lesiones por imprudencia grave abarca la pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a dieciocho meses, si bien se considera adecuada la pena de multa de seis meses porque las lesiones causadas lo son por imprudencia, y por la entidad de esas lesiones, un corte en la pierna y un estado de ansiedad.