Cultura
El Museo de Bellas Artes de Valencia estrena un nuevo atractivo: Una sala dedicada a Juan de Juanes, el "mejor pintor del siglo XVI en España"
El museo también exhibe al fin el "Retablo de los Reyes Magos" del Maestro de Perea, una joya del siglo XV que ha estado 17 años en proceso de restauración
Hay espacios culturales que, sin grandes fastos ni presupuestos, inventan nuevos atractivos para atraer al público. Más allá de exposiciones temporales, toca reinventarse o presentar novedades para que la visita siempre tenga algo diferente. Bien los saben los responsables del Museo de Bellas Artes de Valencia, un espacio que ahora acaba de presentar un nuevo plan que hacer en la pinacoteca este verano. Se trata de la apertura de una nueva sala permanente dedicada al pintor valenciano Juan de Juanes (Fuente la Higuera, 1503/1505-Bocairent, 1579), el "mejor pintor del siglo XVI en España", según el director del centro, Pablo González Tornel.
El nuevo espacio ha sido presentado este martes por la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar, y el responsable de la pinacoteca, quienes también han mostrado a los asistentes al nuevo habitante del museo: el "Retablo de los Reyes Magos", una joya del Maestro de Perea y que se exhibe desde ya en la sala de retablos del centro artístico tras estar 17 años en proceso de restauración.
En el caso de Juan de Juanes, con esta sala monográfica sobre su obra, con una veintena de las 24 obras que el museo conserva del creador valenciano, se salda así, según González Tornel, una "deuda histórica" con el mejor pintor del siglo XVI en España". Un maestro del Renacimiento que, ahora, y como ha ocurrido con Joaquín Sorolla y Antonio Muñoz Degrain, tiene su espacio propio en el museo. Para el director del San Pío V, ahora era el momento de que la producción artística del segundo miembro de la saga de los Macip, pintores de renombre en Valencia, tuviera su lugar destacado en el Bellas Artes. La adquisición de obras en los últimos años así como la incorporación de varias piezas de la Colección Lladró, que fue comprada por la Generalitat hace unos años, ha permitido exhibir al público al "mejor exponente" de la pintura del Renacimiento en España.
Este espacio, según el director del museo, abarca gran parte de la trayectoria pictórica de un autor con una excelente técnica que, pese a ser reconocido por sus pinturas religiosas, tomará aún más presencia gracias a la sala que desde hoy se abre en el Bellas Artes.
En ella se muestran una veintena de piezas, que incluyen sus Salvadores Eucarísticos, sus Inmaculadas, una "Sagrada Familia" o su tabla del "Pentecostés". También, un "San Jerónimo", una "Virgen de la Esperanza", "San Roque" o "La Magdalena". "Con esta sala debemos sacar músculo. Estamos de enhorabuena", ha apuntado González Tornel.
Una restauración de 17 años
En este sentido, el otro atractivo que presenta el museo es volver a ver, tras 17 años, una de las joyas del siglo XV que conserva la pinacoteca. Se trata del "Retablo de los Reyes Magos", una obra del conocido como Maestro de Perea (Valencia, activo entre 1490 y 1510) y que tras un minucioso -y muy largo- proceso de recuperación corona la sala de los retablos del Museo de Bellas Artes de Valencia. Hace 17 años que comenzaron los trabajos para devolver el esplendor a una creación de siete metros de altura que procede de la capilla de los Tres Reyes del convento de Santo Domingo de Valencia. Una joya del siglo XV que, por avatares del destino, ha tardado tanto en ver la luz que ni siquiera se pudo exhibir en la muestra que hace unos años inauguró el centro, precisamente, sobre el Maestro de Perea. Ahora ha sido posible que la pieza, que muestra toda su luz y el dorado de su marco, presida la espectacular sala de retablos del museo valenciano.
González Tornel ha querido agradecer a todos aquellos que durante estas casi dos décadas han trabajado en la restauración de uno de los cuadros más importantes de la colección del museo.
La pieza, se cree, fue un encargo al Maestro de Perea por el fallecimiento de Pere Perea, quien fuera trinchante -el que le trinchaba la carne que se iba a comer- a Fernando el Católico. La obra "brilla de manera espectacular" y vuelve al fin a la vida tras una azarosa rehabilitación llevada a cabo por el Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i).