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Vetusta Morla rinde homenaje a los trabajadores de la sanidad pública en su nuevo tema, “Los abrazos prohibidos”

La virtuosa banda de Tres Cantos ha contado con la colaboración de numerosos artistas que se han querido sumar al proyecto como Iván Ferreiro, Leiva, Joaquín Sabina, Carlos Raya, Nacho Vegas o Luz Casals entre otros

El personal sanitario del Hospital Universitario de Fuenlabrada protagoniza el último trabajo de Vetusta Morla
El personal sanitario del Hospital Universitario de Fuenlabrada protagoniza el último trabajo de Vetusta MorlaArchivoArchivo

Durante estos dos últimos meses los aplausos se han convertido en la banda sonora más repetida de la vida de todos los profesionales sanitarios que se han estado jugando la vida en los hospitales. El cálido pero insuficiente manto de apoyo que conlleva el encuentro colectivo y religiosamente efectuado a las ocho de la tarde en las balconadas de las ciudades y los pueblos y ese palpitar de manos encendidas que lanzan al aire sus mensajes de comprensión y empatía hacia todos los que están luchando por eliminar cuanto antes la rareza de nuestros días y la muerte de nuestra cotidianidad, ha encontrado, gracias a los integrantes de Vetusta Morla, un complemento tan eficaz como la música.

Acompañada por un limpísimo blanco y negro que baña todo el videoclip, la nueva propuesta musical de la banda, “Los abrazos prohibidos” (Pequeño Salto Mortal, 2020) ha sido compuesta, grabada y producida por los de Tres Cantos durante las semanas de confinamiento y ha contado con la colaboración de un amplio abanico de artistas que de forma solidaria han decidido unir sus voces. Un total de veintidós cantantes entre los que se encuentran Alice Wonder, Andrés Suárez, Carlotta Cosials (Hinds), Christina Rosenvinge, Dani Martín, Depedro, Eva Amaral (Amaral), Ismael Serrano, Iván Ferreiro, Joaquín Sabina, Kase.O, Leiva, Luz Casal, Maika Makovski, Marwan, Nacho Vegas, Nina de Juan (Morgan), Pucho (Vetusta Morla), Rozalén, Santi Balmes (Love Of Lesbian), Xoel López y Carlos Raya, quien también se ha unido a la causa benéfica ocupándose de la mezcla de la canción, contribuyen con sus diferentes personalidades a la construcción de esta canción homenaje cuyo origen parte de “El vals de los salvavidas”, un poema colectivo de apoyo a la Sanidad Pública iniciado por Benjamín Prado.

Las imágenes contrapuestas de las espaldas y las caras de los artistas se van sucediendo mientras los gestos cansados y las miradas fijas de los profesionales sanitarios del Hospital Universitario de Fuenlabrada de Madrid (quienes actúan en representación de todo un colectivo) se van sucediendo al compás de frases como “por esas centinelas que no duermen para que el enfermo sueñe que va a despertar”, “por los que nunca miran el reloj mientras curan. Por los que hacen suyas las heridas de los demás” o “por los que merecen los abrazos prohibidos y se mete contigo en la boca del lobo sin mirar atrás”. De forma progresiva todo el cuerpo médico se va despojando de sus respectivos materiales de protección mientras los artistas aplauden desde diferentes puntos con el respeto clavado en los ojos. “Superviviente sí. ¡Maldita sea! Nunca me cansaré de celebrarlo”, clama un Joaquín Sabina cargado de temblorosa emoción para añadir su particular poesía y desgarro al cierre.

 

Desde el grupo señalan que la decisión de privilegiar la figura de los sanitarios en el vídeo era primordial desde el principio: “Queríamos que ellos tuvieran protagonismo no solo como institución, sino también como profesionales individuales, personas con sus materiales de trabajo y el peso de todas estas semanas en sus rostros. Los artistas los acompañamos desde nuestras casas, observándoles y admirándoles”, apuntan. La vocación solidaria de la canción reside en el destino de los beneficios tanto económicos que genere, tanto editoriales como discográficos, ya que todos ellos serán donados a perpetuidad al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), para contribuir en la investigación sobre el coronavirus. “Sabíamos que se trataba de un gesto casi insignificante ante la dimensión de lo que han tenido encima los trabajadores de la sanidad, pero queríamos aportar algo no para ser condecorados como heroínas y héroes, sino como profesionales que merecen respeto y dignidad los 365 días del año, de cualquier año”, comenta la banda acerca de la finalidad de este trabajo. Dignidad, respeto y admiración. Tres ejes sobre los que, sin duda, resulta más fácil seguir conviviendo y creando cualquier tipo de belleza. Sea en el formato que sea.