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Cultura

Peleas internas, heridos y una muerte: Así se forjó la leyenda de “Gladiator”

La película de Ridley Scott que catapultó a la fama a Russell Crowe cumple 20 años

Peleas internas, heridos y una muerte: Así se forjó la leyenda de “Gladiator”
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“Gladiator” ha sido uno de esos fenómenos cinematográficos que nadie esperaba. Con un presupuesto de 100 millones de dólares, estaba abocada al fracaso por la falta de planificación y las peleas internas. Al frente del proyecto estaba Ridley Scott, responsable de éxitos como “Alien” o “Blade Runner”. Pero eso no era suficiente. Necesitaban un actor que sostuviese el peso del protagonista. el elegido fue Mel Gibson, que rechazó el papel porque prefirió rodar “El patriota”. Scott se dijó en Russell Crowe, un neozelandés de 35 años que acababa de protagonizar “El dilema” y que Scott había visto en “LA Confidential”. Ahora, se cumplen 20 años de una película que pasarñá a la historia por recuperar la épica de las películas de romanos y con varias escenas y diálogos tan épicos como inolvidables.

Pero el guión estaba sin acabar, sólo disponía de 35 páginas y Crowe tuvo muchas dudas. Pero finalmente acabó aceptando porque era su primer papel protagonista, en una producción multimillonaria, con Scott al frente.

El rodaje estuvo lleno de tensión desde el primer día. El guión se completaba sobre la marcha, mientras se rodaban unas escenas, se escribían las siguientes. Crowe se granjeó la enemistad de gran parte del equipo debido a su carácter uraño. El actor no paraba de quejarse por todo y pronto, el equipo, en su mayoría británico, no podía soportar al neozelandés. El productor ejecutivo de la cinta Branko Lang dijo de él que "era un poco gilipollas”. El director confesó después que le hubiera retorcido el cuello en más de una ocasión.

Crowe odiaba el guión. en más de una ocasión lo tiró por los suelos durante los ensayos y abandonó alguna reunión diciendo que estaba perdiendo su tiempo

Pero Scott sabía cómo manejarlo. Lo eligió a él por su rendimiento como actor y no como gran estrella. Y jugó con eso para sacarle el mayor provecho posible. De hecho, la tensión vivida durante todo el rodaje ayudó a que todo se ejecutara con una gran profesionalidad y que los actores dieran lo mejor de sí mismos.

Pero Crowe tenía quejas para todos. Incluso contra el trabajo del herrero, al que le afeó el tamaño de la espada del personaje protagonista. “La espada es larga porque Maximus es como un oficial de caballería'”, dijo el herrero. A lo que Crowe respondió “ese no es el tipo de personaje que interpreto. ¿No has visto ninguna de mis películas?”. Pero el herrero estuvo más listo que el actor y lo miró directamente a los ojos y le dijo: “A decir verdad, nunca he oído hablar de ti”.

La diseñadora de vestuario Janty Yates llegó a decir que no volvería a trabajar con el neozelandés, al que calificó de “idiota”, después de que criticara su trabajo y diera un golpe sobre la mesa. A partir de ese momento el actor tuvo que tratar con otro miembro del equipo de Yates.

El mezclador de sonido Ken Weston también tuvo sus más y sus menos con Crowe porque se negó a usar un micrófono oculto debajo de su armadura. Ken resolvió el problema conectando el micro a la armadura del soldado con el que Maximus compartía escena.

Y es que Crowe tiene fama de comportar se como el personaje que interpreta. Y en Gladiator hacía de general y las órdenes las daba él. O eso pensaba. De hecho, criticó el trabajo de los especialistas y decidió hacer varias de las acciones de riesgo él mismo.

La escena del Coliseo con tigres estuvo a punto de provocar una tragedia. Los felinos entrenados en Estados Unidos no cumplían con lo que necesitaba la escena y fueron sustituidos por otros entrenados en Francia. Todo estaba muy vigilado. Un domador estaba tras la cámara armado con dardos tranquilizantes por si algo iba mal. Pues bien, uno de ellos, golpeó al actor y lo desplazó unos metros. En otra de las escenas, uno de los caballos se asustó, se resolvió y lanzó a Crowe contra una ramas que le provocaron un corte en la cabeza que precisó de varios puntos de sutura, que se ven claramente en la película.

Pero los problemas con Crowe no fueron los únicos. El excéntrico Joaquin Phoenix tenía 25 años y fue el elegido para encarnar al emperador Cómodo en lugar de Jude Law, tal y como proponía la productora. Y con él, trajo también sus problemas a la película, como en una ocasión en la que se negó a salir del camerino para grabar.

Richard Harris, que interpretó al emperador Marcus, ya manifestó durante el segundo día de rodaje que la estrella era él y que su personaje no podía caer a manos de otro interpretado por un actor con menos caché.

Oliver Reed fue expulsado del bar de un hotel donde en Malta durante el rodaje debido a su estado etílico. Su afición a la bebida fue precisamente la que le costó la vida. Durante una noche en un bar, realizó una apuesta y se impuso a todos sus rivales bebiendo alcohol, pero le costó la vida: tomó ocho pintas de cerveza, 12 rones dobles y media botella de whisky. Varias de las escenas que quedaban por grabar tuvieron que ser realizadas digitalmente.

El guión fue otra de las cosas que mantuvo en tensión a todo el equipo. Arracaron con 35 páginas y fue modificado sobre la marcha. La muerte de la mujer y el hijo de Máximo no estaban en la primera versión y fue reescrito para que el protagonismo tuviera los suficientes motivos para ir contra el emperador.

David Franzoni, John Logan y William Nicholson fueron los responsables del libreto y tuvieron la ayuda del director y del propio Crowe para ir rehaciendo la trama de la película. Al final, a pesar de la improvisación, el guión quedó redondo y la película fue nominada al mejor guión original.

Finlamente, “Gladiator” se hizo con cinco premios Oscar de los 12 a los que optaba, incluidos mejor actor para Russel Crowe.