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Goya

Editan el cuaderno íntimo y político de Goya

El Museo del Prado publica en un libro el Cuaderno C, un conjunto de dibujos realizados como desahogo y crítica política que, de haberse hecho público en su día, podría haber ocasionado problemas al pintor

Una de las ilustraciones de Goya que componen el Cuaderno C
Una de las ilustraciones de Goya que componen el Cuaderno CMuseo del Prado

Hay algo muy especial en el famoso Cuaderno C de Goya. En este conjunto de obras, el aragonés despliega una galería de dibujos urgentes y rabiosos que parecen más propios de un viñetista de periódico que de un artista. Escenas de la vida en la calle, de la miseria moral y de la hipocresía en las que aparecen mendigos, seres esperpénticos, miembros del clero y visiones oníricas del mundo de la noche casi componen un libro de relatos o una entrega de realismo sucio. El cuaderno estaba compuesto originalmente por 133 hojas, ocho de ellas perdidas hoy, y de los que el Museo del Prado conserva 120. El resto que se conserva están uno en la Biblioteca Nacional de Madrid, otro en el British Museum de Londres, dos en la Hispanic Society of America de Nueva York y otros dos en una colección particular de esta última ciudad.

Es, según la pinacoteca, que acaba de publicar una edición del mismo en libro para que todo el mundo pueda verlo en el orden que él lo diseñó, la libre expresión de las preocupaciones del pintor, un diario en el que se vuelcan sus preocupaciones. “Resume, quizá como ningún otro cuaderno, la ambivalencia de la obra de Goya, quien en sus dibujos se expresó al margen de convencionalismos y sin ninguna clase de autocensura impuesta por la corrección política”, explica el Museo del Prado. Algo muy significativo de este cuaderno es que, a diferencia de otros álbumes que realizó Goya, el cuaderno C lo fabricó él mismo y no con papel holandés de buena calidad, como los de Sanlúcar y Madrid, sino con “hojas de papel español de escribir”, un soporte corriente. Algunas teorías dicen que se debía a la precaria situación económica del artista, pero con los ojos del presente cabe pensar que lo de papel español de escribir es una declaración de intenciones. Quería escribir de lo que veía, pero en vez de hacer un ensayo, hizo lo que sabía: dibujar.

El contexto de la obra también es interesante, porque Goya se enmarcaría en un arco cronológico comprendido entre los años de la Guerra de la Independencia y los posteriores de la represión fernandina. Un grupo numeroso de dibujos son críticas contra la Inquisición y escenas de la crueldad de las cárceles, motivo por el que recientemente Juliet Wilson-Bareau lo denominó “Álbum de la Inquisición”. Sin embargo, es mucho más que eso. Según dice José Manuel Matilla, Jefe de Conservación de Dibujos y Estampas del Museo del Prado, “todo está en el cuaderno C: la representación de la sociedad, de la fantasía, de las pesadillas, de las torturas de la Inquisición, claro, y de las esperanzas y desesperanzas que llegan con la constitución de Cádiz. Es un cuaderno personal de Goya”. Un cuaderno que, si alguien hubiera obtenido, podría habérselo hecho pasar mal al pintor porque son escenas de denuncia con imágenes terribles y de crítica a los poderes.

“Es la primera vez que se puede contemplar el Cuaderno C de Goya de la forma en que fue concebido, en su orden secuencial, con los anversos y reversos de los dibujos. La posibilidad de tenerlo en la mano, tal y como lo tuvo Goya, amplía el campo de posibilidades interpretativas de su obra. Pienso sinceramente que hay un antes y un después de este libro para conocer a Goya sin intermediarios”, explica Matilla sobre la edición en libro del cuaderno C, editado Skira, la publicación ya está disponible en Tienda Prado y www.tiendaprado.com