Per Gessle, de Roxette: «Ver a Marie luchar no fue descorazonador, sino emocionante»
El compositor de las canciones del grupo sueco recuerda la enfermedad y el fallecimiento de su amiga y cantante y admite: «Siento que volveré a tocar las canciones del grupo, aunque no sé cómo»
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Después de toda la vida dedicado a un proyecto artístico que ha sido tu creación y tu sueño, ¿cómo sigues adelante sin tu compañera de viaje? Eso es lo que se pregunta Per Gessle (Estocolmo 1959), compositor y guitarrista de Roxette tras el fallecimiento por un tumor cerebral de Marie Friedrikson, hace casi un año, el 9 de diciembre de 2019. Marie tuvo tiempo de trabajar en un último proyecto con su amigo que hoy ve la luz: «Bag of Tricks» una enorme colección (4 discos) de rarezas del grupo que incluye, por supuesto, algunas de las versiones en español que no estaban disponibles con la transición del catálogo al digital, y un lanzamiento que Marie pudo ayudar a diseñar.
–¿Cómo fue trabajar en el proyecto en esas circunstancias?
–Empezó por accidente. Me encontré con unos cajones con mucho material que había olvidado o que no estaba disponible porque, cuando llegó el «streaming», la canciones que habían sido publicadas como bonus tracks habían dejado de existir. Y para mi sorpresa no eran pocas. También había «demos» viejas de los primeros tiempos con Marie, de hace muchísimos años. Por último, quedaban un par de canciones que nunca metimos en el último disco, cuando Marie recayó de su enfermedad y que fue tan difícil de terminar. También encontré las sesiones de Abbey Road de 1995 y por supuesto las canciones en español, que sólo fueron disponibles solo en países hispanohablantes durante un tiempo.
–¿Se puso nostálgico?
–Por supuesto. Cuando empiezas con los recuerdos no puedes parar. Y escuchar la voz de Marie al comienzo es increíble. Cantaba maravillosamente y me siento honrado de haber trabajado con ella. Fue increíble trabajar a su lado y verla cantar el material que yo había escrito. Algunas de las que aparecen ahora son primeras tomas. Recuerdo ese sótano, ese diminuto estudio donde trabajábamos al principio, en el centro de Estocolmo. Ha sido emocional pero también estoy muy orgulloso de lo que hemos disfrutado conseguido y vivido juntos.
–¿Cómo fue ver trabajar a Marie cuando estaba enferma?
–Pues no fue descorazonador, sino todo lo contrario, fue emocionante, alucinante verla luchar tanto. Ella nunca se rendía, y lo pasaba mal tratando de recordar las letras, después de sufrir las operaciones porque su memoria sufrió.
–Qué recuerda más de ella?
–Primero, como mi querida amiga. Nos conocemos desde que teníamos unos 17 años. Pero desde el punto de vista profesional era una artista y una cantante increíble. Yo asistí a su proceso de convertirse en estrella. Y cómo lidió con la presión del enorme éxito que tuvimos. Ha sido un viaje increíble.
–Tuvieron un éxito enorme y siempre pareció que eran la historia de una banda feliz. ¿Fue fácil digerir todo?
–Éramos felices, aunque claro que tuvimos muchas discusiones habituales, constantes. (Ríe) La más corriente fue que yo quería quería trabajar todo el tiempo y ella buscaba bajar el ritmo, pasar tiempo con la familia, ya sabes... «Oh, no, otra gira no», «otra promoción, no», y bueno, es que en los finales de los 80 y los 90, era un trabajo de 24 horas. Escribes, grabas, giras, promoción, entrevistas, autógrafos... eso se lleva tu vida entera por delante. Para mí era fácil porque yo no tenía hijos, pero Marie sí que los tenía. Me pidió un descanso y fueron casi tres años para educar a sus hjios, cosa que yo comprendí por supuesto o más bien comprendo ahora, que tengo los míos, porque en su día puede que no tanto. Luego ella cayó enferma y pensé que nunca más seríamos Roxette. Pero fue capaz de volver a actuar siete años después.
–¿Cómo fueron esos años del regreso?
–No lo esperaba. Yo estaba de gira y, de repente, Marie y su marido aparecieron en Ámsterdam en un concierto mío. No sabía que venían, pero se acercaron a saludar antes. Y le propuse hacer algo en acústico juntos... «Listen to your heart», creo. Era un concierto pequeño, de 400 personas o así. Y me dijo que no. Pero al cabo de diez minutos, se dio la vuelta y se acercó: «venga, vamos a ensayarla». Y cuando salió y cantó, la gente empezó a llorar. Nunca he visto a tanta gente llorar a la vez. Y esa energía, ese amor que recibimos, nos elevó y tardamos como dos semanas superar la emoción. Al poco, me escribió para hacer alguna cosa en el estudio, un rato. Y cada día se iba viendo un poco mejor y antes de darnos cuenta estábamos en la carretera. Entre 2016 y 2017 hicimos 400 conciertos. No me lo podía creer. Pero recayó y ya era demasiado para cualquiera.
–Las versiones en español son muy míticas. ¿Fue idea de ustedes?
–No, porque no tenemos ni idea de español. Vino de EMI España, nos lo pidieron. Todavía no lo hablo apenas, y eso que tengo amigos en Marbella... pero bueno, con las letras nos ayudó Luis Gómez Escobar y fuimos al estudio en Estocolmo dos semanas, y vino Rafael Gil, el jefe de EMI, diciéndole a Marie cómo pronunciar las palabras una por una. Hicimos las tomas necesarias, pero Marie aprendía muy rápido. Lo bueno de esas versiones es que, a diferencia de las canciones originales, las mezclas quedaron perfectas. Creo que el sonido es mucho mejor que las versiones en inglés aunque no entiendo nada de los que dicen, claro (ríe). Pero fue divertido. Marie cantó en directo en español «It must have been love» durante las giras en Suramérica y era muy divertido.
–¿Volverá a ir de gira con Roxette aunque sea con otro cantante?
–(suspira) Depende de a lo que te refieras. Yo nunca he intentado sustituir a Marie, porque es irremplazable. Sin embargo, creo que, tarde o temprano, volveré a girar y lo haré tocando las canciones de Roxette de una manera o de otra. No sé si cantaré yo mismo u otra persona... pero es un asunto difícil, porque, de un lado, esos temas pertenecen a Roxette y fueron cantadas por ella. Por otro, las escribí yo y sería muy duro para mí no ser capaz de volver a tocar las canciones que son parte de mi vida. Así que no sé qué voy a hacer. Pero siento que cuando el mundo vuelva a abrirse me encantaría volver a sentir un concierto y cantar, porque sé que significan mucho para mucha gente.