De un diario único, 365 dibujos y grabados únicos

“Hacer siempre lo mismo y hacerlo siempre diferente”, ese es el pensamiento del artista colombiano José Antonio Suárez Londoño (Medellín 1955) que por primera vez en su carrera expone su trabajo en Roma, en el marco de la Gallería Continua que siempre sorprende, por su versatilidad y originalidad, esta vez con trescientos sesenta y cinco dibujos, entre preciosos y curiosos. Su trabajo lo realizó del 1 de Enero al 31 de Diciembre de 1999, todos los días hizo un dibujo ó un grabado según...basándose en el diario de Eugene Delacroix, un texto fundamental para la estética, para la historia del arte, para la historia de la cultura europea en el mil ochocientos…

“Dibujos y grabados” se compone de 365 pequeñas grandes obras de arte. Es como un anuario, como una agenda, es un diario poético, algunas veces con pequeñas anotaciones del autor escritas a mano, hay plantas, letras, signos, figuras reales y surreales, elementos naturales, manchas, edificios…

Suárez Londoño de pequeño estaba obsesionado con el diccionario ilustrado Larousse, en donde seguramente se basan muchos de estos diseños tan ricos de expresiones variopintas. En su cuaderno de apuntes, en forma de diario, se encuentra el desarrollo de su lenguaje iconográfico en permanente creación. Sus dibujos y grabados vienen de fuentes literarias y entre tantas otras de Ovidio a Rimbaud, de Kafka a Pamuk hasta a Patti Smith y autores de la Beat Generation y pasa también por Rembrandt, Degas y Klee.

Es muy curioso entrar a la Gallería Continúa en Roma y encontrarse con marcos blancos colgados en los muros contenedores de estas pequeñas piezas con dibujos y grabados de vestidos, zapatos, cajones de madera, una mano a carboncillo, una especie de pirámide marrón con fondo ocre, dos jugadores de esgrima, un pájaro que reposa en el vértice de una cúpula posiblemente al atardecer, un hombre que trabaja sobre una pared inclinada y de repente se cae, una pierna, y así hasta contar trescientos sesenta y cinco piezas de lo más dispares pero que encajan muy bien entre ellas.

Es la colec­ción de las notas que se publicaron en París, es su testimonio de cuarenta años, que no es poco, en el que también se refleja su vida íntima. Un diario es la radiografía de lo que sentimos cada día de nuestras vidas, cada mañana, cada tarde , cada noche, nuestros cambios de humor, las alegrías y las tragedias. En el de Delcroix se reflejan sus viajes, lo que piensa de sus colegas pintores sin dejar a un lado a sus rivales, la música, las lecturas de poemas, notas sobre él mismo, sobre el público. Un diario notable, con la huella de un artista con una mente abierta, culta e inteligente más allá de lo convencional.

Delacroix es considerado como uno de los principales representantes del romanticismo. Cuando tenía cuarenta años recibió invitaciones para plasmar su arte en los muros y plafones de monumentos públicos entre tantos y tantos otros. Su vida fue rica en acontecimientos que le permitieron desarrollar su arte, no fue músico que lo pudo haber sido, en la pintura y la escritura ha dejado un legado único.