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Diez películas navideñas para crear el ambiente perfecto

Se acerca la Navidad y siempre hay un hueco para el sofá, la manta y una película que transcurre en estas fiestas
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La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Es ya una tradición. En las vacaciones de Navidad lo que más apetece es arroparse en el sofá y ver una película que nos deje ver el frío y la nieve, pero no la sintamos. Aquí están algunas películas imprescindibles para estas fechas:
“¡Qué bello es vivir!” (Frank Capra, 1946)
Es la película navideña por antonomasia. Ninguna otra historia ha capturado de igual manera la emoción de estas fiestas y cualquier año es una gran oportunidad para volver a ella. Protagonizada por Jimmy Stewart, que encarna a un hombre que, a punto de suicidarse, recibe la visita de un ángel que le muestra la verdadera importancia de su vida.
“Solo en casa” (John Hughes, 1990)
¿Hay algo más triste que estar solo en Navidad? Que se lo pregunten a Macaulay Culkin, abandonado por su familia y encima asediado por dos ladrones ineptos. Un superclásico para toda la familia que, además, ha envejecido fenomenal. Pero de tristeza, nada.
“Los fantasmas atacan al jefe” (Richard Donner, 1988)
En esta historia de cariz dickensiano (el escrito navideño por antonomasia) Bill Murray encarna a un productor televisivo tacaño, desagradable, ingrato, implacable y con un cruel sentido del humor que, además, desprecia la Navidad. Antes de que la Nochebuena termine, recibirá la visita de un desconcertante taxista neoyorquino del pasado, una estrafalaria hada del presente, y un sádico mensajero del futuro.
“Pesadilla antes de Navidad” (Tim Burton, 1993)
Cuando Jack Skellington, el Señor de Halloween, descubre la Navidad, se queda fascinado y decide mejorarla. Sin embargo, su visión de la festividad es totalmente contraria al espíritu navideño. Sus planes incluyen el secuestro de Santa Claus y la introducción de cambios bastante macabros. Sólo su novia Sally es consciente del error que está cometiendo.
“El grinch” (Ron Howard, 2000)
El Grinch es una especie de ogro verde que siempre ha vivido aislado en la cima de una montaña, en las afueras de Villa Quién. Habituado a la soledad, lo que le destroza los nervios son los villancicos que la gente del pueblo canta en Navidad; para vengarse, decide robar los regalos de Santa Claus. Otro intento de acabar con la Navidad, y van...
“Bad Santa” (Terry Zwigoff, 2003)
Con esta cinta terminamos las de los intentos por boicotear las fiestas navideñas. Willie es un hombre amargado, solitario y algo alcohólico que trabaja cada temporada de Navidad en los centros comerciales disfrazado de Papá Noel junto su compañero Marcus, que hace de duende. Cada víspera de Navidad, desconectan la alarma de seguridad después de que el centro comercial cierra, y revientan la caja fuerte. Pero un niño sospecha de ellos.
“El apartamento” (Billy Wilder, 1960)
Cualquier momento es bueno para ver esta joya, pero es que la excusa la sirven en bandeja. Aunque la Navidad funciona como telón de fondo y no como temática principal de esta maravillosa comedia, lo cierto es que la trama sucede un 25 de diciembre. Así que puede que sea la mejor película navideña de todas.
“La gran familia” (Fernando Palacios, 1962)
Mucha gente ha crecido con el trauma de Chencho. Ya saben a qué nos referimos, y si no, vean esta película en la que Carlos Alonso, de profesión aparejador, combina dos trabajos a la vez para poder alimentar a sus quince hijos, esposa y abuelo. Tener una familia numerosa es un tremendo problema y una responsabilidad y si se pierde un miembro de la familia, especialmente el más pequeño, se desencadena la angustia.
“Plácido” (Luis García Berlanga, 1961)
Ya que nos estamos poniendo serios, esta absoluta obra maestra es una trampa donde pillarse los dedos. En una pequeña ciudad provinciana, a unas burguesas ociosas se les ocurre la idea de organizar una campaña navideña cuyo lema es: “Siente a un pobre a su mesa”. Se trata de que los más necesitados compartan la cena de Nochebuena con familias acomodadas y disfruten del calor y el afecto que no tienen. Pero no todo sale como debería en esta joya de película.
“Gremlins” (Joe Dante, 1984)
Terminemos con un clásico moderno. La línea entre el sueño y la pesadilla o entre lo adorable y lo terrible a veces es muy fina. depende solo de una cuestión de minutos a la hora de dar la cena o de una metamorfosis de la que nos advirtieron pero no hicimos el caso suficiente.

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