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José Luis Rodrígo Escrig: «La Monarquía que tenemos es para quererla»

El director general de la Fundación Ibercaja ha presentado en la Academia de Jurisprudencia y Legislación dos ciclos de conferencias sobre la Monarquía Parlamentaria y la política exterior de España
Jesús G. FeriaLa Razon

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El zaragozano José Luis Rodrigo Escrig está unido a la entidad Ibercaja desde 1989. En 2014, la Caja de Ahorros pasó a ser Fundación Ibercaja, de la que es su Director General y desde donde pone de manifiesto su preocupación por dinamizar y ayudar al desarrollo social de España desde distintos ámbito, entre ellos el cultural. Fruto de esta inquietud, la Fundación ha presentado junto a la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación (RAJLE) dos ciclos de conferencias con el objetivo de acercar a los ciudadanos asuntos que tanto nos atañen como son la Monarquía Parlamentaria y la política exterior de España.
-¿Uno de los objetivos de la Fundación Ibercaja es promocionar la cultura?
-Sí, nuestra misión estatutaria desde hace 147 años, es que tenemos una responsabilidad por impulsar y desarrollar el territorio y a las personas que viven en él a través de obras sociales y actividades culturales. La cultura es una obligación y una responsabilidad nuestra hacia la sociedad y ciclos de conferencias como este nos ayuda a cumplir nuestra misión. Seguimos esa estela de los ilustrados del s XVIII, la Fundación y la antigua Caja de Ahorros nacen de la Real Sociedad Económica aragonesa de Amigos del País, preocupados por hacer una sociedad y un pueblo más preparado, más formado y más culto.
-¿Qué tipo de actividades promocionan?
-Dentro de nuestra responsabilidad y preocupación por la divulgación de la cultura, además de ciclos como estos que presentamos, promocionamos todo tipo de actividades en el ámbito cultural, exposiciones, encuentros literarios o museos como el de Goya que tenemos en Zaragoza, uno de los más prestigiosos del país.
-¿Es su primera colaboración con la RAJLE?
-Sí, pero esperamos que no sea la última y sigamos colaborando como hacemos con la Academia de la Historia, donde ya hemos celebrado distintos ciclos de conferencias. Como ha dicho su presidente de honor José Antonio Escudero “para amar y querer las instituciones, hay que conocerlas”, igual que ocurre con la historia. Nosotros creemos que tenemos esa responsabilidad y esa necesidad de querer hacerlo y para este cometido, qué mejor que ir de la mano de las mejores instituciones como son éstas academias. La colaboración con ellas nos ayuda en nuestro principal objetivo de ofrecer un acercamiento del derecho a la sociedad desde nuestro compromiso con la ciencia, el arte y la cultura.
-¿Por qué la Monarquía y la Política exterior de España?
-Son dos campos que se conocen poco y temas que realmente nos preocupan. Estamos viendo cómo se está juzgando a la Monarquía en estos momentos y es necesario que la sociedad la conozca mejor para valorarla. No se valora lo que se desconoce, se puede tener un cariño, un afecto, un aprecio, por lo que haya podido oír, intuir o escuchar, pero uno ama su territorio o su historia cuando la conoce bien, igual que a su familia o a sus amigos y eso tiene que ocurrir con las instituciones. La Monarquía que tenemos es para quererla y conociéndola, mucho más.
-¿Cree que corre peligro como Institución?
-Creo que no, soy optimista en ese aspecto, es una institución sólida. En Europa, los países con democracias más asentadas son Monarquías parlamentarias y nosotros, un país que nos ha costado tanto conseguir la democracia que tenemos, debemos saber que ha sido gracias a la Monarquía. Además, tenemos un Jefe de Estado en el Rey, que ya quisieran tener muchos países monárquicos y republicanos, que es algo fantástico y de lo que podemos presumir y, aunque nunca faltarán detractores, como en todo, son minorías y esperemos que siempre sigan siéndolas.
-¿Hacia dónde debe mirar nuestra política exterior?
-Creo que hay dos aspectos que son muy importantes, por un lado, España está en estos momentos en un punto geoestratégico muy importante con toda la situación energética que vivimos y la relación con Argelia es necesaria, pero más allá de esto, debemos seguir el factor emocional de nuestra historia, que nos vincula con Iberoamérica, con el corazón de Europa y con el norte de África. España tiene que ser el puente entre América y Europa, un papel que nos corresponde por historia y no puede ni debe perder.
-¿No da la sensación a veces de que la política exterior de España es un poco errática,
-El problema es que estamos viviendo momentos muy convulsos donde se ha perdido la estrategia a largo plazo. El mundo ha cambiado en ese sentido, cambia todo muy rápidamente y aquellas estrategias que se marcaban a largo plazo, política, empresarial y hasta vitalmente, hoy han desaparecido y vamos a los resultados inmediatos, que nos llevan a dar vaivenes, a ir de un sitio a otro sin un rumbo fijo, sin una meta de futuro, sin una estrategia establecida con tiempo.
-¿Qué sería necesario?
-En mi opinión no debería de perderse esa planificación de futuro a largo plazo, porque la historia del país y el bienestar, no solamente nuestro, sino de las siguientes generaciones, tendrán que venir marcadas por este tipo de estrategias basadas, además, en la buenas relaciones, en la historia y en la cultura como el mejor lazo de unión entre países, sea cual sea el gobierno que gobierne.

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