Hallado en Navarra el “texto más antiguo en lengua vascónica”, de hace más de 2.000 años
El hallazgo arqueológico, procedente de la Edad de Bronce, incluye la palabra “sorioneku”, que sería un antecedente de “zorioneko”, (buena suerte) y estaba grabado en un objeto que servía de amuleto para una vivienda
Creada:
Última actualización:
Un equipo de arqueólogos ha hallado en el poblado situado junto al castillo de Irulegi, en el valle navarro de Araguren, una mano de bronce con un texto de cuatro líneas, del que se ha podido identificar una palabra, un hallazgo “excepcional”, ya que se trata del “texto más antiguo en lengua vascónica”. El hallazgo de este texto de cuatro líneas, en el que solo se ha podido traducir una palabra “sorioneku”, que vendría a significar buena suerte, según han explicado los expertos, que califican el descubrimiento de “extraordinario”. La Mano de Irulegi dataría el nacimiento del vascuence en hace más de 2.000 años.
La mano, datada en el primer cuarto del siglo I antes de Cristo, tiene un pequeño agujero para ser colgada en la puerta de entrada de una casa, a modo de objeto ritual protector del hogar. La pieza ha sido encontrada en el marco de las excavaciones que se están llevando a cabo en el poblado de Irulegi (Valle de Aranguren), habitado entre la mediados de la Edad del Bronce (s. XV a XI a.C) y final de la Edad del Hierro (s. I a.C) y destruido por un ataque de tropas romanas.
La llamada “mano de Irulegi”, que se ha conservado en buen estado al quedar sepultada y sellada por un muro de adobe de la época, fue hallada el 18 de junio de 2021, junto a la entrada de una de las viviendas excavadas en el yacimiento. Pero la inscripción no ha sido descubierta hasta el 18 de enero de 2022, cuando se iniciaron las labores de limpieza y restauración. La pieza es una lámina de bronce, cuya pátina contiene un 53,19 % de estaño, un 40,87 % de cobre y un 2,16 % plomo, algo que es habitual en aleaciones antiguas. El objeto está recortado para representar la forma de una mano derecha algo esquemática, pero de tamaño natural.
La lámina es lisa en el lado de la palma, pero en el lado del dorso presenta la forma de las uñas, aunque no se han conservado, debido a su fragilidad, las correspondientes a los dedos anular, corazón e índice. Sus medidas actuales son 143,1 milímetros de altura, un grosor de 1,09 milímetros y una anchura de 127,9, mientras que su peso es de 35,9 gramos.
“Sorioneku”, la clave
La inscripción consta de cinco palabras (40 signos) distribuidas en cuatro líneas. El alfabeto empleado para escribir el texto pertenece a la familia de los semisilabarios ibéricos, pero presenta algunas características que llevan a catalogarla como un subsistema específico del territorio vascón, entre ellas el uso del signo T, no presente en otros subsistemas.
La traslación de la inscripción al alfabeto latino es la siguiente:
sorioneku · {n}
tenekebeekiŕateŕe[n]
oTiŕtan · eseakaŕi
eŕaukon ·
Destaca el parecido entre la primera palabra (sorioneku) y el vocablo en euskera zorioneko (de buena fortuna, de buen agüero). El resto de la inscripción no ha podido ser descifrado hasta el momento. En consecuencia, la “mano de Irulegi” introduce novedades significativas en el mundo arqueológico y lingüístico. Por un lado, confirma la existencia de un sistema gráfico específico, derivado de una variante del signario Ibérico, llamado “signario vascónico”. Además, certifica el empleo de la lengua vascónica en el área geográfica en el que ha sido descubierta a inicios del siglo I a.C.; es decir, hace más de 2.000 años.
Según los investigadores, la inscripción representa el texto antiguo más extenso en lengua vascónica conocido hasta el momento. Junto a los testimonios de las monedas acuñadas en esta zona y otros epígrafes, cuya atribución es debatida, viene a mostrar el uso de la escritura por parte de los antiguos vascones, en un episodio de alfabetización que, por lo que hasta el momento se conoce, parece haber sido relativamente modesto. El testimonio supone también una singularidad por lo que respecta a la tipología y morfología del soporte (una mano clavada con los dedos hacia abajo) y a la técnica inscriptoria empleada (punteado después de un esgrafíado).
Una pieza “extraordinaria” y excepcional
Javier Velaza, experto en epigrafía y catedrático de Filología Latina en la Universidad de Barcelona, ha afirmado en la presentación del hallazgo que ésta es “una pieza extraordinaria y excepcional”, ya que “no hay ninguna inscripción que conozcamos en todo el mundo clásico, griego ni romano, sobre un soporte con forma de mano”. En ese sentido, Joaquín Gorrochategui, experto en paleolingüistica y catedrático de Lingüística Indoeuropea en la Universidad del País Vasco, ha insistido eh que “la pieza es realmente excepcional” y ha subrayado que presenta unas características que la hacen “vascona” y no genéricamente “ibérica”.
Sobre la lengua utilizada, ha indicado, “poco se puede decir”. De la primera línea, ha apuntado, “sorprende que, si esto es ‘sorioneku’, sea tan antiguo, es una sorpresa”. Se trata, ha matizado, de “una hipótesis dura, potente, pero no deja de ser una hipótesis”, ya que “tenemos otras tres líneas más para leer y nos quedamos de piedra porque no entendemos nada”. ”En euskera yo no diría” que está escrita, sino “en lengua vascónica”, ha declarado el catedrático, quien ha precisado que “es un texto que podríamos llamar, por decirlo de alguna manera, porque hay que nombrar algo, vascónico”. La presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, ha definido el hallazgo como “un hito histórico de primer orden”, ya que supone “un salto como pocos en el conocimiento que hasta ahora teníamos de nuestra historia y nuestra cultura”.