69 años sin cerdos parlantes ni el Gran Hermano social
El autor de Rebelión en la granja o 1984 falleció a la edad de 46 años debido a una tuberculosis
El autor de Rebelión en la granja o 1984 falleció a la edad de 46 años debido a una tuberculosis
Hoy justo hace 69 años, la sociedad perdió a uno de sus azotes más explícitos dentro del mundo de la literatura. George Orwell, prolijo autor que siempre se mostró en contra del totalitarismo, pereció el 21 de enero del año 1950. A día de hoy no existen los cerdos parlantes ni la Policía del Pensamiento, pero sí los gobiernos basados en la autoridad individual (reflejado en Rebelión en la granja) y las sociedades que vagan como ovejas cabizbajas ante el régimen en el que pastan (fiel representado en 1984).
Por supuesto, George Orwell cuenta con más libros en su haber, pero esos dos son los que mejor reflejan la intención del literato. Rebelión en la granja es una demoledora fábula que narra la historia de un grupo de animales que se ven sometidos a un golpe de Estado por parte del cerdo Napoleón. El libro es una metáfora de la revolución rusa y una sátira de los regímenes zaristas y estalinistas que luego fue adaptado al cine, al cómic y lo será, en un futuro, al videojuego.
1984 ostenta, sin embargo, el puesto de "Novela más conocida de la antología Orwelliana". Merecido, por supuesto: el libro ubica a un triste personaje en una sociedad regida por el Gran Hermano, un organismo que dictamina las líneas de actuación de toda la población. No queda lugar al amor, a la fantasía ni a lo más preciado de uno mismo: la libertad. El doblepensamiento (la capacidad de tener dos pensamientos contrarios en la mente) reina, y por ello la sociedad es capaz de afirmar que dos más dos son cinco, y si no lo hacen, sufren un lavado de cerebro para no desviarse de la línea trazada por El Partido. Una sacudida durísima que bien podría mirar hoy a los ojos a Corea del Norte.
Entre cámaras de vigilancia y granjas, el autor dibujó hace casi 70 años un modelo de sociedad que no dista mucho de la realidad de muchas sociedades actuales. Quién sabe si, en un futuro, habremos de lamentar el no haber leído más a George Orwell.