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Literatura

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Alejandro Palomas: «Soy una persona vocacionalmente sola y me encanta»

Presenta un nuevo libro que reúne sus tres poemarios anteriores además de uno inédito, «Quiero», que da nombre al volumen.

Alejandro Palomas: «Soy una persona vocacionalmente sola y me encanta»
Alejandro Palomas: «Soy una persona vocacionalmente sola y me encanta»larazon

Presenta un nuevo libro que reúne sus tres poemarios anteriores además de uno inédito, «Quiero», que da nombre al volumen.

Alejandro Palomas (Barcelona, 1967) es más conocido por sus novelas –«Un amor», Premio Nadal 2018– que por sus libros de poesía, que ha ido intercalando entre una y otra. Ahora publica «Quiero. Poesía reunida (2012–2018)» (Fundación José Manuel Lara) que incluye sus tres poemarios anteriores más «Quiero», definido por el autor como «un pequeño viaje por el despertar a la segunda vida de un hombre que no tuvo una infancia entera y al que ahora, cumplidos los cincuenta, el tiempo le ha dado un respiro».

–¿«Quiero» es un conjunto de deseos incumplidos?

–Sólo la mitad, la otra mitad del poemario es un conjunto de deseos por cumplir. Una parte de lo que llegó y no fue y otra de lo que quiero que llegue y sea.

–Una mezcla de emoción y reflexión.

–Hay mucha emotividad porque yo soy así, muy visceral, muy de piel, algo que no puedo evitar por más que en poesía tengas que trabajar la reflexión. Yo soy demasiado vital.

–Y muy observador.

–Mucho, pero eso lo da la soledad, o al revés, quizá he buscado la soledad porque soy muy observador.

–¿No teme a la soledad?

–Para mí es una bendición, me gusta, la reivindico, es una vocación. Soy una persona vocacionalmente sola y me encanta. La soledad me lo ha dado todo, me ha permitido sobrevivir. No podría escribir sin ella, mi poesía, mi prosa, mis voces interiores, nacen desde la soledad.

–¿Cuál es la materia de su poesía?

–Creo que la búsqueda del alivio, sobre todo. Cómo conseguir el alivio personal, cuál es la vía más directa para que el silencio te hable bien de ti.

–Pero el amor está muy presente.

–Siempre lo está, aunque no el del enamoramiento, sino como energía, como forma de vivir, de ver la vida, de entender tu lugar en el mundo.

–Sus poemarios se van intercalando entre las novelas.

–Sí, voy trenzando unos con otros. Mis libros de poesía son la cara B de mis novelas, todo lo que no aparece en ella está ahí dentro.

–¿Es la misma voz la del poeta que la del novelista?

–La misma, en mi caso no hay diferencias, quien lea al Alejandro Palomas narrador y al poeta se dará cuenta de que habla la misma persona.

–¿Y la misma música?

–También, pero eso es bueno, porque la música es algo...orgánico y, la misma materia orgánica que crea las novelas, crea la poesía.

–¿En su caso, se conoce igual al poeta que al novelista?

–No, en poesía a mí nadie me ha querido, pero mi misión es conseguirlo. Nunca pensé que podría escribir poesía porque era arriesgarse mucho. Me preocupa que se entienda, hay gente que se aleja de ella porque no la entiende. No quiero hacer una poesía críptica, quiero compartirme y que quien la lea pueda sentirse identificado.

–Dice que aborda los poemas como si fueran ficción.

–Sí, porque hay un principio, un desarrollo y un final, en mis poemarios existe un recorrido.

–¿Esta poesía reunida refleja su trayectoria vital?

–Sí, sobre todo, una evolución personal y yo, que soy el que más se conoce, la veo muy patente y muy clara. Y me alegra, porque, leyéndola, creo que he hecho las cosas bastante bien conmigo mismo, no en el terreno literario, sino en lo personal.

–¿Qué le inspira?

–Nada, sale de dentro, no de fuera, no es el momento ni el sitio, es la voz, que encuentra una frase que a su vez encuentra otra y se empieza a formar un dibujo y esto puede ocurrir en cualquier momento o lugar.

–¿Cómo ha sido su camino hasta aquí?

–Interior, de búsqueda, un camino muy complicado, difícil, trabajoso, cansado, pero muy interesante...volvería a repetirlo.

–¿La edad le ha cambiado su perspectiva de la vida?

–Totalmente, todo, los esquemas, la relación con mi cuerpo, ha movido la importancia de algunas cosas –que han dejado de tenerla–, he tenido que readaptarme a mí mismo. La mirada es distinta, cambian mil cosas que hay que asumir. Cuando pasas los cincuenta entras en otra fase y lo notas, pero hay que aceptarlo porque esto va muy rápido. Hacerse mayor es muy complicado, hay que aprovechar muy bien el tiempo.

–¿A estas alturas tiene claro «qué quiere» y qué «no quiere»?

–Sí, aunque me queden cosas por decidir y miedos personales que sigo trabajando, hay un porcentaje muy elevado de cosas que sé que no quiero y para las que no tengo tiempo y otras que desconozco y quiero experimentar. El «no quiero» es crecer y el «quiero» es vivir. Ahora quiero vivir.

–¿Con este libro cierra una etapa?

–Cierro una y abro otra. Con este título estoy invocando, «quiero» lo que va a venir, que creo que va a ser mucho mejor conmigo mismo. Lo voy a disfrutar mucho más.