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Alice Kellen: "Me gusta pensar que hoy se lee con naturalidad una escena de sexo"

Esta escritora valenciana de 33 años es la actual reina de la novela romántica

Entrevista de verano a la escritora Alice Kellen
Entrevista de verano a la escritora Alice KellenAlberto R. RoldánLa Razón

Defiende sus títulos (más de dos decenas ya) con su rostro, pero bajo un seudónimo que ha llegado a una treintena de países. El amor y sus afluentes, he ahí su universo.

¿Ser la autora española que más libros vendió el año pasado es un sueño del que no termina de despertar?

Para ser sincera, no es algo en lo que suela pensar casi nunca, porque me provoca cierto vértigo y yo soy más de emociones mansas. Me siento, eso sí, muy agradecida y sorprendida. Es una suerte que elijan tus libros, nunca te acostumbras a esa sensación.

¿Vender mucho es un peso extra, le supone una mayor responsabilidad?

Depende del día. En ocasiones no lo pienso durante una buena temporada y es cuando todo fluye más y mejor. Pero a veces aparece ahí al fondo esa presión inevitable, porque quieres cumplir con unas expectativas que son cada vez más altas. Lo mejor de este escenario es que te empuja a la introspección y a buscar la serenidad, pese al ruido.

¿Alcanzar éxito internacional con un nombre ficticio no le produce una sensación extraña?

No, pero, incluso aunque fuese el caso, el reconocimiento nunca me ha llamado la atención, más bien al contrario. La razón por la que usé un nombre artístico en un principio fue porque quería mantenerme en el anonimato: no asistía a eventos, apenas usaba las redes sociales y no compartía fotografías mías. Con el paso del tiempo, todo fue creciendo de forma paulatina y… aquí estamos.

¿Alice Kellen es otra distinta de usted, como si se pusiera el traje de superheroína?

Sí y no. Digamos que, al final, adquieres habilidades sociales y aprendes a gestionar una parte del trabajo que cuesta encarrilar si tiendes a ser introvertida. Pero cuando vuelvo a encerrarme en casa después de una época de promoción, me parecen cosas lejanas e irreales las firmas y las colas y las entrevistas y los eventos. Aunque, en realidad, no creo que tenga que ver con el hecho de usar seudónimo, estoy convencida de que también me ocurriría si firmase con mi nombre. Todos guardamos en el armario varios disfraces de nosotros mismos, tanto los que usamos de cara al público como en privado.

¿Lo suyo es literatura romántica o literatura que busca estimular el corazón y las emociones?

Las dos cosas son lo mismo. Intento escribir historias que giran en torno al amor y los afectos, con sus luces y sombras. Emocionar es llegar al lector. Lo que busco cuando leo es eso, que me emocione; no es necesario que sea en el buen sentido, algo conmovedor, a veces esperas que una novela te perturbe o te sorprenda.

Aparte de emociones, ¿los que se adentren en sus novelas encontrarán sexo o erotismo, o ambas cosas?

Probablemente ambas cosas o ninguna, depende de la novela, pero me gusta pensar que a día de hoy se lee con naturalidad una escena de sexo, porque no deja de ser un acto cotidiano, como hacer café por la mañana o darse una ducha. No tiene misterio. A mí me parece más complejo hablar de otro tipo de intimidades o de lo que, en ocasiones, se esconde detrás del deseo, por ejemplo.

¿Es consciente de que escribe sobre todo para mujeres? ¿Eso condiciona su escritura?

Sí, aunque no es algo que me condicione especialmente. En muchas de mis novelas hay varios puntos de vista, tanto masculinos como femeninos, pero es evidente que parto de una visión sesgada.

¿Cape Town es su Macondo?

No lo hago siempre, pero es verdad que ubicar un lugar ficticio dentro de un escenario real te da una libertad inmensa que resulta muy tentadora.

¿Ese lugar tiene algún atributo de su Valencia natal?

Son dos escenarios que no tienen mucho que ver, pero he escrito en otras ocasiones novelas ambientadas en Valencia. Son las tres más cortitas e íntimas que tengo.

Entrevista de verano a la escritora Alice Kellen © Alberto R. Roldán
Entrevista de verano a la escritora Alice Kellen © Alberto R. Roldán Alberto R. RoldánFotógrafos

En las ferias y en las firmas les pone rostro a sus lectores. Más allá de las emociones vividas, ¿cree haber aprendido algo de esos encuentros que le haya hecho revisar aspectos de su narrativa?

Procuro avisar y diferenciar las novelas juveniles de las adultas, aunque no puedo controlar luego la colocación en librerías o a qué edad compran cada libro. Pienso que es importante, porque el público al que te diriges influye a la hora de tratar ciertos temas y, durante las firmas, conoces a gente que está viviendo situaciones delicadas.

¿Qué autores españoles, vivos o muertos, contribuyeron a su escritura?

Hubo muchos, pero el que más me marcó durante la adolescencia fue Carlos Ruiz Zafón. Después, también José Luis Sampedro. Y Enid Blyton o Marian Keyes. Cuando era pequeña, leerlos despertaba en mí las ganas de seguir escribiendo.

¿Algún día firmará libros con su nombre real o el peso excesivo de Alice lo impedirá?

Sí, quizá, por qué no. Si decido escribir algo muy distinto sería una buena forma de diferenciarlo. El tiempo dirá.