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Pierre Buraglio, una mirada francesa sobre el arte español

Hasta el 10 de diciembre, el Institut Français de Madrid acoge “Impresos, dibujos, libretas (1962/2020)””, donde se muestran obras sobre papel de la prolífica trayectoria del pintor
Institut Français

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El escritor francés Roger Vailland se refería a las partes evolutivas de un artista como “temporadas”. No apelaba al sentido de ir de mejor a peor, o viceversa, sino que marcaba cada época como especial, excepcional, única, finita. Y es esta percepción la que el artista Pierre Buraglio acoge para su trayectoria pictórica. “Soy un artista de formación clásica”, explica a LA RAZÓN, “durante muchos años me encuentro con la pintura americana y desarrollo una obra muy abstracta y pobre en su realización. Pero por motivos ideológicos y políticos me detengo durante 4 años”. “Poco a poco -continúa-, vuelvo a encontrarme con lo que había abandonado, como con el esbozo, el croquis, el dibujo a partir de los maestros”. Pero no solo se ha dedicado a producir arte, sino también a divulgarlo, así como “me encanta el mundo de la imprenta. Desde muy joven hice litografía”, añade. Ahora, Buraglio ha decidido llevar su obra y por primera vez a España, a través de “Impresos, dibujos, libretas (1962-2020)”, exposición donde da a conocer su trabajo sobre el papel y que está dedicada al también artista y su amigo Eduardo Arroyo.
Hasta el 10 de diciembre, el Institut Français de Madrid acoge una muestra comisariada por Fabienne di Rocco: “Soy el punto de unión entre Eduardo Arroyo, el Institut Français y Pierre Buraglio”, apunta a este diario, “el proyecto se inició antes de la pandemia, pero tardó más de lo previsto en concretarse. Luego, con Éléonore, de la Galería Catherine Putman de París, procedimos a seleccionar las obras, y optamos por presentar únicamente las realizadas en papel. Primero, porque Buraglio no es un pintor al uso, y porque desarrolló su obra desde el primer momento en torno a este material”. Con esto, el artista también añade que “no se trata de una exposición al uso, pues si expusiera el mismo conjunto de obras en cualquier galería profesional, dirían que he muerto por el lado retrospectivo”.
Buraglio destaca a este diario “los trabajos de serigrafía”. En especial, dos obras donde “se aprecian dos cascos, uno alemán y otro francés, que me pidieron para un gran museo francés de la Primera Guerra Mundial”. Explica el pintor que “al no tener un punto de vista chauvinista, sino internacionalista, puse a los dos soldados en un plano de igualdad en este conflicto intercapitalista. Es un tema que me gusta mucho”. Pero no solo su obra apela a lo político, sino que asegura que su obra se caracteriza, ante todo, “por un cierto silencio, una cierta reserva; incluso cuando presento un retrato de mi hija o de mi mujer, lo que me interesa es el distanciamiento”.
“También me define la práctica de la economía”, añade, “pues construyo cosas a partir de pocos elementos, recuperando materiales, como fue el caso de mis obras realizadas con cajetillas de tabaco de Gauloises”. Respecto a estas creaciones, Di Rocco asegura que el pintor “se volvió muy famoso gracias a estos trabajos. En la exposición no tenemos ninguna muestra de esas realizaciones, sino un cartel que remite al uso de las cajetillas. Lo que sí tenemos es la ‘Suite enveloppe’, trabajo realizado a partir de unos sobres administrativos que él abre, ensambla para hacer un montaje y consigue recrear una obra poética a partir de objetos de la vida cotidiana abandonados”.
Asimismo, si bien el hilo conductor de la muestra reside en la relación amistosa y artística entre Buraglio y Arroyo, el primero también ofrece obras con claras referencias a otros pintores españoles. “Ningún artista contemporáneo puede evitar tener una mirada sobre el trabajo de Picasso”, afirma Di Rocco, y en el caso de esta exhibición “el homenaje al malagueño está presente a través de la obra impresa”. Explica Buraglio que la obra incluida “se trata de un encargo de hace dos años por el Museo Picasso en el marco de la exposición ‘Guernica’”. Una creación que, añade Di Rocco, muestra hasta qué punto “la historia de la Guerra Civil y los bombardeos sobre esta ciudad vasca llamaron la atención de Buraglio”.
“También insistí para exponer obras realizadas inspirándome en otros grandes artistas españoles”, relata Buraglio, “pero, desafortunadamente, tengo cuadros en museos franceses inspirados en Zurbarán y Goya que no han podido venir”. “Pero sí hay varias obras -añade-, como por ejemplo una litografía inspirada en una obra de San Francisco de Asís, que ilustra el cartel de la muestra y que normalmente figura en el Museo de Bellas Artes de Lyon”. En definitiva, “Impresos, dibujos, libretas (1962-2020)” se presenta como una visión peculiar hacia la obra de Buraglio, un reflejo de “su mundo y su mirada, alimentados por la pintura antigua y de interpretaciones”, dice Di Rocco. “Son obras únicas, otras múltiples, impresas, estampas, todas igual de importantes”, concluye.