El Hermitage Barcelona exhibirá grandes obras
Se inaugurará en 2019 en la bocana del puerto y albergará piezas maestras de su museo referente en San Petersburgo
Se inaugurará en 2019 en la bocana del puerto y albergará piezas maestras de su museo referente en San Petersburgo
El museo Hermitage Barcelona, que se construirá en la bocana del puerto de la capital catalana y se inaugurará en 2019, exhibirá obras maestras de su museo referente en San Petersburgo, y buscará establecer un nuevo discurso museográfico en el que ciencia y arte, inteligencia y belleza, irán de la mano.
Así lo explicaron ayer el director científico y artístico del nuevo equipamiento, Jorge Wagensberg, y uno de los promotores del museo, Ujo Pallarés, durante la presentación del proyecto ante la Prensa y representantes del ámbito cultural, económico y municipal de la capital catalana.
El Hermitage Barcelona se ubicará en un nuevo y moderno edificio de factura racional y unos 15.000 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas y con siete grandes áreas expositivas, con una previsión de atraer a unos 500.000 visitantes cada año. El nuevo equipamiento, con un coste estimado de 38 millones de euros, es una iniciativa totalmente privada que no pedirá ningún tipo de subvención, puesto que prevé obtener beneficios, y que nace con la voluntad de establecer un diálogo con los demás museos y equipamientos culturales de la ciudad, según afirmaron Wagensberg y Pallarés.
La idea de construir una sede del prestigioso museo de San Petersburgo, ubicado en el Palacio de Invierno de los zares rusos y con un fondo de 3,2 millones de piezas artísticas, surgió hace unos cuatro años durante una cena entre Pallarés, profesional del mundo del diseño, y su amigo Valery Yaroslavskiy, empresario ruso y vicepresidente de «Acceleration Group», explicó el emprendedor barcelonés.
Lo que parecía «una idea loca y genial» fue tomando cuerpo y se constituyó la empresa Cultural Development, que presentó el proyecto al Ministerio de Cultura ruso y a los responsables del Hermitage, que rápidamente dieron su visto bueno y con los que se firmará un contrato por 50 años, los mismos que la concesión de los terrenos que se negocia con el Puerto de Barcelona y que se espera firmar en los próximos meses.
Aunque inicialmente se pensó en reformar dos inmuebles en desuso del puerto de Barcelona, finalmente se optó por la construcción de un nuevo edificio «a medida» del proyecto museográfico, que pretende establecer un diálogo entre arte y ciencia y «comprender la condición humana a través de las obras artísticas y sus lenguajes».
Wagensberg, doctor en Física y antiguo director del Museo de la Ciencia de Barcelona, aseguró que Hermitage Barcelona no será una simple franquicia de su homónimo ruso, sino que, a las piezas procedentes de San Petersburgo se añadirán otras «metáforas y objetos museográficos para explicar grandes historias».
El nuevo museo se organizará en «salas permanentes de contenido variable», acogerá exposiciones temporales «de diferentes ritmos» y tendrá espacios en los que se exhibirán «algunas de las mejores obras del Hermitage», entre las que se destacará la «pieza del mes», detalló Wagensberg. El Hermitage organizará actividades cada día y será sede de conferencias, seminarios, talleres y presentaciones, con la idea de «crear un microclima que estimule el conocimiento».