Francia

El Thyssen se acerca al concepto de lo «inacabado» en la pintura

El Museo Thyssen-Bormemisza propone un acercamiento al concepto de lo "inacabado"en la pintura a través de catorce cuadros de su colección permanente y de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. La exposición, novena entrega de la serie "Miradas cruzadas", está organizada en torno a los géneros tradicionales de la pintura de historia, el paisaje y el retrato e incluye obras de factura abocetada, tanto de maestros antiguos como modernos.

A partir de hoy se podrán contemplar, en el balcón mirador de la primera planta del museo, desde esbozos de Rubens, Tiepolo, Géricault y Delacroix, y un estudio al aire libre de Matisse, a composiciones de Manet, Cézanne, Van Gogh, Heckel y Kokoschka.

El arte francés del XIX fue el escenario de un conflicto que enfrentó a los partidarios de lo acabado y lo inacabado en la pintura.

A comienzos de siglo, los sectores más vinculados con la Academia convirtieron el "fini"o "acabado pulido"en símbolo de excelencia artística, frente al "acabado abocetado"considerado un signo de negligencia.

Sin embargo, el fini nunca llegó a constituirse en modelo único de la pintura occidental: mientras la Academia florentina del siglo XVI era partidaria de las superficies cuidadosamente perfiladas de Rafael, los venecianos Giorgione y Tiziano abrían la puerta a una pintura vibrante y sensual.

En los siglos XVII y XVIII, la línea veneciana encontró eco en varias escuelas nacionales como la holandesa, por ejemplo en la pintura de Frans Hals o en la francesa con Fragonard.

Las tensiones entre ambas concepciones explotaron en la Francia del XIX con los pintores neoclásicos, que, enfrentados a la sensualidad rococó, se oponían radicalmente a cualquier trazo en la obra que dejase traslucir rasgos personales.