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Así destapó Gatti a Elena Ferrante

LA RAZÓN habla con el periodista que dio en la pista de Anita Raja. Antes, los focos de la sospecha apuntaban a su marido, Domenico Starnone
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LA RAZÓN habla con el periodista que dio en la pista de Anita Raja. Antes, los focos de la sospecha apuntaban a su marido, Domenico Starnone
El caso de Elena Ferrante es la polémica literaria del momento, tanto dentro como fuera de Italia. Esto se debe a que el periodista Claudio Gatti, corresponsal en Nueva York (Estados Unidos) del diario económico «Il Sole 24 Ore», ha desvelado en las páginas de su periódico –junto a la colaboración de otros medios internacionales como el «Frankfurter Allgemeine Zeitung», el «The New York Review Of Books» y «Mediapart»– cuál era la verdadera identidad del pseudónimo Elena Ferrante, quien ha publicado cuatro libros de éxito bajo ese nombre, como «La amiga estupenda», «Un mal nombre», «Las deudas del cuerpo» y «La niña perdida». Así pues, Gatti ha concluido que el nombre auténtico de Elena Ferrante es la traductora Anita Raja, algo que desde hace años muchos ya sospechaba. Claudio Gatti ha accedido a hablar con LA RAZÓN para explicar cómo consiguió confirmar el verdadero nombre de una de las autoras italianas más exitosas de las últimas décadas.
- Pruebas concretas
La gran polémica que ha desatado este periodista italiano es cómo ha conseguido las pruebas, investigando datos personales relacionados con las propiedades de Anita Raja. Gatti se defiende: «Aquellos datos no los he ofrecido en absoluto para hacerlos accesibles a la opinión pública. Los he mostrado a los editores y a la familia de Raja, explicándoles que se trataba de pruebas concretas, para que me admitieran que Elena Ferrante y Anita Raja eran la misma persona, dado que la segunda había sido la principal beneficiaria de los éxitos de ventas de los libros de la primera. Algo que, ya puestos, era un secreto a voces». Le seguimos preguntando de qué tipo de datos personales se trata: «No puedo desvelarlo, dado que es la esencia de mi trabajo» explica Gatti mencionando, por encima, cuentas bancarias y propiedades inmobiliarias.
Algún que otro periodista italiano, según confirma Gatti, lo ha acusado públicamente de malgastar las técnicas del periodismo de investigación eludiendo temas importantes, como la mafia: «Sin embargo he escrito y publicado muchos casos en ‘‘Il Sole 24 Ore’’, que luego se han convertido en casos judiciales. Pero eso no le ha importado a nadie. Ahora que me he dedicado a un tema ligero, se ha generado un revuelo mediático total. En el mundo de hoy se prefieren los temas ligeros y hacer polémica con 140 caracteres. Ojalá otros temas que he trabajado, y que han sido mucho más importantes, hubieran tenido la misma repercusión que éste».
- Sin tapaderas
El problema, según Gatti, está en que Raja no se ha aislado nunca, no ha sido una persona que ha tratado de taparse y de llevar otro tipo de vida para mantener el anonimato: «Si concedes entrevistas regularmente y escribes un libro ofreciendo detalles falsos despertando la curiosidad mediática. O estás dentro, o estás fuera. Y, sobre todo, lo que no podrás es enfadarte si revelo quién eres». Y añade: «En su momento leí los libros de Elena Ferrante y me habían gustado mucho. Y yo, como lector y periodista cercano a la literatura italiana contemporánea, pensé: ¿quién podría ser esta persona? Entonces consideré que había sólo una forma para conseguirlo: seguir el dinero. ¿Por qué hacerlo? Porque Elena Ferrante es un personaje público que se esconde y miente en las pocas informaciones que da al público. Y a mí las mentiras no me gustan, aunque sean pequeñas y en buena fe. Así pues, la curiosidad pasó a ser un desafió personal. Había que desvelar quién era la superestrella literaria».
«Muchos dicen que he desmontado el encanto del libro desvelando el misterio de su autoría», explica. «¿Qué más da saber la verdadera identidad de un escritor de cara a la lectura de su libro? ¿Cómo he podido estropear la literatura de Elena Ferrante? ¿Desde cuándo conocer el autor de una obra estropea la obra?». «Anita Raja creo que ha preferido usar un pseudónimo porque es especialmente tímida», explica el corresponsal en Nueva York de «Il Sole 24 Ore». «Cuando escribió el primer libro de la tetralogía, quería mantenerse fuera de los focos, y eso que todavía no sabía la repercusión que posteriormente tuvieron sus trabajos. Pero también hay que pensar en la influencia de la obra de Michel Foucault en ella, en el contexto donde un libro tiene que considerarse por lo que es, independientemente de quien lo haya escrito». Pero, ¿cuál es el límite entre el derecho a la información y el derecho a la privacidad? Desde luego, académicamente hablando, el núcleo está en la veracidad y la relevancia pública. Suponiendo que fuese cierta la identidad del pseudónimo de Elena Ferrante, ¿hasta qué punto esto justifica una intromisión en la intimidad de una persona? El debate, en Italia y fuera de ella, queda abierto.

«No he ido a por una mujer»

¿Y qué piensa de todo esto la principal involucrada? Por el momento no ha emitido ninguna declaración. Según asegura el propio Gatti –galardonado con el Premio Saint-Vincent de periodismo por sus investigaciones relacionadas con el terrorismo islámico en 2003; en la imagen–, él ha «intentado llamar a Anita Raja, pero nunca he conseguido hablar con ella». Según nos cuenta a este periódico, ha hablado con sus editores, le ha escrito a su hermano y a su hija, pero sólo ha obtenido silencios. Muchos usuarios de redes sociales lo han acusado de misoginia: «Rechazo por completo todas esas acusaciones, como es obvio; entre otras cosas, porque yo no sabía si, finalmente, se trataba de una mujer o no, ya que hasta hace bien poco era muy plausible que Elena Ferrante fuera su marido, el escritor italiano Domenico Starnone. Las probabilidades de que se tratase de un hombre, de hecho, eran altísimas. No he ido a por una mujer, he querido desvelar un misterio».