Así imaginó Franco el Valle de los Caídos
Es la sierra de El Escorial, en Madrid, donde Francisco Franco levantará un monumento hoy en el centro de la polémica. El lugar en el que desea que esté la inmensa cruz lo señala a lápiz. Durán subastará el día 28 el lote que contiene el «making off», compuesto por cuatro imágenes, tres de ellas panorámicas. Precio de salida: 22.500 euros.
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Es la sierra de El Escorial, en Madrid, donde Francisco Franco levantará un monumento hoy en el centro de la polémica. El lugar en el que desea que esté la inmensa cruz lo señala a lápiz. Durán subastará el día 28 el lote que contiene el «making off», compuesto por cuatro imágenes, tres de ellas panorámicas. Precio de salida: 22.500 euros.
El Lote 543 que el miércoles saldrá a subasta es de esas piezas raras, peculiares y únicas. Su contenido está dentro de una carpeta rosa chillón a la que accedemos cuando Cristina Boza, experta del Departamento de Libros y Manuscritos de la casa de subastas Durán, nos da permiso. Ha querido la casualidad –o quizá sea que el propietario de las obras ha visto el momento actual como el más propicio para deshacerse del lote– que las cuatro imágenes, tres de ellas panorámicas, del Valle de los Caídos se pongan a la venta justo en mitad de la acalorada polémica por la exhumación de los restos de Francisco Franco. «Son una serie de trabajos preparatorios, de ahí su singularidad. Qué duda cabe de que en este momento cobran una mayor actualidad, además de que son un documento que aporta datos sobre la historia de un edificio controvertido y que nos puede ayudar a conocer mejor cómo se gestó la idea de levantar el monumento», asegura David Durán, responsable de Producto de la casa.
Las imágenes contienen anotaciones al dorso del propio caudillo («peña vista por detrás», «vista de frente del lugar del monumento»), incluso él dibuja en dos de ellas una cruz que señala el lugar exacto donde quiere que se levante la misma, una de ellas a lápiz (en esa imagen repasa también el pico del montículo con un suave trazo de grafito), la otra con tinta. Según recoge el catálogo de la sala de subastas, «consta de varias fotografías aéreas de esta zona que formaban parte de la documentación gráfica del proyecto para la construcción del monumento que representa la exaltación de la victoria en la recién terminada guerra civil. Las anotaciones al dorso, de puño y letra del general Franco, así como los dibujos realizados por él en algunas de ellas para marcar el sitio donde debía construirse la basílica y el monumento de la cruz de los caídos, indica la importancia de estas fotografías para el desarrollo de esta obra que comenzó a construirse en 1940 y se inauguró en 1957». Se deduce que estamos ante una secuencia que documenta dónde quería Franco que se edificara exactamente y se levantara la inmensa cruz. «Es un documento único sobre la Historia de España que puede interesar a conservadores, archiveros, historiadores o estudiosos. En muchas ocasiones el precio no está en consonancia con la pieza que representa», comenta Boza. Las obras llegaron a la sede de la calle Goya hace un mes y medio y desde diez días, antes de que se produzca la subasta, están a la vista, como el resto de los lotes que se venderán.
Tanto este lote como el 542, que contiene documentos anotados por él, fueron declarados en 2013 bienes inexportables, es decir, que no podrán salir de suelo español. «Pensamos que al darle esta calificación el Estado podría tener algún interés en su adquisición. Ya lo veremos», apostilla Bouza.
«Property of a gentleman»
¿Algún dato sobre los propietarios de los tres lotes? Se trata de un particular. A partir de ahí, el hermetismo es total. «Nuestra máxima es la confidencialidad tanto con los proveedores, quienes nos facilitan el material para vender, como con nuestros clientes, es decir, quienes compran el lote. Yo utilizaría una frase inglesa que es muy gráfica y elegante:''Property of a gentleman'' o en su caso, ''Property of a lady''», confiesa David Durán. Sobre el interés que han despertado los lotes asegura que no más que otros que salen en la sesión de libros y documentos, «aunque aún es demasiado pronto, pues la venta es el miércoles. Hasta el último días no vamos a saber cuál es en realidad el interés que existe en las piezas. Una cosa es la curiosidad que pueda despertar, y en este momento es imposible negar que existe, y otra que alguien esté interesado en desembolsar 25.000 euros, que es el precio del que parten, por ejemplo, las postales. Son dos conceptos distintos», señala, a lo que Bouza añade que «con este tipo de lotes suele haber más expectación que interés real. No es para un coleccionista cualquiera, sino para alguien especializado o que tenga un interés especial por el protagonista».
Que este tipo de material se venda no es un hecho aislado, sino comúnsi pertenecen a ciertos personajes, rodeados siempre de un halo de fascinación: «A nosotros nos gustan especialmente porque ofrecen una dimensión nueva de Franco. Tenemos el caso reciente de las cartas de Ortega y Gasset a Ramiro de Maeztu, vendidas hace poco y en las que éste le habla a su destinatario de sus enfados. Son piezas especialmente llamativas».
¿Es alto un precio de salida de 25.000 euros? David Durán responde que «los fijamos de acuerdo entre la sala y el dueño de la obra. Hay veces que estos se dejan aconsejar, pero no olvidemos que en última instancia lo pone quien levanta la mano en la sala. Y eso es lo que vale. Hasta el día de la subasta no lo vamos a saber. Y, desde luego, hay coleccionistas para todo. El propietario puede pensar que es un momento propicio para vender por la actualidad del personaje. Exactamente igual venderíamos este material que, por ejemplo, unos planos de la Plaza Roja de Moscú si nos llegaran. Las subastas se rigen siempre por la ley de la oferta y la demanda».
El lote 542 posee igualmente un enorme interés. Está formado por dos grupos de documentos autógrafos de Franco referentes a asuntos de actualidad de su Gobierno. Según consta en el catálogo «se trata de borradores que Franco escribía sobre los temas a tratar (discursos, entrevistas, etc.) y que después eran mecanografiados por su asistente; por esta razón no están firmados». Está divididos en dos grupos. En el primero se hallan dos borradores a lápiz sobre la Prensa, probablemente redactado a principio de los años 40. Consta de un folio con epígrafes y dos parejas de cuartillas en papel de seda manuscritas a lápiz (rojo y verde) y tinta, con múltiples correcciones. Se lee que «es un órgano de opinión y de cultura, no puede vivir al margen del Estado ni este desatenderse de medio tan poderoso para la formación de nuestro pueblo». A los periodistas se les debe reconocer su dignidad, «no pueden vivir como mendicantes», escribe. «La Prensa –añade– ha de entenderse integrante de la unidad moral y política que es la nación».
El segundo grupo contiene un manuscrito original autógrafo a tinta con anotaciones y subrayados a lápiz. En la cabecera lleva la anotación «Sacarle punta» y se apuntan temas como «El Decreto del aumento del subsidio familiar».