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Béla Lugosi, el actor que nunca salió del ataúd de "Drácula"

En febrero de 1931 se estrenaba en Estados Unidos la película que sentaría las bases de la ciencia ficción vampírica y cinematográfica
Béla Lugosi, el actor que nunca salió del ataúd de "Drácula"
Drácula, encarnado por Bela Lugosilarazon
Sofía Campos
  • Sofía Campos

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Que el Drácula de Bram Stoker (creado en 1897) diese el salto a la gran pantalla tenía que tener sus consecuencias. Se van a cumplir este viernes 94 años desde que se estrenara en Estados Unidos la icónica película dirigida por Tod Browning. En el cartel de la época, se describía "Drácula" como "la historia de la pasión más poderosa que haya conocido el mundo". Un filme producido y distribuido por Universal Studios, y que sentó las bases de lo que se convertiría en un auténtico fenómeno de la cultura popular. Una cinta históricamente significativa, y que hizo de su protagonista, Béla Lugosi, un eterno vampiro.
El intérprete, nacido en 1882 en Lugoj (Rumanía) y que falleció en 1956 en Los Ángeles, nunca logró salirse del papel más importante de su carrera. Recordado también por sus trabajos en "Glen or Glenda" (1953), "La novia del monstruo" (1955) o "Plan 9 del espacio exterior" (1956), el éxito le vino de la mano de un exilio. Tras haber sido teniente en la Primera Guerra Mundial y haber formado parte activa de la izquierda de su país, esta actividad política le hizo mudarse, primero, a Alemania, y más tarde a Estados Unidos, donde le cambió la vida. Allí consiguió su papel como Drácula, con el que Lugosi estableció al personaje como un icono cultural, marcando para siempre la creación de este tipo de perfiles en las novelas y películas de ciencia ficción. 
Pero no sólo su trabajo como el famoso vampiro tuvo una repercusión de puertas hacia afuera, sino ante todo hacia adentro. Dicen que Lugosi murió creyendo que él mismo era el conde Drácula. Llegó a amar tanto a este personaje, que lo interpretó en varias ocasiones hasta el punto de adaptarlo a su propia personalidad. Hay todo tipo de leyendas y rumores, que hacen pensar que el actor nunca llegó a salir mentalmente del ataúd de Drácula. De hecho, en su biografía, "The man behind the cape", narró cómo en 1947, durante una gira en la que volvió a interpretar al vampiro, comenzó a exclamar entre bambalinas que él era Drácula, llegando a pedir para su propio uso el ataúd que usaban en la obra teatral.
Se dice, además, que el actor llegó a decir antes de fallecer: "Soy el conde Drácula, el rey de los vampiros, soy inmortal". Y los rumores más creativos y de mayor imaginación añaden que en ese mismo momento en que Lugosi murió un murciélago se estampó contra la ventana de la habitación en la que se encontraba. Un actor, por tanto, que se convirtió en leyenda, con todas sus consecuencias.

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