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Cine

Francia

Binoche demuestra en Cannes que la edad y las arrugas son un plus

La actriz demostró que está espléndida y que la experiencia que le da la edad y las arrugas son un plus de veracidad y de expresividad para sus papeles

La actriz francesa Juliette Binoche demostró hoy en Cannes que está espléndida a sus 50 años recién cumplidos y que la experiencia que le da la edad y las arrugas que surcan su cara son un plus de veracidad y de expresividad para sus papeles.

Como el de una actriz que no quiere darse cuenta del paso del tiempo en "Sils Maria", de Olivier Assayas, que compite por la Palma de Oro de Cannes y con la que Binoche se posiciona como una de las favoritas para conseguir un premio de interpretación que ya tiene por "Copie conforme"("Copia certificada", 2010), de Abbas Kiarostami.

"Imagina que con 40 años interpretas el papel de alguien de 20", señaló Binoche, sin dejar de sonreír, sobre el papel en el filme de Assayas, el de una actriz que no asume que no puede interpretar los mismos personajes de 20 años atrás.

Para ella ese paso del tiempo no es un problema.

"Nos planteamos cuestiones cruciales según crecemos. Según pasa el tiempo, se produce una alquimia interior. Es la vida la que nos esculpe", afirmó la protagonista de filmes como "Caché", que agregó aliviada: "afortunadamente cambiamos".

Porque Binoche asegura que no tiene la mirada en el pasado. Es una ferviente defensora del presente y en eso el cine le ayuda mucho.

"El cine me hace ponerme siempre en cuestión, porque nunca sé lo que voy a interpretar ni cómo voy a hacerlo", dijo Binoche, que aseguró que "hay que tener los pies bien en el suelo, pero también imaginar, soñar".

Y divertirse, como ella hizo durante toda la rueda de prensa, riendo cualquier ocurrencia de sus compañeros de película o de los periodistas, ante los que había posado minutos antes con una disponibilidad absoluta para saltar, sonreír o posar en mil y una formas.

Con pantalones de cuero, chaqueta negra y camisa blanca, Binoche se mostró totalmente natural ante los fotógrafos, espontánea, con poco maquillaje y el pelo alborotado por el viento.

Una actriz que siempre busca lo nuevo. "La repetición me aburre mucho"y puso como ejemplo que tras el éxito de "Blue", le llegaron muchos guiones similares, sobre la muerte, y no los hizo.

"Yo no pienso en el futuro, el futuro viene hacia ti. Es una cuestión de estar en el sitio adecuado y de confiar", señaló convencida.

En cuanto a su profesión, asegura que le gusta ponerse al servicio de la historia, pero sobre todo "del ser humano. Ese es el privilegio de ser actriz".

Para que ella se embarque en un proyecto tiene que haber un "guión que llame a la desnudez interior"y eso lo encontró en "Sils Masria", donde interpreta a una actriz en crisis, algo que parece del todo alejado de su personalidad.

"No somos nunca el personaje pero lo somos completamente. Te metes totalmente en alguien, esa es la magia de actuar. Tienes que adaptar tu cuerpo a lo que está escrito pero también a lo que sientes", un proceso que le permite descubrir cosas de sí misma.

Y en el que intenta que cada momento creado en el cine sea verdadero, algo que consigue lanzándose sin red y poniéndose al servicio de la historia, como hace en el filme de Assayas, donde aparece casi sin maquillaje y mostrando las arrugas acumuladas con el paso de los años y que le dan una gran expresividad.

Un esfuerzo que pone en cada trabajo que hace, incluso en un filme tan diferente como "Godzilla", en el que asegura que participó para "contentar"a su hijo.