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«Inside», un arranque flojo para el mejor festival de género

larazon

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Sitges, consolidado como una cita indiscutible de terror, abre esta
edición con una cinta de Miguel Ángel Vivas.
Comienza la 46 edicion del Festival Fantástico de Sitges. En la sección oficial se proyectarán 47 películas, de las cuales 30 lo harán a concurso y 17 en sesiones especiales. Esta cita, un clásico ya en el calendario cinematográfico, debe el estado grandioso en el que se encuentra hoy básicamente a tres persones. A Antonio Rafales el primero, que creó un Festival de cine de Terror con lo cual los aficionados empezamos a acudir y también los autores de género.
Después llegó Juan Luis Goas, quien lo internacionalizó magnificamente. Pudimos ver entonces, por ejemplo, a Luc Besson, entonces un chico tímido con barba que trajo “Le denier combat”. Después han visto su carrera... También recordamos en esa época a Franco Nero con Vanessa Redgrave haciendo manitas en la copia restaurada de “Camelot” o a la maravillosa Fay Wrigh fascinada por el logotipo del festival, que es la versión de “King Kong”de 1931.
Recuerdo la noche en que vi a Patricia Neal a las dos de la
madrugada caminando por el Hotel Melia Sitges apoyada en un bastón porque se había proyectado una versión restaurada de “Ultimatum a la Tierra”. O ver en los pases de prensa sentado a un jovencito Quentin Tarantino. Vinieron después varios directores, alguno de ellos mejor olvidarlo.
La tercera persona fundamental es el responsable actual, Ángel Sala, que ha conseguido hacer de Sitges un festival grande, al margen del género, por asistencia, número de medios acreditado (este año más de 600), por repercusión internacional. Todo aficionado al cine debe pasar por aquí al menos una vez en la vida.
Este año la película de apertura es “Inside”, de Miguel Ángel Vivas.
Nada que reprochar a una cinta de género. Lo que no se entiende es por qué han rodado una nueva versión de una mediocre cinta francesa. Lo primero que hay que hacer es escribir un buen guión y no caer en errores tan de bulto como que la mujer malísima reviva una y mil veces o que la que está a punto de parir corra y casi vuele tan ligera como una pluma. No voy a contarles el absurdo final feliz.

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