La memoria es un disco rallado
«The Song of Sway Lake» reflexiona sobre el peso de la nostalgia a través de dos amigos.
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«The Song of Sway Lake» reflexiona sobre el peso de la nostalgia a través de dos amigos.
Ni Olli ni Nikolai quieren ser quien son. El primero huye del peso de su apellido, Sway, emblema de la «belle époque» de las grandes familias norteamericanas que, como una realeza republicana, veraneaban en lagos privados y disfrutaban de la gloria alcanzada en la II Guerra Mundial; el segundo, un joven ruso sin raíces definidas, aspira en cambio a la solidez de un acervo familiar como el de Olli. Son amigos, pero al mismo tiempo representan dos modos de acercarse a la nostalgia.
«The song of Sway Lake», debut en la dirección de Ari Gold y una cinta celebrada en los circuitos independientes, se articula en torno a un lago (el que da nombre al filme), una casa en dicho lago y una canción del pasado. Tras la muerte de su padre, Olli acudirá allí junto a su amigo en busca de un disco, pero la llegada de su abuela para poner en orden la venta de la propiedad, hará estallar las hostilidades.
Lo curioso del filme de Gold es que ni el lago, ni la casa ni la canción existen en realidad, o no como se cuenta en la cinta. Nunca hubo un Sway, ni como topónimo ni como apellido. «Es como una exageración de las familias que viven en ese entorno de los lagos cercanos a Canadá en los que pasé mi infancia. Hay familias allí con lagos privados y de niño yo veía esas casas y en mi mente fantaseaba con lo que habría al fondo de esos caminos con sus señas de ''prohibido pasar''», explica Gold. Y es que, añade, «la idea del lago, y de esa señora mayor que quiere mantener las cosas como fueron en el pasado, se convirtió en una manera de hablar de la sociedad, de las clases sociales y de los recuerdos en mi país».
Como decíamos, Olli y Nikolai ejemplifican dos maneras de acercarse a esos recuerdos: la de quien trata de huir de ellos tras el suicidio de su padre, y la de quien los codicia sin haberlos vivido. El personaje del joven ruso, de hecho, tiene una progresión semejante a la del talentoso Mr. Ripley de la novela de Highsmith. Se ofrecerá como escudero a la anciana señora Sway frente a las necesidades de su amigo de crear un mundo de cero.
La banda sonora, con sonidos de los años 40 y 50, compuesta por el hermano de Gold, es otro personaje más de una cinta que habla de la memoria a través de sus reflejos en cosas tan líquidas como la música y los veranos pasados.