“La pequeña Suiza”: Suizos antes que españoles
Kepa Sojo retrata las aventuras de un pueblo ignorado por Castilla y León y por el País Vasco que descubre una conexión con la confederación helvética
Kepa Sojo retrata las aventuras de un pueblo ignorado por Castilla y León y por el País Vasco que descubre una conexión con la confederación helvética.
Más allá de la trama y los dimes y diretes de los personajes, el planteamiento de «La pequeña Suiza» ya dice mucho de la España en la que vivimos: un pequeño pueblo de Castilla y León enclavado en la provincia vasca de Álava decide, ante los oídos sordos del lehendakari para unirse al País Vasco, pedir su incorporación a Suiza tras descubrir que en la cripta del pueblo se encuentran los restos del hijo de Guillermo Tell.
Mapas desfasados
Asegura Kepa Sojo, director de esta comedia, que las fricciones berlanguianas entre presuntos compatriotas y las tiranteces identitarias no se patrimonio exclusivo de España, pero su parodia del lío autonómico, de la «nación de naciones», huele a muy nuestras. «Es una cuestión extrapolable, en todos los lugares hay problemas territoriales. En España, los mapas han ido evolucionado desde el franquismo y los problemas de algunos enclaves han quedado sin resolver en democracia», considera el director.
Sojo, alavés, se ha apoyado en el condado de Treviño, el territorio burgalés enclavado en el País Vaco, para dar forma a este Telleria de la ficción que se ha rodado en los pueblos de Archiniega y Llodio, entre otros, y ha contado con la participación de sus habitantes para los papeles extra. «Son lugares que no se sienten ni de un sitio ni de otro y son ninguneados por todos. Y si quieren que pertenezca a alguno es solo por el interés», explica Sojo sobre Treviño y su Telleria ficticia.
Además, la pasión por Berlanga, de quien realizó una tesis doctoral, está siempre presente en el filme, «con todo el respeto del mundo, pues él es inimitable». «Bienvenido, Mister Marshall», con escenas que remedan algunas secuencias icónicas, es una referencia inevitable. Personajes y situaciones paradójicas entroncan con esa inspiración berlanguiana.
«La pequeña Suiza» bebe de ese «boom» de las cintas de tópicos regionales que se viene viviendo en el cine español y europeo. El tipo de humor y la trama recuerdan a «Ochos apellidos vascos». «La idea viene de antes de aquel rodaje. Aunque para nosotros la comparación es buena, porque Borja Cobeaga y Diego San José –los guionistas– son amigos nuestros y ha sido la cinta más taquillera de la historia de España», concluye Sojo.