Machi y Elejalde, volantazo hacia el drama
Manuela Burló regresa al Festival de Málaga con «Rumbos», una cinta de «vidas cruzadas y en movimiento» que confluyen en una madrugada y que cuenta con la vuelta de Pilar López de Ayala
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Manuela Burló regresa al Festival de Málaga con «Rumbos», una cinta de «vidas cruzadas y en movimiento» que confluyen en una madrugada y que cuenta con la vuelta de Pilar López de Ayala
En la madrugada malagueña, como en la de cualquier gran capital, se mezclan la ansiedad y la nostalgia, el silencio rasgado por una motocicleta y el relumbrón de la terraza del AC (el hotel donde el famoseo celebra esta «fiesta» del cine que es el Festival de Málaga). Si uno camina a las 3, las 4 o las 5 de la mañana de vuelta a casa por el Paseo de Cervantes o de Reding bien puede encontrarse con un taxista, un par de macarras en un buen carro o una ambulancia. Y preguntarse a dónde van, con quién, para qué... Manuela Burló Moreno es una de esas personas a las que le gusta indagar en la vida nocturna de los otros. De ahí surge «Rumbos», «de cantidad de madrugadas que me he pasado en los semáforos, volviendo con mi moto ya tarde. Veía gente en el bus, en taxis...». Y es que mantiene que hay en el arte un poco de «voyeurismo», de observar gratuitamente a los otros.
Con esos mimbres trenzó una historia de vidas cruzadas «en movimiento» que transcurre en un puñado de horas en una ciudad que, sabemos, es Barcelona, pero que la realizadora ha querido conscientemente enmascarar para dotar de universalidad a este relato. «El guión fue laborioso porque además cada historia sucede en un vehículo diferente», explica. Hay un taxi, un autobús, un descapotable, un camión y una ambulancia. Y dentro de todos ellos un corazón corroído por las dudas: «Amor, desamor, soledad, cobardía, miedo al abandono o a abandonar». Fatalmente, todas esas vidas en movimiento (detrás de ellos se hallan los actores Pilar López de Ayala, Carmen Machi, Miki Esparbé, Nora Navas o Karra Elejalde) están abocadas a colisionar de una u otra manera en esta cinta que podría recordar (y citamos a la directora) a «Magnolia», «Amores perros» y «Crash».
«Rumbos» era el plato fuerte de la jornada de ayer en la Sección Oficial de Málaga, una de esas cintas que seguramente acabará en alguna categoría del palmarés. Manuela Burló Moreno ya estuvo aquí el año pasado con la fallida «Cómo sobrevivir a una despedida de soltera». «El germen de ‘‘Rumbos’’ es de 2008 y yo pensaba debutar con esta película más personal», señala. Pero se le coló entre medias el encargo de la «Despedida». Ahora, dice, sus seguidores (y tiene muchos de su época de cortometrajista) encontrarán «mis diálogos y personajes tragicómicos, vivos, dinámicos, divertidos, libres, cotidianos y cercanos». Y, de fondo, la voz de Julia Otero, presentadora de una radiotransmisión de madrugada que hace de argamasa para estas historias de corazones más o menos solitarios que, en el fondo, sólo quieren quitarse una espinita, zafarse de la frustración.
- López de Ayala vuelve
El «casting» de «Rumbos» depara, además, alguna sorpresa. Encontramos a Carmen Machi y Karra Elejalde, juntos pero no revueltos, en un registro bien distinto al de la saga «Ocho apellidos...», y, sobre todo, nos reencontramos con Pilar López de Ayala, quien no participaba en una cinta española desde 2011. Asegura Manuela Burló que en «Rumbos» la vida de los personajes «está en movimiento» como los vehículos que conducen y que todos estamos en movimiento, por nosotros mismos y en relación a los demás, de tal manera que, gira girando, «en la misma noche podemos ser protagonistas de la historia, del drama, que antes veíamos sólo como espectador». Y aún podemos más: tomar una decisión definitiva, lanzar un móvil por la ventana...
Crehuet en el país de los ciegos
Cuando el director Joaquín Oristrell vio en el teatro «El rey tuerto» le dijo a su creador, Marc Crehuet: «O la llevas tú al cine o la llevo yo». Y Crehuet se puso al lío. El resultado, que se vio ayer en la Sección Oficial de Málaga, es una comedia dramática muy deudora del original sobre las tablas y que narra el reencuentro casual entre un antidisturbios y el manifestante al que le reventó un ojo con una pelota de goma: «El texto es exactamete igual y el reparto el mismo. Lo dejé así porque soy muy fan de las películas de texto y actores, tipo ‘’La huella’’», dice el director.