Oscar, vaya papeleta
El esperpéntico error en la lectura del galardón a mejor película, que corrió a cargo de Warren Beatty y Faye Dunaway, y por un momento hizo a «La La Land» triunfadora por encima de «Moonlight», fue lo más comentado de una gala conducida por Jimmy Kimmel que contó con críticas a Donald Trump, aunque no tantas como se esperaban, y fue sobre todo una reivindicación de la diversidad racial en el seno de Hollywood y un llamamiento a la tolerancia en un país dividido
En un histórico error, Warren Beatty y Faye Dunaway dejaron un sabor agridulce en la 89 edición de los Oscar (que lo fue para España, además, por no poder hacerse con el premio al mejor cortometraje para «Timecode», de Juanjo Giménez) al confundirse y dar como ganadora a mejor película a «La La Land» en vez de «Moonlight». Tras el sermón de Mark Platt, uno los productores de la primera, agradeciendo a todos los locos que persiguen sus sueños y contra la represión, otro de ellos, Jordan Horowitz, fue consciente del error, agarró el toro por los cuernos y anunció que la ganadora era «Moonlight». «No es una broma», dijo ante un público ojiplático, mientras Beatty intentaba explicar que la tarjeta que le habían pasado era errónea. Con el equipo de «Moonlight» ya en el escenario, Jimmy Kimmel, conductor de la gala, intentaba rebajar la tensión bromeando con su futuro como conductor: «Sabía que la iba a jorobar».
- Críticas y errores
El presentador del famoso «late night» de la cadena de televisión ABC fue el encargado de guiar la gala y su monólogo inicial sirvió en cierta forma para definir el tono, lanzando indirectas y directas al gobierno de Donald Trump. Hizo hincapié en la cantidad de millones de espectadores alrededor del mundo visionando la ceremonia que «probablemente odien Estados Unidos» por el hecho de vivir esta situación política que sólo está multiplicando la cantidad de enemigos. «No tengo que decir en alto que este país está dividido, me han dado muchos consejos y creo que nos debemos unir todos», comentó. Kimmel abogó por que cada uno de los espectadores se tomara un minuto para charlar con alguien con el que no esté de acuerdo ideológicamente y tener una conversación positiva, «no como demócratas o conservadores, sino como americanos». El aplauso del público no se hizo esperar.
La cita estuvo salpicada por constantes referencias a la diversidad, la libertad y la tolerancia, quedando constancia de que este año iba a ser diferente. La pasada edición se creó una gran polémica en torno a la abundancia de los nominados de raza blanca frente a los negros. El hashtag #Oscarssowhite revolucionó las redes sociales. Este año debía ser diferente y así ha sido. Empezando por la mejor película, «Moonlight» (también mejor guión adaptado), y los Oscar para los afromericanos Mahershala Ali y Viola Davis. Entre todos, pegaron un buen mordisco al pastel de «La La Land», que de las 14 nominaciones que atesoraba sacó en claro 6 estatuillas. Era la gala de la diversidad y Kimmel se sumó al carro asegurando que los Oscar ya no eran tan blancos este año gracias al nuevo presidente. «Ha sido un año estupendo –relataba–. Gente de raza negra ha salvado la NASA y gente blanca el jazz», en referencia a «Figuras ocultas» y «La La Land». Viola David, la ganadora a la mejor actriz secundaria por «Fences», fue de las pocas en no hacer referencias políticas durante su discurso. A diferencia del iraní Asghar Farhadi, que se llevó el galardón a la película extranjera por «El viajante»», que aunque no estuvo presente en la ceremonia escribió un discurso memorable en el que afirmaba que «dividir el mundo entre nosotros y los enemigos sólo acrecienta el miedo y lleva a guerras engañosas». El público también ovacionó a Meryl Streeep ante las críticas recibidas a través de Twitter por parte de Trump, quien llegó a afirmar que la actriz estaba sobrevalorada. Las referencias a las noticias falsas y a los inmigrantes también se hicieron eco y algunos de los ganadores de nacionalidad extranjera se encargaron de remarcarlo, como fue el caso de los vencedores al mejor maquillaje, Giorgino Gregorini y Alessandro Bertolazzi, por «Escuadrón suicida». Gael García Bernal, que fue uno de los copresentadores de la gala, también aprovechó para hacer referencia al ya famoso muro que Trump quiere construir entre su país de origen, México, y EE UU. Kimmel incluso tuiteó en vivo al presidente preguntándole qué hacía ante las carcajadas del público.
Frente a la política también hubo lugar para momentos más ligeros, como la llegada de un autobús de turistas a la gala que, sin conocimiento previo, entraron a la ceremonia pensando que iban a ver una exposición de vestuario cinematográfico. Para su sorpresa se encontraron cara a cara con actores como Nicole Kidman, Denzel Washington o Ryan Gosling, que muy educadamente se tomó su tiempo en saludarlos. Uno de los que venían desde Chicago con su prometida se convirtió por unos instantes en el protagonista de la noche, tomándose fotos con Washington y besando la mano de Streep y Kidman mientras no perdía ripio en grabar lo que estaba presenciando. Washington se levantó un momento para declararles marido y mujer. Y, antes de acabar, no faltó tiempo para otro error: La Academia dió por muerta a la productora Jan Chapman al incluir su imagen con el nombre de la fallecida diseñadora de vestuario australiana Janet Patterson en el tradicional «In Memorian», para enfado de la primera. «Yo estoy viva y en activo», declaraba horas después. Por lo demás, Damien Chazelle, director de «La La Land», puede estar orgulloso de haber sido el director más joven galardonado.
¿Qué camino siguió el SOBRE maldito?
Un empresa de gran prestigio sale tocada tras el esperpéntico error en los Oscar. La multinacional Price Waterhouse Cooper (PWC) se encarga de custodiar el nombre de los premiados. Concretamente, Brian Cullinan y Martha Ruiz, que se sitúan con dos juegos de sobres por premio a cada lado del escenario. Ellos hicieron llegar por error a manos de Warren Beatty el sobre de mejor actriz en lugar de mejor película. Price Waterhouse Cooper lamentó los hechos: «Pedimos sinceramente perdón a ‘Moonlight’, ‘La La Land’, Warren Beatty, Faye Dunaway y los espectadores de los Oscar por el error cometido durante el anuncio del premio a la Mejor Película. A los presentadores se les dio por error un sobre de la categoría equivocada y cuando se descubrió, fue inmediatamente corregido. Estamos investigando cómo pudo pasar, y lamentamos profundamente lo ocurrido».