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Muere en un accidente del tráfico el actor Álex Angulo

Tres veces nominado a los Goya, fallece a los 61 años en un accidente en Fuenmayor tras salirse su coche de la carretera

Imagen de una de las últimas películas que rodaba, «Bendita calamidad»
Imagen de una de las últimas películas que rodaba, «Bendita calamidad»larazon

Un todoterreno, maldita ahora palabra para definir a uno de los actores más prolíficos. Y un hombre bueno, querido por toda la profesión. Álex Angulo perdió ayer la vida en un accidente de carretera cuando el vehículo que conducía se salió d ela carretera en el punto kilométrico 114,300, a la altura de la localidad riojana de Fuenmayor, en sentido Logroño-Zaragoza. Era uno de esos actores que parece que en la vida no se servían de un método para meterse en la piel del personaje. Lo suyo era la naturalidad. Daba la sensación de actuar sin esfuerzo. Nació en Erandio, Bilbao, el 12 de abril de 1953 y estudió para ser maestro. Lo fue hasta que le tentó la interpretación. Su rostro, tan familiar en la pequella pantalla, que él se encargó de hacer grande, empezó a ser más que familiar en el mundo del teatro, pues durante veinte años trabajó en la compañía independiente de Bilbao Karraka (se presentó a un casting cuando dirigía el grupo otro actor de peso, Ramón Barea), con la que recorrió Euskadi, y tras realizar pequeños papeles en películas como «La fuga de Segovia»(1981) de Imanol Uribe; «Todo por la pasta» (1990) de Enrique Urbizu; «El Rey pasmado» (1991); «Mirindas asesinas» (1991) y numerosos cortos, abandonó la compañía cuando Álex de la Iglesia se percató del diamante en bruto que era y le dio un papel en «Acción Mutante» (1993). De su mano conseguiría una primera nominación al Goya por «El día de la bestia» en 1995 como mejor actor masculino y una segunda como mejor actor de reparto por «Muertos de risa» (1999). No era de extrañar, pues el cineasta, que ya le había dado un papel en un corto burbujeante, supo ver el potencial que tenía el actor dramático y le hizo demostrar en un papel de cura trabucaire, un registro que no había podido demostrar hasta el momento. Y lo bordó. Desde entonces se convirtió en uno de los actores secundarios más conocidos (y con un importante club de fans entre el público juvenil). Trabajó a las órdenes de Fernando Colomo («Los años bárbaros» ,1998), Icíar Bollaín («¿Hola! ¿Estás sola?, 1996); Álvaro Fernández Armero («Brujas», 1996); elipe Vega («Grandes ocasiones», 1998) y Pedro Almodóvar («Carne Trémula», 1997), entre otros. Su rostro se hizo inmensamente popular en la pequeña pantalla con series como «Villarriba y Villabajo (1994)» y «Periodistas» (1997-1999), donde interpretaba a Blas, papel que le diio inmensa popularidad.

Las reacciones del mundo de cine llegaron en masa vía Twitter. El director que descubrió toda su versatilidad, Álex de la Iglesia lo dejó bien claro: «Dios... No me lo puedo creer. Estoy en un bus volviendo a Madrid. No sé qué hacer». Unos minutos más tarde el realizador escribía: «Gracias a todos por lo bonito que estoy viendo. No puedo contestar. No me queda batería». Juan Echanove resultó muy expresivo: «Me acabo de enterar del fallecimiento en accidente de tráfico de mi amigo Álex Angulo. Qué gran putada... Qué gran putada...». Santiago Segura decía: «No se podía ser mejor tipo. Todo mi cariño a su mujer y su hija. Domingo negro». Angulo estaba rodando dos películas: «Justi&cia», con Ignacio Estaregui y «Bendita calamidad», con Gaika Urresti.