Entrevista de cine
«Reversión»: un regate al espectador
Manu Vega, actor y productor, nos muestra la trastienda de un thriller desconcertante
Manu Vega coproduce y coprotagoniza la película «Reversión», dirigida por Jacob Santana. A Vega, que comparte reparto en este thriller psicológico con Jaime Lorente, Belén Rueda y Fernando Cayo, le preguntamos cómo se ha sentido en su debut como intérprete principal –este año protagoniza otras tres cintas: «Mientras cupido no está», «Fragmentos» e «Islas»–, rodeado de tanta «vaca sagrada» del mundo actoral: «Sinceramente, es la primera vez que tengo la oportunidad de contar con un papel tan grande; he tenido muchísima fortuna porque ha sido fantástico e increíble trabajar con estos intérpretes y ver como personas con tanto talento y recorrido tienen distintas maneras de trabajar pero todas ellas funcionan». Respecto a la faceta como productor de Vega, cabe sonsacarle sobre el desarrollo de esta peculiar e inteligente historia que cuenta «Reversión»: «Es un remake de una película coreana; a través de un amigo nos llegó la historia y nos encantó. Compramos los derechos y, entonces, tratamos de hacer un ‘‘packcage’’ de actores y una reescritura, que realizó Frank [Ariza, guionista] para intentar darle una vuelta».
En la superficie
«A mí la producción me apasiona porque es de alguna manera formar parte de un universo en el que como actor quizá sólo te quedas en la superficie muchísimas veces –abunda al respecto este presidente-delantero del cine–. Y sí que es mi vocación ser actor, es mi sueño, pero no podía estar en casa esperando que me llamaran. Prefiero estar en la oficina, prefiero encargarme de otras cosas relacionadas con la producción, con la financiación, con la parte creativa, con la construcción de esos paquetes de actores y de talento».
No queremos caer en el spoiler, pero sí podemos adelantar que Manu Vega interpreta en «Reversión» a un intérprete, en una suerte de rol meta-actoral, lo que seguro que supone un reto doble para un artista: «La verdad, es muy divertido, porque de alguna manera supone construir un personaje con muchísimas caras. Y hay alguna justificación, además absoluta, de por qué mi personaje hace las cosas que hace. Yo creo que eso es lo que ayuda también a la hora de interpretarlo, el que uno se lo crea, y que le pueda dar esos matices necesarios», asevera el protagonista del thriller dirigido por Jacob Santana. Y continúa: «Sí que es verdad que uno de los grandes retos del cine es que uno no rueda en orden cronológico, y, bueno, aceptas eso, es la realidad; pero, claro, en películas como esta, donde hay un giro, luego hay otro giro..., hay que estar muy presente a la hora de hacer la secuencia para no anticipar lo que viene o lo que ha venido, y entender un poco de dónde proviene el personaje y qué queremos contar en esa secuencia de manera precisa para dar la cara que ese momento requiere el personaje, y no otra que no corresponde en ese instante».
¿Qué hay, por último, de la localización espacial de la historia? «La idea siempre ha sido que fuera un alugar: es decir, uno donde fuésemos capaces de reconocer ciertos sitios y otros en absoluto», aclara Manu Vega.